"Euskadi est¨¢ deslegitimando la violencia"
Gurrutxaga, de 39 a?os, autor del libro La refundaci¨®n del nacionalismo vasco, opina que el empresario vasco no est¨¢ hoy a la altura de las necesidades del pa¨ªs y dice que los j¨®venes no est¨¢n dispuestos a sacralizar la ideolog¨ªa. Piensa que las elecciones auton¨®micas vascas a celebrar en octubre deben dar cumplida respuesta a cuestiones capitales del mapa electoral vasco.Pregunta. Los pasados comicios han movido significativamente el panorama electoral vasco que muchos consideraban estabilizado a partir de 1986. ?Cree que la expectaci¨®n que suscitan las pr¨®ximas auton¨®micas vascas de octubre est¨¢ plenamente justificada? ?Cu¨¢les son, a su juicio, las principales inc¨®gnitas que planean sobre la pr¨®xima cita electoral?
Respuesta. Desde luego, van a ser diferentes. Hay, al menos dos inc¨®gnitas por resolver. ?HB va a seguir perdiendo votos de forma masiva? En Euskadi hay un proceso de deslegitimaci¨®n radical de la violencia terrorista y HB ya no consigue incorporar nuevos votantes. Ni ellos mismos saben cu¨¢l es su proyecto pol¨ªtico porque la propia l¨®gica militar se lo impide. El segundo interrogante es si una fuerza escindida del PNV como Eusko Alkartasuna (EA) es capaz de construir un discurso pol¨ªtico propio. En octubre, EA se juega el ser o no ser.
P. ?El ascenso del PP marca el inicio de la recuperaci¨®n del sentimiento de pertenencia a Espa?a o estamos asistiendo a algo m¨¢s coyuntural?
R. Las razones que explican el voto son diversas y complejas. No hay que perder de vista que en Euskadi siempre ha habido una corriente liberal y adem¨¢s el relevo generacional les ha permitido demostrar que no son la clase pol¨ªtica del franquismo. Antes, el voto a este partido no nos sal¨ªa en las encuestas preelectorales porque sencillamente la gente lo ocultaba. Con la progresiva normalizaci¨®n del pa¨ªs, el trasvase de votos entre formaciones, nacionalistas vascas o no, empieza a hacerse con m¨¢s naturalidad. ?El PP va a mantener la l¨ªnea de ascenso de las elecciones generales o, la l¨ªnea se quebrar¨¢ en las auton¨®micas? ?El PP es capaz de entender al nacionalismo vasco; es capaz de pactar con ¨¦l? Si el Parlamento vasco se hubiera formado con el voto de los j¨®venes comprendidos entre los 18 y los 25 a?os de las pasadas europeas, el PP habr¨ªa tenido la mayor¨ªa.
P. ?Y qu¨¦ pasa con los antiguos votantes de Euskadiko Ezkerra? ?Puede decirse que decenas de miles de esos votos viven en plena orfandad pol¨ªtica, que no encuentran alternativa en el actual panorama?
R. Descontando a los que hayan podido apuntarse a la confluencia con el PSE-PSOE, las gentes de EE se han quedado mayoritariamente en casa o han prestado su voto a Izquierda Unida, sencillamente por exclusi¨®n. EE era un partido de cuadros, un partido exquisito que naci¨® en la transici¨®n y cumpli¨® su papel. Lleg¨® sin fuerza al momento de su refundaci¨®n. En el caso del PSE-EE, la inc¨®gnita es saber si va ser arrastrado por la vor¨¢gine de la corrupci¨®n y la incidencia que van a tener los casos dom¨¦sticos aparecidos aqu¨ª. Su problema es que no penetra en la sociedad vasca. La hegemon¨ªa social la sigue detentando el PNV.
P. ?Es consciente la sociedad vasca de las consecuencias que acarrea la crisis del modelo de desarrollo econ¨®mico, los efectos en la cultura industrial, en la cultura del trabajo?
R. No parece que asumamos que este cambio va a traer precariedad y empobrecimiento. No hay claridad en el diagn¨®stico ni definici¨®n del futuro. Hay un marco pol¨ªtico y econ¨®mico demasiado inestable, ?ste es un pa¨ªs de muy pocas ideas. En los ¨²ltimos 10 a?os se han perdido la mitad de los empleos industriales, unos 110.000. Digo perdidos porque no se han creado nuevos. Somos una sociedad de jubilados anticipados. ?Van a emigrar nuestros j¨®venes; se ir¨¢n los m¨¢s capacitados? La propia legitimidad del proceso de institucionalizaci¨®n pol¨ªtica vino por la gran red de asistencia social que se cre¨®. En Euskadi ha habido una red de asistencia social pr¨¢cticamente sin l¨ªmites.
P. El primer empresario es el Gobierno vasco. ?Qu¨¦ pasa con la figura del empresario vasco? ?Es tamos viviendo de los mitos?
R. La casta que se le atribuye al empresario vasco no se ve por ninguna parte y, desde luego, no est¨¢n jugando el papel hist¨®rico que les corresponde.
P. Muchos de los grandes empresarios achacan la inhib¨ªci¨®n a la violencia...
R. Pero bueno, tienen ayudas econ¨®micas, mano de obra cualificada, incentivos de todas clases. Por otra parte, el discurso nacionalista identifica al empresario vasco con el pa¨ªs, aunque es cierto que toda esa relaci¨®n paternalista, en la que el obrero poteaba con su patr¨®n tras la jornada laboral, se quebr¨® en la crisis de los setenta.
P. ?Y c¨®mo se imaginan los j¨®venes vascos su futuro?
R. No se lo imaginan, no ven m¨¢s futuro que el presente. La m¨¢xima ignaciana: "En desolaci¨®n no hacer mudanza" est¨¢ en todo su apogeo.
P. ?Es en la juventud vasca donde m¨¢s claramente se percibe la crisis del sistema de representaci¨®n de partidos?
R. S¨ª, s¨ª, hay un desapego hacia la pol¨ªtica convencional, pero yo no hablar¨ªa de despolitizaci¨®n, sino de b¨²squeda de nuevas formas de intervenci¨®n. La insumisi¨®n, la lucha ecol¨®gica, los movimientos por la paz, de solidaridad con el Tercer Mundo, se hacen al margen de los partidos. El absentismo es el primer partido de los j¨®venes vascos.
P. ?Cree que el PNV sigue necesitando renovar su discurso?
R. En el manifiesto del PNV para el a?o 2000 se dec¨ªa que lo que hay que hacer es cambiar adapt¨¢ndose, pero que lo que no hay que hacer nunca es cambiar el n¨²cleo central de la doctrina. El n¨²cleo central de la doctrina del PNV sigue siendo Sabino Arana. La pregunta es si se puede construir el nacionalismo desde bases ajenas a los ancestros ¨¦tnicos. Yo creo que el discurso de los j¨®venes nacionalistas ser¨¢ bien distinto y tendr¨¢ que incorporar la pluralidad social y el mestizaje. Supongo que no har¨¢ falta enterrar a Sabino Arana, pero lo que est¨¢ claro es que habr¨¢ que cuestionarle.
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