Material nuclear: oferta y demanda
LA IDEA de unos terroristas chantajeando a un Gobierno, o a la ONU, con una bomba at¨®mica guardada en una maleta ha pasado de la literatura fant¨¢stica a la de los informes policiales sobre peligros hipot¨¦ticos. Hipot¨¦ticos, por el momento: la detenci¨®n en el aeropuerto de M¨²nich de tres individuos, al menos uno de ellos espa?ol, portando entre 100 y 300 gramos de plutonio 239, utilizable para fabricar bombas at¨®micas, ha venido a confirmar una posibilidad sobre la que hab¨ªan alertado los cient¨ªficos y expertos en seguridad hace a?os. Sobre todo, desde que la descomposici¨®n de la antigua URSS revel¨® la existencia de una oferta potencial de material nuclear.Pero no hay oferta sin demanda. La investigaci¨®n policial abierta tras las detenciones parece haber reconstruido el rastro seguido por el plutonio hasta su llegada al aeropuerto alem¨¢n e identificado el laboratorio en que fue fabricado; pero deber¨¢ intentar averiguar, sobre todo, a qu¨¦ destinatario iba dirigido: desvelar el origen de la demanda.
Las hip¨®tesis pueden ser varias, a cual m¨¢s inquietante. Desde la de alg¨²n pa¨ªs que intenta violar la legislaci¨®n internacional sobre armamento nuclear -las sospechas principales se- dirigen al Oriente Pr¨®ximo- hasta la de grupos terroristas interesados en elevar el tono de sus amenazas y chantajes.
Ambas hip¨®tesis pueden no ser excluyentes, aunque la polic¨ªa alemana parece descartar una relaci¨®n directa de los detenidos en M¨²nich con organizaciones terroristas. Hace a?os que esa posibilidad inquieta en Alemania y otros pa¨ªses. Aqu¨ª fue seguramente Arzalluz -en una conferencia pronunciada hace nueve a?os- el primer pol¨ªtico en llamar la atenci¨®n sobre ese riesgo potencial de grupos fanatizados capaces de fabricar una bomba at¨®mica.
El derrumbe del sistema sovi¨¦tico y fin de la guerra fr¨ªa inaugur¨® un mercado negro de armas y componentes b¨¦licos provenientes de esa ¨¢rea. El complejo militar-industrial sovi¨¦tico empleaba a m¨¢s de tres millones de personas, muchas de las cuales se han quedado sin trabajo o sobreviven con sueldos miserables. En esas condiciones, con cientos de laboratorios y otras instalaciones diseminados por el inmenso territorio de la ex URSS, ser¨ªa insensato excluir la posibilidad de robos si existe constancia de que hay compradores potenciales. Sobre todo cuando se considera que 200 o 300 granos de uranio enriquecido o de plutonio pueden valer en el mercado negro miles de millones de pesetas. De hecho, son varios los intentos de contrabando de materiales radiactivos detectados desde 1991 en Alemania.
Asi, en m ayo pasado, un hombre de negocios de esa nacionalidad fue detenido acusado de poseer seis gramos de plutonio 239 provenientes, seg¨²n pudo establecerse, de un reactor de la antigua URSS. En ese territorio -sobre todo en Rusia y Ucrania- existen cerca de 50 centrales el¨¦ctricas con reactor nuclear; la mayor¨ªa, consideradas inseguras seg¨²n los par¨¢metros occidentales.
Pese a las advertencias de los cient¨ªficos, todav¨ªa no existe un plan de desmantelamiento y sustituci¨®n de esas plantas. Es cierto que se trata de una operaci¨®n muy costosa, que requerir¨ªa una amplia ayuda occidental. Pero esa ayuda, y la de todo tipo canalizada hacia Rusia, deber¨¢ condicionarse a la existencia de garant¨ªas contra el descontrol del material nuclear que, pese a las negativas indignadas de Mosc¨², parece estar poni¨¦ndose de manifiesto.
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