Derechazos hasta la extenuaci¨®n
Comparecieron Litri y Jesul¨ªn de Ubrique en sus respectivos turnos toricidas y se pusieron a pegar derechazos hasta la extenuaci¨®n. Tambi¨¦n izquierdazos, pero su especialidad eran los derechazos. ?Qu¨¦ aplicaci¨®n, qu¨¦ empe?o, qu¨¦ incontinencia! Parec¨ªa que les hab¨ªa dado un ataque de furor derechacista. Se pon¨ªan all¨ª, y venga y dale el derechazo, mientras las mujeres gritaban en tan estridente como desafinado coro: "?Torero, torero!", y "?Jesul¨ªn, Jesul¨ªn!". Y "?M¨²-si-ca!", Y "Gu-a-po, gu-a-po!".Los hombres no gritaban, o eran pocos y af¨®nicos, pues no se les o¨ªa nada. S¨®lo a las mujeres -?torero, Jesul¨ªn, m¨²sica (se les entend¨ªa m¨²sique, esa es la verdad), y gu-a-po, aunque esto ¨²ltimo ¨²nicamente en un enclave de sol, all¨¢ d¨®nde unas mocitas casaderas luc¨ªan enormes pamelas amarillas. Quiz¨¢ es que el amarillo se ha convertido en el color emblem¨¢tico de Jesul¨ªn. La minoritaria facci¨®n masculina agradec¨ªa a las mujeres la escandalera, pues as¨ª no se quedaba traspuesta. Llegan las mujeres a quedarse calladitas un rato, y nos dormimos todos. Porque unos derechazos pueden pasar, pero el ansia productiva de Litri y Jesul¨ªn no conoc¨ªa l¨ªmite. Adem¨¢s, cada derechazo que pegaban les sal¨ªa peor que el anterior, y si intercalaban izquierdazos, ¨¦sa era ya la versi¨®n desmadrada de la tauromaquia trapacera.
N¨²?ez / Litri, Jesul¨ªn, Senda
Dos toros de Joaqu¨ªn N¨²?ez (cuatro fueron rechazados en el reconocimiento), 1? con trap¨ªo y encastado, 3? sin ¨¦l, inv¨¢lido y borrego; 4? de Viento Verde, serio y flojo; resto de Ferm¨ªn Boh¨®rquez, discretos de presencia, flojos.Litri: estocada trasera tendida (silencio); aviso antes de matar y estocada muy trasera (ovaci¨®n y salida al tercio). Jesul¨ªn de Ubrique: pinchazo hondo atravesado trasero descaradamente bajo, pinchazo -aviso-, estocada atravesada ca¨ªda y seis descabellos (ovaci¨®n y salida al tercio); estocada, corta atravesada baja, rueda de peones -aviso- y cae el toro (petici¨®n, ovaci¨®n y salida al tercio). Paco Senda, que tom¨® la alternativa: espadazo bajo enhebrado y bajonazo (petici¨®n y vuelta); estocada ladeada (oreja). Plaza de Valencia, 26 de julio. 7? corrida de feria. Tres cuartos de entrada.
Pegaba Jesul¨ªn los derechazos escamoteando a pierna contraria cuanto las canillas le permit¨ªan. Litri, en cambio, no se pudo saber qu¨¦ hac¨ªa con las piernas, porque perneaba fren¨¦tico. Jesul¨ªn, a su primero, le instrument¨® parones, espaldinas, rodillazos y otras escogidas piezas de su variado repertorio, provocando el delirio en la plaza, sin distinci¨®n de sexo, estado ni empleo. El quinto, primero noble y luego harto de que Jesul¨ªn y su derechazo le atufaran el hocico, hizo as¨ª, peg¨® un achuch¨®n y derrib¨® al pelmazo pegapasista.
Las mujeres todas y los hombres una parte quedaron frustrados porque no hubo orejas ni para Litri ni para Jesul¨ªn. Algunos aficionados, no obstante, aplaudieron a Constantino Gonz¨¢lez, un presidente serio que no s¨®lo contuvo el triunfalismo en la plaza sino que puso en fila a los taurinos durante el reconocimiento y rechaz¨® cuatro birrias de la corrida anunciada. Lo que salt¨®, a la arena tuvo entonces cierto decoro y pudo verse un toro de trap¨ªo al que Paco Senda aplic¨® una faena valiente y torera, y le pudo cortar la oreja de no ser porque mat¨® de manera infamante. Se la cort¨®, sin embargo, al sexto, despu¨¦s de otra faena bullidora. Estuvo bien el toricantano, aunque no tanto como para compensar el empacho derechacista. Hubo quien anunci¨® que se iba a poner una lavativa, a ver si as¨ª...
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.