El cambio tienta a M¨¦xico

El pr¨®ximo 21 de agosto M¨¦xico celebra las elecciones m¨¢s trascendentales y re?idas de su historia, no s¨®lo porque existe toda una organizaci¨®n de vigilancia y control a su alrededor para que se desarrollen de la forma m¨¢s limpia posible, sino porque por primera vez el Partido Revolucionario Institucional (PRI), la fuerza pol¨ªtica que gobierna este pa¨ªs latinoamericano desde hace 65 a?os en calidad de partido de Estado, puede perder la presidencia de la Rep¨²blica.La amenaza del PRI no es esta vez Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, el veterano l¨ªder de izquierdas que m¨¢s ha azotado hasta ahora al peculiar sistema pol¨ªtico con que se rige M¨¦xico, sino la derecha cat¨®lica y tradicional, pero democr¨¢tica, encabezada por Diego Fern¨¢ndez de Cevallos, la gran revelaci¨®n de la campa?a y a quien las encuestas menos oficiales sit¨²an de forma muy equilibrada con el candidato pri¨ªsta, Ernesto Zedillo.

C¨¢rdenas, relegado a un tercer puesto bastante distante a tenor de estos mismos sondeos, fue el gran perdedor del primer y ¨²nico debate televisivo celebrado durante la campa?a electoral, en mayo. Este programa, visto por 50 de los 80 millones de habitantes que tiene el pa¨ªs, lo gan¨® Diego Fern¨¢ndez de Cevallos, l¨ªder de Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), quien, con gran habilidad, primero vapule¨® verbalmente a C¨¢rdenas y luego dej¨® en precario y sin defensa a Zedillo, destruyendo al mismo tiempo dos mitos: el que el l¨ªder izquierdista se hab¨ªa forjado como pol¨ªtico de alternativa en estos ¨²ltimos seis a?os y la invencibilidad del PRI.

Sin embargo, la hip¨®tesis de una eventual victoria de Zedillo el 21 de agosto es tan posible como cierta porque el PRI es el ¨²nico de los tres principales partidos que contienden electoralmente (hay otros seis) que dispone de un aparato pol¨ªtico capaz de llegar a los rincones m¨¢s perdidos de la Rep¨²blica, y adem¨¢s cuenta con m¨¢s recursos econ¨®micos que cualquier otra fuerza pol¨ªtica. Tambi¨¦n tiene a su favor a gran parte de la prensa, de la televisi¨®n y de la clase empresarial.

Renovaci¨®n pendiente

Pero el PRI, un partido que en el pasado us¨® todo tipo de trucos para mantenerse en el poder, llega a estas elecciones con el paso cambiado, con una renovaci¨®n interna pendiente y precedido de su propia mala fama. Caso de ganar, incluso holgadamente, jam¨¢s quedar¨ªa libre de sospechas. "Es muy dificil que una victoria del PRI sea aceptada y reconocida por ese sector de la sociedad civil que espera un cambio radical en el sistema desde hace ya varios a?os o por la prensa que lo es beligerante", aseguran observadores pol¨ªticos. "Tampoco lo har¨ªa una gran parte de los intelectuales del pa¨ªs".A menos de un mes de las elecciones se percibe, parad¨®jicamente, cierta tranquilidad por parte del Gobierno mexicano y una incertidumbre absoluta en la calle por lo que pueda pasar el 21 de agosto si es que C¨¢rdenas y el sinf¨ªn de organizaciones populares que arrastra este pol¨ªtico de izquierdas no aceptan los resultados, tal como ha ocurrido en estos ¨²ltimos seis a?os en cualquiera de los comicios locales celebrados.

Carlos Salinas, el presidente que transform¨® econ¨®micamente el pa¨ªs, pero que no ahond¨® en el cambio pol¨ªtico, ha vuelto a recuperar el tim¨®n, despu¨¦s de seis meses de inestabilidad pol¨ªtica, provocada gradualmente por el levantamiento zapatista de Chiapas, el secuestro del banquero Alfredo Harp (ya liberado) y el asesinato del candidato pri¨ªsta Luis Donaldo Colosio.

El buen estado de ¨¢nimo que se observa ahora por parte de Salinas, que quiere ser el garante imparcial de estas elecciones, tiene su explicaci¨®n, en opini¨®n de analistas pol¨ªticos, en el pacto que recientemente suscribieron, con excepci¨®n de C¨¢rdenas, todos los candidatos presidenciales para evitar conflictos poselectorales y respetar los resultados oficiales. Tambi¨¦n en la seguridad que ofrece el secretario de Gobernaci¨®n y responsable de las elecciones, Jorge Carpizo, un jurista de reconocido prestigio internacional, que no es militante del PRI y cuya honestidad nadie pone en duda.

El Gobierno est¨¢ convencido de que, gane el PRI o gane el PAN, tanto Zedillo como Fern¨¢ndez de Cevallos van a reconocer p¨²blicamente los resultados oficiales, lo que evitar¨ªa un conflicto entre ambos partidos caso de que la diferencia entre los dos candidatos sea m¨ªnima.

A Salinas le tranquiliza mucho que todas las reformas que ha hecho Carpizo en los ¨²ltimos tiempos para que las elecciones se desarrollen limpiamente (autoridad electoral imparcial, observadores nacionales y visitantes extranjeros, y el nuevo padr¨®n) cuenten de hecho con el apoyo de los dos partidos que encabezan las encuestas y que, de confirmarse los porcentajes que les adjudican, representar¨ªan entre el 70% y el 80% de los votantes que ese d¨ªa acudir¨ªan a las urnas.