M¨¢s fiesta que escrutinio en Madrid

En la fiesta de seguimiento de las elecciones que celebr¨® la Embajada de M¨¦xico en un hotel de Madrid, hubo anoche m¨¢s fiesta que seguimiento. La diferencia horaria, que dos relojes ilustraban en el centro de la sala, hizo de la carencia de datos la nota predominante.A las cinco de la tarde, una hora despu¨¦s de que el sal¨®n abriese sus puertas, la sala estaba casi tan vac¨ªa como las calles madrile?as en un sofocante domingo de agosto. La pantalla gigante sintonizaba Galavisi¨®n en busca de noticias, pero la cadena mexicana emit¨ªa su Telehit con v¨ªdeos musicales de Mar¨ªa del Sol y Enmanuel.

La gente fue llegando con cuentagotas y a las 20.30 ya hab¨ªa casi un centenar de personas. La insistencia de Galavisi¨®n con sus v¨ªdeos musicales oblig¨® a la organizaci¨®n a ofrecer informativos estadounidenses, aunque la gente pon¨ªa cara de no entender.

Ante tal panorama, el anuncio de que el refrigerio empezaba a servirse bast¨® para desplazar el centro de gravedad de la fiesta hacia las mesas en que se ofrec¨ªa comida y bebida. La fiesta comenz¨® a animarse. Aunque no hubo tacos ni enchilada, la tortilla de patatas y la empanada fueron reclamo suficiente. Tampoco hubo tequila, pero a las once el whisky y el ron se hab¨ªan agotado.

La gente pareci¨® olvidar que hab¨ªa elecciones. Nadie hac¨ªa caso ya a las pantallas de televisi¨®n. Matrimonios con hijos, j¨®venes estudiantes y personas de mediana edad se dedicaron a lo suyo: platicar.

La falta de datos tuvo parte de la culpa. La otra la tuvo el escaso entusiasmo que mostraban la mayor¨ªa de los mexicanos presentes, ya unos 300, hacia los candidatos a la presidencia. "Zedillo no tiene carisma", dec¨ªa uno. "C¨¢rdenas no me gusta" otro. "Cevallos es un machista", resaltaba una joven mexicana.