Mutilado sin atenci¨®n
Econon¨²a niega una pensi¨®n a un herido en campos de concentr¨¢ci¨®n franquistas
Luis Gonz¨¢lez Aldanondo, vecino de San Sebasti¨¢n de 77 a?os, permanece atado a una silla de ruedas desde 1973. Hasta su jubilaci¨®n trabaj¨® como agente comercial, pero las 50.000 pesetas que ahora cobra de pensi¨®n apenas le dan para vivir. "El Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda est¨¢ violando mis derechos", afirma, "porque me ha condenado, desde hace 14 a?os de reclamar, a vivir en la miseria". El departamento que encabeza Pedro Sol bes se niega a concederle un subsidio como mutilado de guerra pese a que reconoce que la minusval¨ªa que sufre se debe a los malos tratos que padeci¨® en varios campos de concentraci¨®n franquistas en los que estuvo confinado tres a?os tras ser capturado cuando luchaba a favor de la Rep¨²blica. El demandante considera que el Ministerio de Hacienda "falsific¨® un documento p¨²blico" para no concederle la pensi¨®n, por lo present¨® una dem4nda judicial contra ese departamento en 1990. La causa est¨¢ pendiente de decisi¨®n en el Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco.
Las condiciones de su vivienda, un segundo piso sin ascensor en el barrio donostiarra de Martutene le impiden abandonar su domicilio f¨¢cilmente. Pero Luis no se desespera: "Llevo dos a?os y medio sin salir de casa y el ¨²nico paisaje que veo es la calle de abajo y el edificio de enfrente. S¨®lo reclamo lo que creo que, en justicia, me pertenece".
Unos informes que obran en poder de Gonz¨¢lez Aldanondo le reconocieron, ya en 1980, que su par¨¢lisis absoluta deriva de los malos trartos que sufri¨® en los campos de prisioneros en los que estuvo en Asturias de 1937 a 1940. El 24 de diciembre de 1980, solicit¨® por primera vez una pensi¨®n como mutilado de guerra. El tribunal m¨¦dico calificador del Ministerio de Hacienda, seg¨²n consta en la documentaci¨®n que posee Gonz¨¢lez Aldanondo, no consider¨® sus lesiones y el centro gestor desestim¨® su petici¨®n en 'agosto de 1983. Pese a ello, Hacienda, reconoci¨® ese mismo a?o" que las lesiones de Gonz¨¢lez Aldanondo nacen de las torturas que recibi¨®. Por ese motivo, Gonz¨¢lez Aldanondo considera que su situaci¨®n se engloba en los casos de las personas que, seg¨²n la ley, tienen derecho¨® a percibir una pensi¨®n por mutilados de guerra.
En noviembre de 1983, Gonz¨¢lez Aldanondo interpuso de nuevo recurso ante la resoluci¨®n del Ministerio de Hacienda, pero no fue aceptado.
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