Un responsable militar ultima en Kigali la llegada de los soldados de EE UU
ALFONSO ARMADA ENVIADO ESPECIAL, El general estadounidense Daniel Schroeder se reuni¨® ayer, a puerta cerrada, con mandos de la Misi¨®n de Asistencia de las Naciones Unidas a Ruanda (Minuar) en el aeropuerto de Kigali para ultimar los detalles de la inminente llegada de un contingente de un centenar de soldados. "Estados Unidos est¨¢ muy sensibilizado por la situaci¨®n en Ruanda", manifest¨® Alan Smith, portavoz de la embajada. Tambi¨¦n visit¨® ayer Kigali Sadako Ogata, que dirige el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.
Las nuevas autoridades ruandesas parecen disfrutar de una fluida relaci¨®n con Washington. Mientras los primeros 150 soldados franceses empiezan hoy a abandonar sus posiciones en el suroeste de Ruanda, en la por ellos denominada "zona de seguridad" y en el ¨¢rea de Goma -Par¨ªs insiste en que la Operaci¨®n Turquesa est¨¢ pr¨¢cticamente finalizada y que el ¨²ltimo soldado franc¨¦s ser¨¢ retirado el 21 de agosto-, una nueva potencia comienza a sentar sus reales en Kigali.El secretario de Defensa norteamericano, Willian Perry, emprendi¨® ayer viaje hacia Kigali y Goma (Zaire), donde piensa supervisar personalmente la operaci¨®n de ayuda humanitaria para los refugiados ruandeses, que puede llegar a movilizar hasta 4.000 soldados.
Entretanto, el aeropuerto de Kigali era ayer, sin embargo, un pl¨¢cido terreno de juego para los cuervos. La ausencia en el campo de operaciones de las grandes cadenas de televisi¨®n estadounidenses hac¨ªa prever que el desembarco norteamericano no iba a ser inmediato, a pesar de los anuncios oficiales.
Una operaci¨®n humanitaria de esta naturaleza suele estar preparada por el Departamento de Estado hasta en sus m¨ªnimos detalles, y los publicitarios no son despreciables. No en vano Alan Smith, el portavoz de la Embajada, insisti¨® en destacar ayer los intereses "puramente humanitarios" de su pa¨ªs en Ruanda: "No vean ninguna oculta intenci¨®n pol¨ªtica. El inter¨¦s de Estados Unidos en Ruanda se debe sobre todo al excelente trabajo realizado por los periodistas, que han logrado sensibilizar a la poblaci¨®n norteamericana y a sus representantes".
Mientras tanto, operarios canadienses trataban de poner a punto los equipos de control y seguimiento aeroportuario para recibir a los soldados estadounidenses que, en palabras del presidente ruand¨¦s, Pasteur Bizimungu, "ayudar¨¢n a reparar el servicio de aguas y electricidad de la ciudad, y realizar¨¢n tareas de ¨ªndole humanitaria". Bizimungu dijo que Ruanda est¨¢ abierta a todo tipo de respaldo, "venga de donde venga, sea de China o de Sur¨¢frica, porque toda la ayuda ser¨¢ poca para reconstruir el pa¨ªs". El jefe de Estado realiz¨® tambi¨¦n un gesto de conciliaci¨®n importante al anunciar que de ahora en adelante la menci¨®n de la etnia no figurar¨¢ en los documentos de identidad.
Apuesta de B¨¦lgica
Tras la independencia de Ruanda, a comienzos de los a?os sesenta, la influencia pol¨ªtica de B¨¦lgica, la potencia colonizadora, que hab¨ªa apostado por la minor¨ªa tutsi para gobernar, se fue debilitando. Francia recogi¨® el relevo. El grado de implicaci¨®n de Par¨ªs en la vida interna ruandesa se pudo apreciar en 1990, cuando contribuy¨® a la victoria del Ej¨¦rcito ruand¨¦s del presidente amigo (Juvenal Habyarimana) en la derrota del entonces peor organizado Frente Patri¨®tico Ruand¨¦s (FPR).
Ahora, los hombres de Paul Hagam¨¦, el cerebro del FPR y el verdadero hombre fuerte del nuevo Gobierno -controla las carteras de viceprimer ministro y de Defensa-, han logrado hacerse con todo el poder en Ruanda tras derrotar a las tropas gubernamentales. De momento, gobiernan sobre un pa¨ªs semivac¨ªo, porque m¨¢s de tres millones de ruandeses, hutus en su mayor¨ªa, est¨¢n fuera.
Del c¨®lera a la disenteria
La lista diaria de muertos por c¨®lera en los campos de refugiados ruandeses del este de Zaire est¨¢ disminuyendo, seg¨²n Ray Wilkinson, portavoz de Naciones Unidas. "El n¨²mero de casos de c¨®lera sigue aumentando, pero la proporci¨®n de muertes baja r¨¢pidamente", dijo ayer Wilkinson. Las estimaciones se?alan que el n¨²mero de muertes diarias ha descendido de 1.800 a 1.200 en los ¨²ltimos d¨ªasMientras el riesgo por c¨®lera disminuye, la disenter¨ªa empieza a extenderse y puede llegar a suponer una amenaza a¨²n mayor para los refugiados, seg¨²n M¨¦dicos sin Fronteras. "La tasa de mortalidad del c¨®lera, con tratamiento m¨¦dico, es del 1%, mientras que la de la disenter¨ªa es del 7%", asegura Samantha Bolton, portavoz de esta organizaci¨®n.
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