Chiapas

Hay un libro de obligada lectura para comprender M¨¦xico antes y despu¨¦s de la revuelta de Chiapas. Es un soberbio texto de Enrique Krauze sobre el caudillismo. Krauze desgrana un siglo de historia mexicana. La revoluci¨®n de los criollos; luego, la de los mestizos; por fin, el problema a¨²n sin resolver de los ind¨ªgenas. Y siempre, el problema de la democracia mexicana.En Chiapas ha sido convocada una reuni¨®n de gran n¨²mero de grupos pol¨ªticos para establecer una salida a la crisis. La convocatoria ha sido del EZLN. Sobre los caminos de tierra a¨²n afloran las manchas de sangre de los ca¨ªdos en la revuelta. El PRI no ha sido invitado, aunque en el orden del d¨ªa figuran temas tan cruciales como propuestas de cambios en la Constituci¨®n. El PRD, cardenista, ha sido abucheado.

La eliminaci¨®n del molesto invitado (el partido del Gobierno) puede ser un s¨ªntoma de que hay una cierta voluntad de enquistamiento entre los protagonistas de la convocatoria. Est¨¢n all¨ª todos los grupos revolucionarios sin ninguna representaci¨®n pol¨ªtica, y falta el partido m¨¢s votado (lo es, incluso, sin pucherazos), cuya amplitud interna conocen de sobra todos los que sepan algo de M¨¦xico.

La convocatoria contiene una voluntad de puesta en cuesti¨®n del sistema que supera la enemistad con el PRI y el menosprecio al PRD (colaboracionista), y se enmarca en una profunda decisi¨®n de ilegitimidad. En otras palabras, parece responder a una opci¨®n revolucionaria y no reformista, que puede poner a prueba la robustez del propio sistema en un momento en que las fuerzas m¨¢s progresistas del PRI parecen estar triunfando en la batalla interna.

Si la tentaci¨®n extrainstitucional cuaja y el derechista PAN sigue subiendo, es f¨¢cil predecir un incierto futuro para la democracia en M¨¦xico (s¨ª, la democracia en M¨¦xico).