La concesi¨®n de permisos a reclusos tiende a crecer este a?o, tras el cerrojazo de 1993
El Ministerio de Justicia e Interior y los jueces de Vigilancia Penitenciaria han concedido en los seis primeros meses de este a?o 87.427 permisos de todo tipo a personas recluidas en prisiones de la Administraci¨®n central del Estado (todas excepto Catalu?a). El bajo porcentaje de quienes aprovecharon la ocasi¨®n para huir concretamente el 0,30%- hace afirmar a las autoridades que esta pol¨ªtica es acertada. La mayor¨ªa de los permisos fueron de fin de semana, apartado en el que el ¨ªndice de evasiones fue del 0,04%.
La concesi¨®n de permisos carcelarios tiende a subir este a?o, tras el cerrojazo de 1993, motivado por el triple asesinato de las ni ?as de Alc¨¤sser (Valencia) por, Antonio Angl¨¦s, un preso escapado en vacaciones. Un total de 9.497 presos disfrutaron durante el semestre pasado de 24.952 permisos ordinarios o extraordinarios. Este ¨²ltimo supuesto est¨¢ contemplado en la ley -con una duraci¨®n m¨¢xima de 48 horas para situaciones de enfermedad grave de un pariente, nacimiento o fallecimiento de un familiar u otros motivos personales. En 240 casos, los beneficiarios no se reintegraron a la prisi¨®n.Durante esos seis meses, 5.467 reclusos tuvieron 62.475 vacaciones de fin de semana. El ¨ªndice de fracasos fue solamente del 0,04%, seg¨²n Asuntos Penitenciarios. Ante este hecho, fuentes del Ministerio de Justicia e Interior consideran que es injustificada la alarma social que a veces suele suscitarse por la concesi¨®n de permisos a presos. Este fen¨®meno se produce sobre todo cuando uno de ¨¦stos aparece implicado en un delito cometido durante el tiempo en que goz¨® de libertad.
El pase al tercer grado penitenciario de los ex polic¨ªas Jos¨¦ Amedo y Michel Dom¨ªnguez, condenados a m¨¢s de 100 a?os por actividades vinculadas a los GAL, ha vuelto a poner de actualidad este tipo de situaciones, sobre todo porque suponen la concesi¨®n de un r¨¦gimen de semilibertad para estas personas.
Medios penitenciarios recalcan que en Espa?a hay multitud de penados que gozan de una situaci¨®n similar a la que desde ayer tendr¨¢n Amedo y Dom¨ªnguez. Durante el presente a?o se han concedido 11.779 permisos ordinarios o extraordinarios a presos que ya disfrutaban de un r¨¦gimen de semilibertad. Los jueces de Vigilancia Penitenciaria otorgaron 79 de esos permisos y hubo un, ¨²nico caso de evasi¨®n.
Reinserci¨®n social
Fuentes oficiales sostienen que la pol¨ªtica de reinserci¨®n de los delincuentes pasa por su paulatina reincorporaci¨®n a la vida en libertad. Consideran que la concesi¨®n de permisos es una medida adecuada para llevar adelante este proyecto y recalcan que est¨¢n dando buenos resultados los mecanismos de control establecidos para determinar el grado de peligrosidad de aquellos internos a los que se les otorgan.
El a?o pasado, por ejemplo, hubo 11.120 reclusos que disfrutaron de 45.908 permisos ordinarios o extraordinarios, registr¨¢ndose 399 casos en que aprovecharon las circunstancias para prolongar estas vacaciones por su propia cuenta y riesgo. Sin embargo, en ese mismo a?o se produjo un frenazo en la concesi¨®n de permisos con relaci¨®n a la l¨ªnea ascendente que se ven¨ªa' manteniendo hasta entonces. Las autoridades penitenciarias no explican a qu¨¦ se debi¨® este cerrojazo, pero fuentes jur¨ªdicas resaltan que tal hecho coincidi¨® con el esc¨¢ndalo social desatado por el triple asesinato de las ni?as de Alc¨¤sser a manos de Antonio Angl¨¦s, un delincuente que utiliz¨® un permiso durante la Semana Santa de 1992 para evadirse.
Las medidas de control establecidas para evaluar la conducta de los presos al obtener temporalmente la libertad han mejorado mucho en los ¨²ltimos a?os, si se analizan los ¨ªndices de quebrantamientos. En 1992, el a?o en que se concedi¨® un mayor n¨²mero de permisos ordinarios y extraordinarios (poco m¨¢s de 53.000), el porcentaje de fugas fue del 0,99%. Por contra, en 1979 solamente se otorgaron 3.121 permisos de este tipo y, sin embargo, hubo un ¨ªndice de fracasos del 3,65% (el m¨¢s elevado de los tres. ¨²ltimos lustros).
Experimentos con gaseosa
El crimen de las tres ni?as de Alc¨¢sser, presuntamente a manos de Antonio Angl¨¦s, supuso una aut¨¦ntica conmoci¨®n social y acarre¨® graves consecuencias para la poblaci¨®n reclusa. Sobre todo por el duro enfrentamiento surgido entre los jueces y el entonces ministro del Interior, Jos¨¦ Luis Corcuera, que culpaba a aqu¨¦llos de tener una manga demasiado ancha para dar vacaciones a los presos, sin asegurarse antes de su escasa peligrosidad."Los experimentos, con gaseosa" sentenci¨® entonces Corcuera, para dar a entender que, ante la duda, era preferible mantener a los presos bajo siete llaves antes que exponer a la sociedad a sus posibles fechor¨ªas.
Como consecuencia del triple asesinato perpetrado por un preso al que un juez de Valencia hab¨ªa autorizado a pasar las vacaciones de Semana Santa en libertad, centenares de reclusos se vieron afectados. Tras el hallazgo de los cad¨¢veres de las tres ni?as de Alc¨¤sser, a fines de enero de 1993, hubo un serio recorte en la concesi¨®n de permisos: 7.121 menos que en 1992.
Ese caso fue la gota que colm¨® el, vaso de la alarma social, junto con otros similares cometidos tambi¨¦n por presos: los asesinatos de las ni?as oiga Sangrador y Leticia Lebrato.
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