M¨ªster meticulosidad
Detr¨¢s de la m¨¢scara de Indur¨¢in hay un car¨¢cter perfeccionista que cuida cada detalle dentro y fuera de la carrera
El firmamento est¨¢ repleto de personajes que han llegado a lo m¨¢s alto a fuerza de m¨¦todo, fiel compa?ero de la rutina diaria de Miguel Indur¨¢in. Pero el campe¨®n espa?ol se ha formado un. car¨¢cter algo m¨¢s que met¨®dico. Meticuloso es el t¨¦rmino exacto: nadie hay en el deporte espa?ol tan atento a cada peque?o detalle como Indur¨¢in, nadie tan sacrificado, nadie tan perfeccionista, nadie tan 100 por 100 profesional. Indur¨¢in es el ejemplo l¨ªmite. Lo es en tanto en cuanto su forma de actuar escapa al divismo. Su meticulosidad no avanza hacia la paranoia'. Es una de sus armas, la respuesta que explica por qu¨¦ nunca falla. Indur¨¢in al m¨¢ximo rendimiento es una m¨¢quina que no comete error alguno. Es material de precisi¨®n.Nadie en su entorno es capaz de explicar de d¨®nde le viene al navarro esa capacidad para seguir los dictados de la disciplina m¨¢s espartana. Es la caracter¨ªstica m¨¢s sorprendente de su car¨¢cter. No ha tenido maestros a su alrededor- (Pedro Delgado era la ant¨ªtesis del m¨¦todo), ni ha imitado a otros campeones (Indur¨¢in no ha tenido ¨ªdolos). "Indur¨¢in es un corredor que mira y ve, los hay que miran, pero no ven", dice Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri. "Adapta lo que le conviene". "Y tiene la voluntad de hacerlo", apunta Javier M¨ªnguez.
Su jornada suma un compendio de peque?os detalles durante 24 horas. No hay un solo descuido. Baja al comedor con un par de calcetines en cada pie, vigila que el aire acondicionado de su habitaci¨®n est¨¦ apagado. Sus horarios son sagrados, como las comidas. "Indur¨¢in come con el cerebro", apunta M¨ªnguez, "algo que no hab¨ªa visto nunca. Hoy he gastado, come; hoy no he gastado, hambre. A ver qui¨¦n es el hijo de la, madre que, despu¨¦s de 200 kil¨®metros, se queda con hambre. Sabe c¨®mo est¨¢ su dep¨®sito: si gastas mucho tienes que meter mucho, pero si gastas poco ese carburante no sirve para. nada, nada m¨¢s que para mover el intestino". "Sabe levantarse con hambre de la mesa", apunta Ech¨¢varri, "y eso requiere una fuerza mental fuera de lo normal".
Jornada de traslado. Calor. Los corredores del Tour alcanzan el aeropuerto para desplazarse a Inglaterra. Todos en manga corta, menos Indur¨¢in, cubierto desde, el cuello a la mu?eca. Un tentempi¨¦ en el avi¨®n, todos pican menos Indur¨¢in.
Final de etapa en Luz Ardiden. La jornada reina de los Pirineos estuvo presidida por un fuerte sol. Los corredores se lanzaban a beber botes de refresco, naturalmente fr¨ªos. Algunos casi los estallaban con desesperaci¨®n. Indur¨¢in, nunca su botell¨ªn con agua templada. D¨ªas despu¨¦s, Ech¨¢varri le ofreci¨® agua fr¨ªa durante la etapa. No fue un descuido, sino casi un gesto caritativo ante el bochorno reinante. No hab¨ªa peligro, etapa de transici¨®n bajo estricto control. Indur¨¢in rechaz¨® la bebida. Agua templada.
Los corredores aparecen por los hoteles a pecho descubierto. La temperatura ambiente ronda los 35'. Bochorno. Algunos no pueden resistir la tentaci¨®n de aprovechar la piscina. Menos Indur¨¢in, la cremallera hasta el cuello, ducha templada.
Cada ma?ana visita su bicicleta. El mec¨¢nico con doce de memoria todos los detalles de la m¨¢quina del campe¨®n y se la ofrece en perfectas condiciones. Est¨¢ nueva, brillante, a estrenar. No importa: Indur¨¢in extrae su metro y su llave y confirma que el sill¨ªn est¨¢ a la altura exacta, el manillar a la distancia adecuada, los frenos ajustados, cada componente seg¨²n las especificaciones de su f¨ªsico. A justa sus zapatillas. Pero si algo ha escapado, calla y lo reforma. No molesta a nadie. Ni una mala palabra. Llega a la l¨ªnea de salida y reclama su porra y sus gafas. Su aspecto es invariable. La foto de hoy es exacta a la de ayer.
Conoce a sus rivales, conoce el recorrido, ha estudiado cada puerto, lo ha visitado si es preciso. "Para ver el Hautacam se fue desde su casa en Pamplona, hizo 230 kil¨®metros en bicicleta mientras su mujer le acompa?aba en coche. Subi¨® el Aubisque y el Portalet, luego el Hautacam. Rompi¨® una rueda en la parte final del recorrido. Por la noche le pregunt¨¦ '?qu¨¦ te ha parecido?'. 'No es demasiado duro', me contest¨®. Hab¨ªa visitado Val Thorens. Estudia cada contrarreloj". Ech¨¢varri no puede disimular su admiraci¨®n.
Etapa de Luz Ardiden. Los corredores suben el Tourmalet. Indur¨¢in acelera en algunos repechos, no en todos. La ascensi¨®n se hace m¨¢s dura para sus acompa?antes. Y vuelve a acelerar. Pero cada embestida guarda un secreto: Indur¨¢in aprovecha solamente aquellos repechos en los que tiene el viento a favor. Es un aceler¨®n con ventaja, sin desgaste. Se hab¨ªa pasado algunos kil¨®metros estudiando la direcci¨®n del viento. - -
"Me he dado cuenta de lo que has hecho", le comentar¨ªa luego Ech¨¢varri como quien descubre una travesura. "Hombre, es que LeMond me subi¨® as¨ª en el 90 y me dej¨® machacado contest¨®. "As¨ª es Indur¨¢in" sentencia Ech¨¢varri, "torna nota de todos los detalles, los almacena en su memoria y luego los utiliza a su conveniencia". En la ascensi¨®n a La Madeleine repiti¨® la treta y puso en dificultad a Virenque.
"Detr¨¢s de sus ¨¦xitos hay un hombre que act¨²a siempre al 100%, con el f¨ªsico y con el. cerebro", sentencia Javier M¨ªnguez. "Por eso controla la carrera como la controla", replica Ech¨¢varri. "?No se ha dado cuenta la gente de que en este Tour. s¨®lo dejaba escapar a aquellos corredores que estaban por encima de los 10 minutos? Si miramos la general, ahora todos est¨¢n agrupados en los ocho minutos de diferencia [Ugrumov se puso ayer a 5.391. Ha establecido el orden que le interesa: ahora esos hombres se pelean entre s¨ª y le hacen la carrera".
Ha diseccionado el Tour con limpieza. Ha practicado una cirug¨ªa precisa, sin derramamiento in¨²til de sangre. Los organizadores planificaron un Tour con vistas a provocar una gran conflagraci¨®n en la ¨²ltima semana, un duelo a muerte hasta la antepen¨²ltima jornada. Pero han fracaso. Se ha impuesto el m¨¦todo de Indur¨¢in. Cada campe¨®n tiene su secreto. Y el del corredor navarro es su meticulosidad. Su carrera ha vuelto a ser perfecta: no hay un solo error que anotar en su conducta. Fuera y dentro de la carrera.
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