"El gobierno y los bancos han forzado mi salida "
Pregunta. ?Qu¨¦ ha pasado de verdad para que usted haya tenido que vender por cero pesetas Cambio 16?
Respuesta. De verdad, de verdad no he vendido Cambio 16 por cero pesetas. Lo he vendido por una peseta.
P. Por una peseta y por lo que veo con humor. ?O tambi¨¦n perdi¨® el humor?
R. No. No es f¨¢cil conservar el humor en estos momentos. Pero el humor es lo ¨²nico que no me han podido quitar.
P. Algo es algo. ?Qu¨¦ ha pasado?
R. Todo arranca con el nacimiento de El Mundo. Tuvo el apoyo econ¨®mico del Banesto. Y provoc¨® problemas en mi casa. Se llev¨® ciento y pico t¨ªos de la redacci¨®n de Diario 16. Y previamente ya hubo un asalto del grupo Hersant contra m¨ª con dinero del Banesto al intentar quedarse con Diario 16. La aparici¨®n de El Mundo me oblig¨® a hacer unos gastos muy fuertes para reforzar la posici¨®n de Diario 16. Cay¨® la rentabilidad de Diario 16 que coincidi¨® con la ca¨ªda de la publicidad. Diario 16 empez¨® a endeudarse. A finales de 1991 me d¨ª cuenta de que el aparato de Diario 16 era demasiado grande. Demasiado caro para una publicidad que disminuye. Me puse a buscar financiaci¨®n para reducir personal y reconvertir el peri¨®dico. No la encontr¨¦. Hubo una negativa de mis banqueros.
P. ?Qu¨¦ banqueros eran?
R. El Central Hispano (BCH) y el Bilbao Vizcaya (BBV). Por esas fechas se produjo el gran esc¨¢ndalo Mariano Rubio. Los ataques a Rubio. Indirectamente me afect¨® a m¨ª sin enterarme por qu¨¦. Y creo que eso asust¨® a alguno de mis banqueros que temi¨® ser acusado por El Mundo de ser el banquero de los beautiful por ayudarme a m¨ª.
P. Usted es amigo de Mariano Rubio.
R. S¨ª. He sido y soy muy amigo de Rubio.
P. ?Qu¨¦ banco era ese que tem¨ªa ser tildado de apoyarle por ser amigo de Rubio?
R. Es muy f¨¢cil. El m¨¢s d¨¦bil de los dos que he mencionado.
P. ?Y qu¨¦ m¨¢s?
R. Pues que no logr¨¦ la financiaci¨®n y el peri¨®dico entr¨® en p¨¦rdidas. Y entonces mis banqueros adoptaron la decisi¨®n de que otra persona se encargara del asunto y no yo. Entr¨® Jes¨²s de Ram¨®n-Laca. Un experto. Me forzaron a dimitir de Diario 16 para que se tomaran las medidas. Dimit¨ª porque el diario es m¨¢s importante que yo.
P. Pero usted pudo retener en sus manos Cambio 16.
R. S¨ª. Hasta que la ca¨ªda de la publicidad en Cambio 16 me forz¨® a plantearme que o me sal¨ªa de Cambio 16 o el riesgo que corr¨ªa era brutal.
P. ?No encontr¨® otros bancos que le echaran una mano?
R. Cuando los dos bancos que son los tuyos adoptan una determinada posici¨®n, los dem¨¢s bancos se retraen. Y adem¨¢s mis deudas con la Seguridad Social y el IRPF ascienden a 4.000 millones de pesetas. Y entonces el Estado pone como condici¨®n mi salida para resolver esa deuda. Y contra esas dos fuerzas juntas no tengo nada que hacer.
P. ?C¨®mo se produce el final?
R. En un momento determinado alguien ten¨ªa que avalarle a Diario 16 la parte de indemnizaci¨®n a¨²n no pagada de los 150 despedidos por De Ram¨®n-Laca y si yo no vendo mis acciones no hay aval. La fecha era el pasado d¨ªa 15. O yo vend¨ªa o se produc¨ªa una crisis espectacular en Diario 16: la vuelta de los 150 despedidos. El BCH puso la condici¨®n de que solamente si yo vend¨ªa daba ese aval y se pod¨ªa encontrar una soluci¨®n.
P. Se ha dicho que usted ya ten¨ªa amenazado su patrimonio.
R. S¨ª. Yo ten¨ªa un aval personal para un cr¨¦dito que consegu¨ª para Diario 16. Tuve que vender mi casa. Me hab¨ªa endeudado personalmente mucho en la batalla contra Hersant. Busqu¨¦ cr¨¦ditos por todos lados.
P. ?Puede decirse que se ha quedado sin un duro?
R. Me he quedado sin un duro.
P. ?Qu¨¦ va a pasar ahora con Cambio 16?
R. De Ram¨®n-Laca cuenta con los apoyos bancarios suficientes para que ¨¦sto siga andando.
P. ?Sospecha usted que detr¨¢s de este derrumbe ha habido alguien especialmente interesado en hundirle?
R. Mucha gente.
P. ?Y cree que alguien ha encabezado esa operaci¨®n? En su momento se habl¨® de Mario Conde.
R. Mario Conde fue mi gran enemigo. Me lanz¨® el ataque financiando a Hersant, que compr¨® las acciones a un precio inaudito. Y eso me forz¨® a endeudarme para defenderme. Conde jug¨® siempre un papel muy directo contra m¨ª. Y no s¨¦ por qu¨¦. Nunca me lo he explicado. Bueno, s¨®lo me lo explico cuando me entero de que Segurado y Alfonso Guerra y Conde se ve¨ªan a menudo.
