Cuando la verdad no basta
El monopolio del PRI ha creado una desconfianza en Mexico que pone en riesgo el resultado real de las elecciones
M¨¦xico celebra el pr¨®ximo d¨ªa 21 las elecciones m¨¢s re?idas y delicadas de su historia. Tambi¨¦n ser¨¢n las m¨¢s vigiladas, porque centenares de observadores, tanto nacionales como extranjeros, estar¨¢n pendientes a lo largo del pa¨ªs de que no se manipule el voto. Las encuestas dan como vencedor a Ernesto Zedillo Ponce de Le¨®n, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI),pero por debajo del 50%. Esto casi nadie se lo cree en un pa¨ªs como M¨¦xico, donde no se suele decir la verdad sobre lo que se va votar y en donde existe tambi¨¦n una cultura del miedo. Por eso hay muchas dudas de que lo que ahora revelan las encuestas no se corresponda con la realidad la noche del 21.El problema de M¨¦xico es su credibilidad, muy da?ada por esos 65 a?os de gobiernos casi dictatoriales del PRI, uno de los pocos partidos de Estado que quedan ya en el mundo. Ser¨ªa injusto comparar al PRI actual con aquella fortaleza pol¨ªtica y electoral del pasado, donde las votaciones favorables alcanzaban casi el 100% de los votos, exist¨ªa toda una ingenier¨ªa de la trampa para obtener el poder y la gente, especialmente de la clase media para abajo, necesitaba de su vinculaci¨®n org¨¢nica para, incluso, ganarse la vida.
El PRI, que sigue siendo un conglomerado de intereses pero venido a menos, sufre un desgaste en picado desde 1988, a?o en que se cuestion¨® el acceso al poder de Carlos Salinas de Gortari, despu¨¦s de unas re?idas votaciones con Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, l¨ªder de la izquierda. En aquella noche electoral ,cuando el recuento de votos iba siendo favorable a C¨¢rdenas, se cay¨® el sistema de c¨®mputo y m¨¢s tarde se supo que el ganador era Salinas, con pocas d¨¦cimas m¨¢s del 50%.
Un buen presidente
Sin embargo, Salinas ha sido un buen presidente, se asegura mayoritariamente en el pa¨ªs. Transform¨® la econom¨ªa, estabiliz¨® y regul¨® las relaciones comerciales y pol¨ªticas con Estados Unidos a trav¨¦s del Tratado de Libre Comercio (TLC) y coloc¨® al frente de los destinos de M¨¦xico, especialmente en las principales carteras de su Gobierno, a un grupo de exquisitos tecn¨®cratas, todos ellos afines a su pensamiento econ¨®mico.Le estall¨® una guerrilla ind¨ªgena en Chiapas el 1 de enero y le mataron a su delf¨ªn, Luis Donaldo Colosio, en marzo, pero tambi¨¦n logr¨¦ en ese tiempo hacer a M¨¦xico miembro de la OCDE (Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico) y sortear adversidades, consiguiendo que la moneda s¨®lo se depreciase un 10% y que la fuga de capitales no arruinara al pa¨ªs ni se cargara la reforma econ¨®mica tan finamente ejercida en los cinco a?os anteriores.
El asesinado Colosio, que lleg¨® a ser presidente del PRI, y su sustituto, Ernesto Zedillo, son gente de Salinas. Si detr¨¢s de Zedillo no estuviera el PRI, donde nadie se cree que hay una ¨²nica ideolog¨ªa y s¨ª toda una plataforma de intereses entremezclados, este joven candidato y experimentado economista, de 43 anos, pasarla como un pol¨ªtico de talante socialdem¨®crata con intenciones de gobernar el pa¨ªs desde el centroizquierda.
De hecho, Zedillo por su trayectoria es un hombre de centroizquierda, formado en Bradford (Reino Unido) y Yale (EE UU), y con dominio sobre la ¨²nica econom¨ªa que hoy mayoritariamente gobierna a los principales pa¨ªses del mundo.
Diego Fern¨¢ndez de Cevallos, el candidato del Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), representar¨ªa a una derecha tradicional y cat¨®lica, y C¨¢rdenas, un pol¨ªtico escindido del PRI hace ocho a?os, a una izquirda cl¨¢sica donde convergen nost¨¢lgicos revolucionarios, populistas, ex comunistas, campesinos desheredados, algunos intelectuales y gente irreconciliable con el pri¨ªsmo.
Pero Zedillo no controla a todo el PRI, por lo que ser¨ªa ut¨®pico ver a est¨¦ partido desde la socialdemocracia o, incluso me nos, desde el salinismo. El PRI es un conglomerado que, con la muerte de Colosio, se vio en peligro y ense?¨® su verdadero rostro, lo mismo hab¨ªa gente de quien se dec¨ªa en los pasillos que ?staba detr¨¢s del asesinato de este pol¨ªtico que personajes de trayectoria siniestra que pactaban en los restaurantes de lujo apoyos entre s¨ª para dar el asalto al poder.
Salinas gan¨® colocando a Zedillo como candidato, pero perdi¨® el control del partido, hoy en manos' de gente pr¨®xima al actual secretario de Agricultura, Carlos Hank Gonz¨¢lez, un hombre de 66 a?os, de ideolog¨ªa desconocida y nacido pobre, pero que disfruta hoy de una de las mayores fortunas de M¨¦xico. Sus hijos controlan un banco en Tejas, el hip¨®dromo de Tijuana, una compan¨ªa a¨¦rea que tuvo el privilegio de traer al Papa a M¨¦xico el a?o pasado y negocios beneficiosos en casi todos los sectores productivos del pa¨ªs.
Hay quien dice que Zedillo es reh¨¦n de los grupos de intereses que convergen en el PRI y otros que aseguran con vehemencia que la ¨²nica, salida que ten¨ªa era entregarse a gente veterana dentro del partido si lo que de verdad quer¨ªa era evitar el fracaso. Lo cierto es que su campa?a ha sido muy desigual: el discurso corresponde a un hombre joven y de pensamiento abierto c¨®mo ¨¦l, pero el atrezzo destila un inconfundible olor al pri¨ªsmo totalitario y prepotente.
Zedillo fue derrotado por Diego Fern¨¢ndez de Cevallos en el ¨²nico debate televisado que se ha celebrado en la campa?a. No fue tan apabullante la derrota como la que le infligi¨® el l¨ªder panista a C¨¢rdenas, pero el PRI jam¨¢s reconoci¨® el vapuleo e incluso aquella noche festej¨® una victoria que jam¨¢s existi¨®. Esa soberbia y la negativa de sus ide¨®logos de campa?a a promover otros debates posteriores ha perjudicado a Zedillo, porque la gente lleg¨® a la conclusi¨®n de que tem¨ªa enfrentarse al contrario.
Pese a ello, Zedillo ha anunciado en campa?a la noticia que m¨¢s se desea en el pa¨ªs: el fin del partido de Estado, lo que llevar¨ªa consigo la mayor reforma y transformaci¨®n pol¨ªtica de este pa¨ªs desde la Revoluci¨®n de 1910. No es la primera vez que un pol¨ªtico pri¨ªsta lo dice. Ya lo hicieron Salinas y el malogrado Colosio, cada uno en distintos tiempos. Lo que ocurre en M¨¦xico es que, como pasa ahora con los sondeos electorales que vaticinan una eventual victoria de Zedillo el d¨ªa 21, casi nadie selo cree.
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