Mueren dos ancianos en el incendio de un asilo en Santa Eugenia
Dos ancianos, F. M. L. y A.B.E., de 66 a?os, murieron anoche, uno de ellos calcinado y otro con graves quemaduras, en el incendio de una residencia privada para ancianos que albergaba m¨¢s de 200 residentes, en el barrio de Santa Eugenia, al Este de Madrid. Cuatro ancianos m¨¢s resultaron gravemente intoxicados por inhalaci¨®n de humo. Algunos de ellos recibieron masajes de reanimaci¨®n contra parada cardiaca en plena calle, adonde fueron evacuados.Cincuenta ancianos m¨¢s fueron atendidos all¨ª mismo de distintas afecciones. La colaboraci¨®n de un centenar de j¨®venes y adolescentes vecinos del barrio, que se unieron a los bomberos, Samur-Protecci¨®n Civil y Polic¨ªa, fue decisiva para la evacuaci¨®n eficaz de los ancianos.
"Creo que hay una persona muerta en una de las habitaciones del fondo del pasillo", dice Alfonso B, de 21 a?os, estudiante de Obras P¨²blicas, en medio del corredor a oscuras donde el humo es todav¨ªa muy denso quince minutos despu¨¦s de comenzar all¨ª el fuego. "No se encontr¨® la manivela de carraca con la que se acciona la escalera de incendios de la parte trasera del edificio y tuvimos que bajar a todos los ancianos que pudimos por la escalera principal", a?ade en medio de un fuerte griter¨ªo procedente del piso bajo.
"Hab¨ªa mucho humo, pero pudimos acompa?ar a bastantes viejecitos hasta la salida", asegura Miguel Blanco, de 13 a?os, alumno de octavo de EGB, mientras se retira una toalla mojada del rostro. Un olor muy denso, como de pl¨¢stico chamuscado, invade el corredor y las escaleras. Miguel se aparta para dejar paso a polic¨ªas, bomberos y sanitarios que descienden apresuradamente con camillas en las que trasladan a varios ancianos muy p¨¢lidos, asistidos con ox¨ªgeno unos, entre grandes bocanadas otros. Algunas enfermeras y cuidadoras toman las manos de los ancianos y les llaman por sus nombres, con gran dulzura.
La tensi¨®n entre los j¨®venes rescatadores era patente en la planta donde surgi¨® el fuego. La serenidad de los bomberos y polic¨ªas templaba los ¨¢nimos, mientras trasladaban a los ancianos heridos. Varias cuidadoras voceban el nombre de un anciano, Francisco, que quiso subir a su habitaci¨®n sin escuchar las indicaciones de que regresara, en medio de un trasiego incesante de evacuados. ?stos eran congregados laboriosamente e identificados en el exterior del edificio. PASA A LA P?GINA 3
"Tuve la dicha de rescatar del fuego a mi abuela"
Yo sal¨ªa de la residencia adonde hab¨ªa acudido con mi padre a visitar a mi abuela, Flora C. , de 94 a?os, que est¨¢ impedida en una silla de ruedas y sin habla", dice E. C., toledano, de 36 a?os. "V¨ª salir humo de la ¨²ltima planta y entr¨¦. Sub¨ª al segundo piso y tu ve la dicha de rescatar del fuego a mi abuela, pese a que por la velocidad con la que la trasladaba se escurr¨ªa de su silla de ruedas hacia los lados. Ahora est¨¢ bien, fuera de peligro".El incendio se origin¨® en torno a las 21.15 en una habitaci¨®n para residentes de la planta tercera del asilo, "probablemente al alzarse en llamas la brasa de una colilla de cigarrillo, pero a¨²n no sabemos", seg¨²n dice un bombero. La habitaci¨®n estaba presumiblemente ocupada por una de las personas que murieron y cuyo cad¨¢ver fue hallado al poco completamente calcinado, seg¨²n confirmaron fuentes municipales. Su identidad correspond¨ªa a las inciales A. B. E., de 66 a?os. Las llamas hicieron arder el mobiliario y una densa columna de humo puso en marcha el dispositivo de detecci¨®n de mon¨®xido de carbono situado en la planta baja, junto a la centralita. Desde all¨ª se avis¨® a los bomberos. Varias habitaciones m¨¢s ard¨ªan entonces velozmente.
Con prontitud fueron avisados los cuidadores de los ancianos que, en su mayor¨ªa, se hallaban entonces en el comedor, donde cenaban. Otros ve¨ªan la televisi¨®n en sus habitaciones. Con extrema celeridad los ancianos fueron conducidos a la salida por sus cuidadores, principalmente mujeres.
Efectos de la tensi¨®n
Numerosos residentes del asilo privado Levante Centro, una vez evacuados, comenzaron a acusar poco despu¨¦s los efectos de la tensi¨®n vivida con desvanecimientos y episodios respiratorios o cardiovasculares.
Carri¨®n Chaves, vocal de la Asociaci¨®n de Vecinos de Santa Eugenia, recuerda su insistencia tiempo atr¨¢s en que el edificio incendiado contara con medidas de seguridad adecuadas. "A consecuencia de un pleito con los propietarios de un edificio contiguo, la residencia carece de escalera de incendios en el ala derecha de su fachada. La escalera posterior da a un patio interior sin salida", comenta preocupado.
Algunos vecinos subrayan a media voz su alegr¨ªa: ?Menos mal que el incendio ha comenzado en la planta superior!. Si hubiera ardido la segunda o la planta baja, yo no s¨¦ lo que hubiera sucedido aqu¨ª", dicen.
Los responsables de la residencia negaron la lista de los heridos, si bien una de las ancianas trasladadas a la residencia sanitaria La Paz, se llama Auxilia, y es de nacionalidad suiza, seg¨²n fuentes de Protecci¨®n Civil. Los otros heridos fueron trasladados al hospital Gregorio Mara?¨®n.
"Es m¨¢s el alboroto que se ha armado que lo que ha sucedido", dice Francisco Moreno, que no recuerda su edad y desconoce que se han producido muertes. "Nac¨ª en 1915. Eche usted la cuenta", dice ausente.
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