P. Entonces usted cree que Mario Conde se estar¨¢ frotando las manos en este momento, ?no es as¨ª?
R. Ahora ser¨¢ absolutamente feliz. Muy feliz. Porque yo contra ¨¦l s¨ª que me he metido mucho. Mucho. Sin embargo no ha sido ¨¦l quien ha rematado la operaci¨®n. En un momento determinado tus banqueros se cierran a todo apoyo. Te dejan cercado. Tus bancos te abandonan. No hay otros bancos. Y el Estado pone tu salida c¨®mo soluci¨®n. ?Qu¨¦ vas a hacer?
P. Supongo que lo que usted ha hecho. Pedir una peseta y pies en polvorosa. ?Se queda con algo?
R. Me quedo con Historia 16 y con Cambio Am¨¦rica. Aunque tengo que reconocer que no estoy en el mejor momento para hablar de planes. En este momento veo a un subordinado y salgo dando alaridos. ?No quiero subordinados! ?De ning¨²n tipo! ?No quiero ver a nadie!
P. ?Seguir¨¢ cobrando alg¨²n dinero?
R. Me van a dar un sueldo de asesor del grupo durante cinco a?os. Lo justo para vivir, pero me largo de aqu¨ª. No quiero saber nada.
P. ?D¨®nde se larga?
R. Me voy a Italia de vacaciones. Luego ir¨¦ a la Costa Brava. Despu¨¦s ya veremos. Volver¨¦ en septiembre y pensar¨¦ qu¨¦ hago. Tenemos posibilidades de hacer Cambio Am¨¦rica en M¨¦xico. En Chile funciona. Y en Colombia va muy bien. En Am¨¦rica el prestigio de Cambio es enorme. No aqu¨ª en mi santa patria.
P. ?Sale usted amargado y escaldado de esta p¨¦rdida de su imperio?
P. Salgo dolido. No quiero ser una figura p¨²blica. Jam¨¢s he jugado a a eso. No me gusta. El ¨²nico pago por el sufrimiento y la tensi¨®n de vivir aqu¨ª es que te guste ser importante. Salir en las fotos. Dar conferencias. No veo a nadie. Yo cre¨¦ Cambio 16 porque todo lo que quer¨ªa era echar al general Franco. Yo quer¨ªa cambiar el r¨¦gimen. Quer¨ªa cambiar este pa¨ªs.
P. ?Cree usted que ha habido una especie de conjura? ?No teme haberse vuelto paranoico?
R. A lo mejor lo soy. No lo s¨¦.
P. ?A qui¨¦n cree usted haber molestado m¨¢s?
R. A todo dios. Y adem¨¢s conscientemente. Sobre todo al mundo financiero. Entre ellos creo que no soy nada popular. Y cuando debes dinero eres un mierda.
Y tambi¨¦n a la c¨²pula del partido socialista. No los ministros socialistas que son amigos m¨ªos. O los leguinas. Esos son compa?eros de batalla. Pero en el m¨¢s alto nivel hay una inquina querida, voluntaria...
P. ?Se refiere al presidente del Gobierno?
R. S¨ª. No se pone al tel¨¦fono desde hace cinco o seis a?os. Desde el ¨²ltimo d¨ªa de las lentejas.
P. ?Lentejas?
R. S¨ª. De las lentejas en la bodeguiya para explicarme por qu¨¦ hab¨ªa que encarcelar a Jordi Pujol. Cuando lo de Banca Catalana. Est¨¢bamos con las lentejas esas Felipe y su mujer. Y mi mujer y yo. Intent¨® convencerme. Y yo le dije, pero escucha un momento, el banco ha quebrado pero ?se llevar¨¢ el dinero ¨¦l? ?T¨² tienes una foto de Pujol llev¨¢ndose el dinero?. Y ¨¦l dec¨ªa ".?No, no me importa, da igual!". Acabamos los tres contra ¨¦l, dici¨¦ndole que estaba loco. As¨ª se lo dije: est¨¢s loco. Podr¨¢s atacar al banco, pero a este se?or, sino se ha llevado ni un duro... no. Puede haberlo hecho muy mal como banquero, pero no veo c¨¢rcel por ning¨²n lado. Aquello sali¨® muy mal. No me convenci¨®. Desde entonces, se acab¨® todo tipo de relaci¨®n entre el presidente y yo. Esa presi¨®n fuerte por arriba de desapego y de dureza contra el grupo y contra m¨ª, unida al hecho de que mis banqueros se echaran para atr¨¢s ha sido la dinamita.
He presentido que se pon¨ªan en marcha operaciones que pod¨ªan acabar conmigo. Mario Conde financiando a mi competidor. Yo intentando frenar a Conde. Y de repente saltaba Gil y Gil llam¨¢ndome hijo de p... por televisi¨®n. Y al cabo de un poco de tiempo te dabas cuenta de que le acababa de conceder un cr¨¦dito Banesto. ?Anda, toma! Y tambi¨¦n tuve las presiones brutales de De la Rosa. Contra m¨ª y contra mis amigos. Por ejemplo contra Manolo Concha. A finales de 1991 le dijo que como no frenara a Salas acabar¨ªa con ¨¦l. ?Por qu¨¦ co?o me persegu¨ªa este De la Rosa? ?Qu¨¦ le pasa a ese t¨ªo?
P. ?Tan poderoso le consideraban?
R. Ni idea. No tengo ni idea. De la Rosa cree que todos quieren quitarle dinero.
P. Usted tiene ahora un consuelo. Algunos de sus adversarios est¨¢n en serios apuros...
R. S¨ª. Yo tengo la ventaja de que me caigo. Pero mis amigos se caen antes. Se lo dije a mis colaboradores el d¨ªa que me desped¨ª de ellos: hijos m¨ªos, os he conducido brillantemente durante 25 a?os de la nada al desastre. Y es as¨ª. El desastre es m¨ªo.
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