El despliegue de polic¨ªa y de grupos armados logra mantener la calma tras los disturbios de La Habana
La Habana amaneci¨® ayer tranquila tras los serios disturbios del viernes, que provocaron decenas de heridos y m¨¢s de un centenar de detenidos, si bien en el malec¨®n y otras zonas c¨¦ntricas de la capital donde ocurrieron los incidentes se observaba una fuerte presencia policial. Asimismo grupos de civiles armados con palos y tubos de metal, la mayor¨ªa miembros de los Destacamentos de Respuesta R¨¢pida, recorr¨ªan las calles coreando consignas a favor de Fidel Castro y contra Estados Unidos y la gusanera. La tranquilidad lleg¨® despu¨¦s de una noche caliente en la que se registraron varios incidentes en La Habana Vieja y otro barrios que fueron tomados por tropas especiales armadas con fusiles, ametralladoras y peque?as tanquetas.
El viernes por la tarde, momentos despu¨¦s de que varios cientos de personas se enfrentasen con piedras y palos a la polic¨ªa y rompiesen escaparates, saqueasen algunos comercios y gritasen consignas contra eI r¨¦gimen, el malec¨®n y las calles de La Habana se llenaron de gente que, desplazada en autobuses y camiones por las organizaciones de masas cubanas o llegadas de centros de trabajo cercanos, recorri¨® la ciudad coreando consignas a favor de la revoluci¨®n e insultando y agrediendo a quienes se manifestaban contra el Gobierno.Las manifestaciones de apoyo al r¨¦gimen duraron toda la tarde y llegaron a su momento ¨¢lgido cuando el propio presidente cubano se desplaz¨® al lugar y recorri¨® a pie el paseo del Prado. Rodeado por una multitud, Castro "exhort¨®" a la gente a "ganar la calle" y " derrotar a los ap¨¢tridas" sin disparar un s¨®lo tiro. Desde ese momento, la presencia de j¨®venes militantes de la Uni¨®n de J¨®venes Comunistas y hombres armados con tubos y palos se hizo m¨¢s notable en los barrios conflictivos y al llegar la noche se produjeron varios incidentes, principalmente en el barrio de Col¨®n.
"Vamos a romperle la cabeza a esos individuos. Esta revoluci¨®n es nuestra y no nos la van a joder", dec¨ªa a medianoche en la calle San L¨¢zaro un polic¨ªa uniformado, que animaba a un grupo de personas con banderas cubanas y del Movimiento 26 de julio a que descubriesen a los "gusanos" y los redujesen sin contemplaciones.
Horas antes, a las 10 de la noche, en las inmediaciones del hotel Sevilla, entre las calles Prado y Zulueta, varias personas apedrearon los escaparates de las tiendas y se dieron a la fuga. Posteriormente, miembros de los destacamentos de respuesta r¨¢pida dispersaron a algunos vecinos y curiosos que se concentraban en la zona. "V¨¢yanse para su casa que la cosa esta mala", dec¨ªan a los m¨¢s remolones.Las calles de toda la ciudad fueron tomadas por los seguidores de Castro, quienes dominaron la situaci¨®n y gritaron a favor del r¨¦gimen hasta altas horas de la madrugada. A excepci¨®n de casos aislados, los ¨²nicos incidentes fueron protagonizados por simpatizantes del r¨¦gimen, que golpearon a aquellos que se manifestaron contra la revoluci¨®n o que miraron mal a los manifestantes favorables a Castro.
En los barrios mas problem¨¢ticos de la capital, como San Leopoldo y Cayo Hueso, camiones de la polic¨ªa recorrieron las calles. A eso de las dos de la ma?ana, en la confluencia de las calles de San Rafael y San Miguel, agentes del orden practicaron algunas detenciones. Seg¨²n algunos vecinos, no hubo acusaci¨®n, simplemente fueron detenidos por ser los m¨¢s "contrarrevolucionarios".Todav¨ªa no se ha informado oficialmente de la cifra de heridos ni detenidos, pero en el hospital Hermanos Almeijeiras, donde fueron atendidos los participantes en los incidentes, algunos m¨¦dicos dijeron que la cifra se acercaba al centenar, la mayor¨ªa con contusiones de car¨¢cter leve. Fuentes policiales indicaron que s¨®lo uno de los agentes ingresados sufr¨ªa heridas graves, al ser alcanzado por un pedrusco en la cervical.
El presidente cubano anunci¨® ayer una gran movilizaci¨®n para el domingo en la Plaza de la Revoluci¨®n para despedir el duelo del polic¨ªa asesinado el jueves, cuando intentaba detener el secuestro de la lancha de transportes Baragua, que cubr¨ªa la ruta entre La Habana Vieja y la localidad de Regla.
La lancha Baragua, interceptada por guardacostas estadounidenses cuando se qued¨® sin combustible, fue obligada a regresar a la isla, en contra de lo habitual, y los secuestradores fueron detenidos.
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