La escasez apaga el rumor de los motores
Las restricciones cambiarias y la dificultad para la obtenci¨®n de d¨®lares en un pa¨ªs que importa m¨¢s del 60% de sus alimentos han tenido efectos inmediatos. Se registran crecientes problemas en el abastecimiento de leche, carne, harinas de trigo y ma¨ªz, caf¨¦ y pollo, mientras el presidente de la C¨¢m¨¢ra Nacional de Transporte, Carlos Rafael L¨®pez, anunci¨® la inmovilizaci¨®n del 40% del envejecido transporte dom¨¦stico por falta de divisas para la compra de repuestos. La paralizaci¨®n de los veh¨ªculos que operan en rutas internacionales llega al 90%. El Gobierno de Rafael Caldera insiste en que se, solucionar¨¢ cualquier escasez.La precariedad de la red comercial establecida en los cerros de Caracas y barriadas humildes, en las que Caldera encuentra m¨¢s apoyo, agudiza las dificuldades en el suministro alimentario. Mar¨ªa Cristina Iglesias, presidenta de la Junta Reestructuradora de Almacenes y Mercados, reconoce que se avecinan una grave crisis de abastecimiento y un problema de seguridad nacional debido a que el mercado central surte a la regi¨®n central, parte del sur y oriente de la rep¨²blica. "Pero lo, m¨¢s peligroso es que, en Caracas, los sectores pobres se ubican en zonas alejadas y de acceso m¨¢s costoso, lo que encarece el precio de los alimentos y dificulta seriamente su distribuci¨®n". Un costal de 20 kilos de az¨²car que un d¨ªa costaba 1.685 bol¨ªvares (el cambio est¨¢ a 13 bol¨ªvares por 10 pesetas) se vend¨ªa al siguiente a 1.885, y una, lata de 12 litros de aceite de 2.700, 24 horas despu¨¦s sub¨ªa hasta los 1925 bol¨ªvares,
La polic¨ªa y los delegados del Gobierno contin¨²an, practicando detenciones entre quienes acapearan alimentos masivamente para subir los precios, y, como era previsible en situaciones de este tipo, se registran arbitrariedades y abusos. Se ha sabido que en m¨¢s d¨¦ una ocasi¨®n delincuentes maniatados fueron escarnecidos por las calles y sus propiedades repartidas entre una muchedumbre que ped¨ªa el . En otros casos, inspectores excesivamente celosos fueron recibidos a tomatazos y evitaron por piernas la lapidaci¨®n cuando trataban de decomisar alijos defendidos como familiares por sus poseedores.,
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