Verdadero cine de autor

Hace poco, los cineastas Sidney Pollack y Lawrence Kasdan coincidieron, por un lado, en que el cine actual de su pa¨ªs es cada d¨ªa m¨¢s deudor de la herencia del Hollywood cl¨¢sico; y por otro en que la mayor parte de las innovaciones de lenguaje que se observan en ¨¦l proceden de una influencia subterr¨¢nea del cine europeo en la evoluci¨®n de esa herencia cl¨¢sica.Esta influencia, subterr¨¢nea pero formalmente decisiva, del cine europeo sobre el estadounidense se percibe en el cine independiente, que con frecuencia, y no por azar, es m¨¢s visto y estimado en Europa que en su pa¨ªs. Y cuando decimos cine independiente no nos limitamos al cine marginal, sino que al que hacen cineastas de fuste y gran audiencia, como Robert Altman, los hermanos Coen, Woody Allen, Coppola, Scorsese, Clint Eastwood y -m¨¢s cerca y ahora en la carteleras espa?olas- Abel Ferrara y Hal Hartley.

Hartley ha dirigido cuatro pel¨ªculas y todas ellas han tenido en Europa m¨¢s resonancia que en Estados Unidos. En Espa?a se han estrenado las cuatro: La incre¨ªble verdad -su primera pel¨ªcula, realizada hace cinco a?os-, Conf¨ªa en mi, Simple men y ahora Amateur, que se estrena tras su buena acogida por los cr¨ªticos europeos en su paso por el ¨²ltimo festival de Cannes.

La esencia de un estilo

No es la pel¨ªcula m¨¢s redonda de Hartley, pero lleva dentro con concisi¨®n la esencia de su estilo, que est¨¢ estrechamente vinculado a la evoluci¨®n de las tradiciones de la nueva ola francesa de los a?os sesenta, combinadas con las peculiaridades del cine independiente neoyorquino que prolonga la corriente underground paralela ¨¢ aquel movimiento renovador franc¨¦s.El caracter abierto de estas dos tradiciones permite a la pel¨ªcula no parecerse a ninguna otra, salvo a las realizadas por su mismo director: se trata de cine de director-autor en toda la regla y esto no es poco, cuando el falso cine de director-autor se est¨¢ convirtiendo -sobre todo en Europa, pero tamb¨ªen de carambola en Estados Unidos- en una epidemia y, por consiguiente, en una en una estafa.

Hartley sabe intuir y dar forma a personajes, urdir para ellos la peripecia argumental que requiere su peripecia ¨ªntima, hacer discurrir el argumento a trav¨¦s de situaciones coherentes con la aventura que cuenta y trenzar estas situaciones con di¨¢logos con sello propio y, en ocasiones, de gran brillantez, que parecen surgir espont¨¢neamente del precipitado natural de la elocuencia del int¨¦rprete ante el espejo de la c¨¢mara.

El resultado es que Amateur es una pel¨ªcula rara, muy original y de acusado estilo, tal vez sin la libertad interior y la penetraci¨®n de la magistral Simple man, pero segregada por la misma imaginaci¨®n esc¨¦ptica, sagaz y capacitada para deducir humor de la sordidez y toneladas de absurdo de las entretelas de la vida cotidiana.