Los guatemaltecos votan hoy por primera vez tras el golpe de 1993

Despu¨¦s de un largo y aburrido proceso, iniciado en mayo de 1993 con el frustrado autogolpe de Estado del ex presidente Jorge Serrano El¨ªas, 3,5 de los 12 millones de guatemaltecos han sido convocados hoy a las urnas para elegir a 80 diputados. Estos parlamentarios sustituir¨¢n a los actuales 116 congresistas que, sin agotar su legislatura de cinco a?os, alcanzaron la nada honrosa marca de ser el Congreso m¨¢s corrupto de la historia guatemalteca. Toda una marca en una naci¨®n que se ha destacado por los esc¨¢ndalos financieros de sus gobernantes.La reducci¨®n del n¨²mero de congresistas obedece a las reformas constitucionales ratificadas en el refer¨¦ndum de. enero pasado, cuando el Gobierno de Ramiro de Le¨®n apenas logr¨® que uno de cada 10 guatemaltecos, con derecho a voto, acudiera a las urnas.Ahora, como entonces, el abstencionismo se perfila como el gran ganador de los comicios.

Apat¨ªa ante los comicios

Esta apat¨ªa, cada vez m¨¢s acentuada, tiene un origen f¨¢cil de identificar: la p¨¦rdida de confianza de los guatemaltecos en sus instituciones democr¨¢ticas y en los hombres que, merced a una compleja ley electoral, monopolizan la participaci¨®n pol¨ªtica. En cualquier caso, 14 partidos pol¨ªticos presentan a 865 candidatos para los 80 esca?os en juego.. Seg¨²n las encuestas, dos partidos alineados en la derecha recogen la mayor¨ªa de la intenci¨®n de voto: el Frente Republicano Guatemalteco, con su l¨ªder, Efra¨ªn R¨ªos Mont, a la cabeza; y el Partido de Avanzada Nacional, del ex alcalde ?lvaro Ars¨²; alcanzar¨¢n la cuota m¨¢s grande de esca?os, seguidos a distancia por la Democracia Cristiana, que, pese a los esfuerzos de sus l¨ªderes, no logra levantar cabeza tras la desastrosa Administraci¨®n de Vinicio Cerezo. Los de mocristianos, el partido mejor organizado del pa¨ªs, afronta la p¨¦rdida del apoyo eclesi¨¢stico, vital en la d¨¦cada pasada, y un retroceso importante entre la mayor¨ªa ind¨ªgena, ahora con l¨ªderes propios, aunque hayan declinado participar en unos comicios que saben ajenos a sus intereses.

Lejos de tener confianza en que la renovaci¨®n del Congreso permita, la estabilizaci¨®n democr¨¢tica y la gobernabilidad del pa¨ªs, como asegura la propagan da oficial, los guatemaltecos sienten un aut¨¦ntico p¨¢nico por que los neoliberales entren a saco en el organismo legislativo y pro cedan a una privatizaci¨®n "salvaje" de los bienes nacionales sin encontrar en el centro o la izquierda hombres que puedan impedir ese extremo.

En todo caso, es preocupante que, a 10 a?os de iniciado, el proceso democratizador, el modelo parezca agotado en Guatemala, una naci¨®n con una marcada tendencia hacia el totalitarismo, que s¨¦ refleja en el gran apoyo que recibe el general Efra¨ªn R¨ªos Mont y que deber¨¢ confirmarse en las pr¨®ximas horas.