Brillante en la adversidad

Casi la mitad de sus a?os como directivo del Madrid, Mariano Jaquotot los disfrut¨® ganando alguna Liga de baloncesto, deporte al que lleg¨® de rebote, sin ning¨²n conocimiento preivio, pero que ha etiquetado toda su carrera como dirigente. Mariano era el directivo del baloncesto en un club de f¨²tbol; tan estrecha fue relaci¨®n, posiblemente sin pretenderlo, que lleg¨® a convertirse en su propietario moral.La otra mitad de sus a?os como directivo los vivi¨® dirigiendo la derrota (y alguna que otra desgracia personal). Quienes le conocimos dudamos si era mejor el directivo de las derrotas o el de las victorias, por u capacidad para ser brillante (y hasta mordaz) en la adversidad.

Mariano Jaquotot era considerado el yuppi de la directiva, por su cuidado aspecto y su propensi¨®n a practicar deportes propios de ejecutivos. Detr¨¢s del disfraz (todos tenemos alguno) viv¨ªa un gran profesional de s negocios y un hombre de un extraordinario sentido del humor, condici¨®n que afilaba en los peores momentos. Su carrera como dirigente untaba hacia la presidencia del Madrid, objeto de su preocupaci¨®n hasta que el conocimiento de su grave enfermedad le condujo a modificar sus prioridades: ser directivo del Madrid era lo que menos le interesaba. Pero en la dif¨ªcil tarea de ser leal a Mendoza y al tiempo aspirante a su sucesi¨®n, Mariano mantuvo un dif¨ªcil equilibrio. Quienes conocieron de cerca sus proyectos, coincid¨ªan en afirmar que estaba capacitado para convertir al Madrid en un club moderno. Tambi¨¦n sab¨ªan que fue leal a Mendoza, m¨¢s all¨¢ de donde hubiera sido publicitariamente interesante.

Era h¨¢bil para las decisiones r¨¢pidas. "No provoques un conflicto hasta que no tengas la soluci¨®n en tu mano", era una de sus m¨¢ximas. As¨ª fue como, poco despu¨¦s de ganar su ¨²ltima Liga, entre una sesi¨®n de quimioterapia y otra, aprovech¨® para dejar el equipo cerrado con el fichaje de Obradovic, un entrenador ligado al ¨²nico objetivo que se resisti¨® a Mariano: la Liga europea.