Laborda cree que la 'guerra del agua' revela un vac¨ªo institucional

El presidente del Senado, Juan Jos¨¦ Laborda, denuncia la insuficiencia de instituciones en Espa?a para afrontar problemas graves como la guerra del agua. Expresa su preocupaci¨®n porque el tacticismo electoralista y el populismo, latentes en el conflicto del agua, unidos a la desconfianza por los pactos entre el Gobierno y el nacionalismo catal¨¢n, hagan resurgir el viejo nacionalismo franquista. Propone como medida urgente la potenciaci¨®n del Senado como C¨¢mara de las autonom¨ªas. A su juicio, atemperar¨ªa conflictos como el del agua y disipar¨ªa los recelos hacia los pactos con los nacionalistas, al debatirse estos temas en un foro p¨²blico.

La guerra del agua entre las comunidades castellano-manchega y la murciana y valenciana, zanjada provisionalmente por una decisi¨®n del Consejo de Ministros del pasado viernes, tras una mediaci¨®n del jefe del Gobierno con los presidentes auton¨®micos, sugiere al presidente del Senado una reflexi¨®n cr¨ªtica. A su juicio, hay que evitar que todas las responsabilidades recaigan sobre los gobiernos y que los momentos electorales condicionen la toma de decisiones pol¨ªticas."Las decisiones que afectan a la estructura del Estado y a los conflictos` entre regiones, como el del agua o anteriormente el de la cesi¨®n del 15% del IRPF a las autonom¨ªas, que generan graves tensiones, deben tener un foro permanente de debate como el Senado", dice Laborda.

Esta situaci¨®n se complica por la coyuntura pol¨ªtica, que el presidente del Senado califica de "mala" e "in¨¦dita" al producirse la siguiente confluencia: un Gobierno sin mayor¨ªa, que la obtiene por un, pacto con los nacionalistas, y una generalizaci¨®n del sistema auton¨®mico sin existir una c¨¢mara federal.

La ausencia de una C¨¢mara federal obliga al Gobierno central a entenderse con los Ejecutivos auton¨®micos a trav¨¦s de una relaci¨®n bilateral que contribuye a ofrecer una imagen secretista. El presidente del Senado critica que las negociaciones entre el Gobierno y la Generalitat catalana para acordar los presupuestos se mezclen con las auton¨®micas que afectan a la estructura del Estado. "Los nacionalistas ofrecen una falta de visi¨®n hist¨®rica al plantear al mismo nivel de negociaci¨®n una cuesti¨®n reversible como los presupuestos, con la pol¨ªtica auton¨®mica que afecta a la estructura del Estado y es irreversible", afirma.

A su juicio, el cruce de negociaciones y la ausencia de una C¨¢mara de las autonom¨ªas donde se debatan a la luz p¨²blica las cuestiones auton¨®micas contribuyen a alimentar los recelos hacia Catalu?a como comunidad supuestamente privilegiada por el Gobierno socialista al necesitar ¨¦ste de los votos nacionalistas catalanes para gobernar.

Estos recelos tienen una base social en Espa?a, anterior al apoyo de CiU al Gobierno. Una encuesta del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), de noviembre de 1992, reflejaba que para una mayor¨ªa de espa?oles Catalu?a es la comunidad m¨¢s beneficiada por el Gobierno. Seg¨²n Laborda, el funcionamiento del Senado como C¨¢mara auton¨®mica paliar¨ªa esa sensaci¨®n. El debate que se celebrar¨¢ en septiembre, con todos los presidentes auton¨®micos y el del Gobierno, cree que puede ser un primer paso.