"Rifi-rafe' busca rigor, pero no un 'rigor mortis"
La palabra rifirrafe expresa a la perfecci¨®n lo que Antx¨®n Urrusolo quiere conseguir con su programa de televisi¨®n. Este est¨¢ concebido para que diversas personas de distintas procedencias suelten sus opiniones, creencias y visceralidades en la m¨¢s absoluta libertad. Todo es susceptible de ser discutido en el plat¨® para sacarle partido al enfrentamiento de las ideas: los contactados por ovnis contra los cient¨ªficos; los adolescentes contra los adultos; los rockeros contra los heavy metals. Sin l¨ªmites a la expresi¨®n, salvo el tiempo, cuando el apasionamiento sube de tono nada mejor que la m¨²sica para amansar a las fieras. A sus 40 a?os, Urrusolo, m¨¢s que un showman de la televisi¨®n, se define como periodista con muchos a?os de trabajo y con capacidad de hacer espect¨¢culo. Sus comienzos profesionales fueron en, el periodismo escrito dentro de El Correo Espa?ol, el Pueblo Vasco, para posteriormente pasar a Televisi¨®n Espa?ola con un programa que se llamaba Saskinaski (revoltijo), que ¨¦l califica de inocente, fresco y salvaje, donde buscar el transcurrir cotidiano de personajes singulares le "permit¨ªa atrapar la vida en desarrollo".
Pregunta. ?C¨®mo surgi¨® la idea del Rifi-rafe?
Respuesta. Despu¨¦s de dedicarme a mis arrebatos televisivos me dijeron que deber¨ªa volver a hacer televisi¨®n pura y dura; entonces la idea fue hacer un programa en el que se mezclara el directo y la inmediatez. La idea se concret¨® en un debate donde la gente no se mostrara solemne y que discutiera como lo har¨ªa en familia o en un bar con los amigos. Cuando ya llevaba un a?o en la Euskal Televista me llamaron de Telemadrid. Ahora hago doblete, un d¨ªa all¨ª y otro aqu¨ª.
P. ?Son id¨¦nticos el Rifi-rafe bilba¨ªno y el madrile?o?
R. Aunque de estructura id¨¦ntica, son diferentes porque creo que la vida en Madrid es m¨¢s disipada, et¨¦rea y evanescente. En el Pa¨ªs Vasco requiere algo m¨¢s concreto y vertebrado y, por tanto, los temas son m¨¢s locales.
P. ?Al buscar la visceralidad de las personas no teme que la situaci¨®n se le descontrole?
R. Lo bueno del programa es que es abierto y en directo, y, por supuesto, pueden pasar situaciones que t¨² no controles. Cuando la cosa se pone caliente, miro con ojos de cordero degollado a los m¨²sicos para que metan una r¨¢faga musical y rebajen la temperatura.
P. ?Le preocupa que a veces el programa pueda caer en una est¨¦tica un poco vulgar?
R. S¨ª, pero esto es un problema de medios y nosotros no podemos ir de Loewe. Adem¨¢s, no todas las conversaciones son trascendentes; en ellas se dicen muchas trivialidades y banalidades, porque as¨ª es la vida. Buscamos rigor, pero no el rigor mortis.
P. ?El encuentro con la cotidianidad de la vida fue tambi¨¦n una constante de sus anteriores programas?
R. S¨ª, a m¨ª me ilusionaba lo elemental y esencial de la vida, aunque no estuviese de moda. Mientras en los a?os ochenta la gente prosperaba en el periodismo pol¨ªtico, yo me dedicaba a seguir a Pep¨ªn del Viol¨ªn por las ferias.
P. ?Aunque la televisi¨®n est¨¢ americaniz¨¢ndose su modelo parece m¨¢s bien afrancesado?
R. Yo creo que en estos momentos la televisi¨®n se hace igual en todos los rincones del mundo. Pero es cierto que me gusta m¨¢s la est¨¦tica europea porque es m¨¢s fina y elegante. La televisi¨®n americana no es tan ejemplar como la gente se piensa.
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