Un joven de 15 a?os confiesa que mat¨® a sus padres en Alicante porque le "rega?aban"
Los padres de C. J., de 15 a?os, le "rega?aban" y, "a veces", le pegaban. El joven decidi¨® que ya estaba harto. El mediod¨ªa del 1 de agosto, C. J. mat¨® a tiros a su madre, recarg¨® la pistola de su padre y se sent¨® tranquilamente a esperar el regreso de su progenitor al chal¨¦ familiar, en Benij¨®far (Alicante). Pasaron, una cuatro horas antes del retorno del padre: fue recibido con siete balazos. Cuatro d¨ªas m¨¢s tarde asisti¨® al entierro de su familia, a la que homenaje¨® con una corona. El jueves pasado, el presunto parricida acab¨® confesando el crimen ante la Guardia Civil.
31 de julio. C. J., hijo ¨²nico de la leonesa Isabel Merino y del suizo Oliver J., sali¨® de su casa para pasar la tarde con su novia. Regres¨® a casa demasiado tarde. El chaval fue "rega?ado" por sus padres, quienes le indicaron que por la tarde solucionar¨ªan el conflicto. El joven no les dio tiempo.1 de agosto. El supuesto parricidio se consum¨® esa tarde: siete balazos para el padre, fulminado en la cocina, y tres para la madre, hallada en la escalera. El joven remat¨® a su madre con un tiro en la cabeza y a su padre con dos. Los 1.500 habitantes de Benij¨®far quedaron conmocionados por el inexplicable crimen de una familia "normal".
El presunto parricida rob¨® un reloj y varios broches para despistar a la polic¨ªa con el m¨®vil del robo. Tambi¨¦n desmont¨® y escondi¨® el arma del crimen, una pistola Mauser-Werke del calibre 7,65 sin licencia que hab¨ªa robado a su padre. C. J. cogi¨® su bicicleta y se march¨® a dormir a la casa de sus abuelos maternos.
2 de agosto. El joven se despidi¨® de sus abuelos y regres¨® al chal¨¦ familiar. Su objetivo era simular que encontraba los cad¨¢veres. Y eso hizo. Sali¨® a la calle reclamando socorro. Un vecino avis¨® a la polic¨ªa.
5 de agosto. Cuatro d¨ªas despu¨¦s del crimen, el chaval presidi¨® el sepelio de sus padres, y encabez¨® el cortejo f¨²nebre que recorri¨® Benij¨®far, cuyos vecinos clamaban justicia. Al entierro asistieron 700 personas, incluidos los investigadores del caso. La actitud de C. J. en el sepelio "fue determinante", seg¨²n Antonio Torrado, jefe de la Guardia Civil de Alicante. Estuvo "impasible", dio pocas muestras de dolor e incluso "se le vio sonreir".
Al principio, las investigaciones se centraron en el robo como m¨®vil. Pero las entradas del chal¨¦ no hab¨ªan sido forzadas y los vecinos no oyeron ladrar ese d¨ªa al perro guardi¨¢n de la familia. Parec¨ªa claro que el asesino era conocido en la casa. Entonces comenzaron los interrogatorios a vecinos, amigos y familiares, entre ellos C. J.
11 de agosto. Tras 10 d¨ªas de silencio, el menor se autoinculp¨® el jueves por la tarde, en un interrogatorio de la Guardia Civil. Fuentes del instituto armado se?alaron que, a pesar de la tensi¨®n, el joven confes¨® con aparente frialdad y "con todo lujo de detalles" que era el autor de los asesinatos. El chaval insisti¨® en que sus padres le pegaban.
Poco antes de su confesi¨®n, se conoci¨® el resultado de la autopsia de los cad¨¢veres de Isabel Merino y Oliver J., due?os de un restaurante en Benij¨®far, ambos de 43 a?os. La muerte les sobrevino como consecuencia de los m¨²ltiples impactos de un arma de fuego disparada por una persona alta. Seg¨²n los expertos, Isabel falleci¨® el medio d¨ªa del 1 de agosto, y su marido, cuatro horas m¨¢s tarde. Los dos presentaban. tiros de gracia. La Guardia Civil ha recuperado al gunos de los casquillos que el joven se llev¨® del chal¨¦. C. J. ha quedado internado en un centro de menores de Valencia.
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