Los chicos pasan hambre
Los jugadores de la selecci¨®n buscan comida fuera por la escasez alimentaria que les impone el hotel
"Ni carne ni pescado. ?Qu¨¦ clase de comida es ¨¦sta?". La queja viene de un miembro de la expedici¨®n espa?ola y no es gratuita, ni se trata de una rabieta de ni?o mimado al que no le dan de comer como en casa. Adem¨¢s de rezar para que el Dream Team II no se ensa?e demasiado, comentar lo bonito que es Toronto, escuchar las siempre edificantes charlas-mon¨®logo de Montxo Monsalve (una instituci¨®n) y echar una mirada a las bellezas del lugar, la penosa y sobre todo ro?osa organizaci¨®n ocupa un sitio destacado en los temas de conversaci¨®n previos al inicio del torneo. Y no es para menos, pues los chicos est¨¢n pasando hambre, y as¨ª no hay quien juegue.Resulta inesperado. No es que Canad¨¢ tenga una tradici¨®n organizativa de alcurnia, pero a primera vista parece como si les hubiesen avisado ayer que el Mundial iba a ser disputado aqu¨ª. Una lectura m¨¢s profunda y alg¨²n que otro descubrimiento dan con el meollo de la cuesti¨®n. La federaci¨®n canadiense otorg¨® los poderes (se supone que por una pasta) a una empresa priva da para que se encargase de todo. Y ya nos ense?aron en el colegio que las empresas priva das tienen como objetivo ganar, dinero. Y en eso est¨¢n, aunque para ello tengan que dejar los es t¨®magos poco agradecidos.
Dado que las comidas oficiales no son satisfactorias, las sobremesas de los jugadores espa?oles se realizan en alguno de los restaurantes cercanos al hotel, donde devoran perritos calientes del tama?o de un chihuahua, costillas y lo que haga falta para satisfacer las demandas de sus cuerpos, que en alg¨²n caso, y no hay que dar nombres, son exigentes. ?Shaquille O'Neal tiene tambi¨¦n problemas de alimentaci¨®n?. No. La NBA va por libre, est¨¢ alojada en otro hotel, ellos solitos, y no se tienen noticias de que tengan problemas. Dentro de lo que cabe, es tranquilizador, por que lo que faltaba es que saliesen a jugar con hambre. Como para ponerte delante.
Pero los deportistas no son los ¨²nicos que sufren. Los medios de comunicaci¨®n comen bien y lo que quieren (?hasta ah¨ª pod¨ªamos llegar!), pero tambi¨¦n les toca su parte en el desastre. La oficina de acreditaciones es como el camarote de los hermanos Marx, y esta vez no se les puede echar la culpa a los periodistas griegos, aut¨¦nticos especialistas en el noble arte de acaparar tiempo y problemas a los encargados, sino m¨¢s bien por la falta del m¨¢s m¨ªnimo sentido de la eficacia. Las fotograf¨ªas mandadas con semanas de antelaci¨®n han desaparecido por arte de magia, por lo que has de sacarte otras. Ahora bien, el proceso de alta tecnolog¨ªa que consiste en pegarla a un trozo de papel con tus datos y plastificarla lleva horas, para que al final consigas una acreditaci¨®n que pasar¨¢ a la historia por su cutrez de dise?o y materiales. Una chica rodeada de papeles y de periodistas griegos hace lo que puede, pero est¨¢ sola ante el peligro. Mientras intentaba hacerme amigo de cualquiera que pudiese aligerar el proceso apareci¨® Pedro Antonio Mart¨ªn, vicepresidente de la federaci¨®n. Est¨¢ un poco m¨¢s delgado. Y es que siempre hay gente que sale beneficiada incluso en las peores situaciones.
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