"El PSOE frustr¨® la esperanza de la izquierda"
Laura Gonz¨¢lez, diputada por Izquierda Unida (IU) en el Parlamento Europeo, aprovecha los fines de semana y vacaciones para refugiarse en su Avil¨¦s natal. Confiesa su debilidad por las ciudades peque?as, donde todos se conocen y en las que la calidad de vida constituye una impronta a la que resulta dif¨ªcil renunciar. En Estrasburgo trabaja en las comisiones de Medio Ambiente y Salud P¨²blica, Desarrollo y Empleo y en la de Peticiones, que canaliza la voz de los colectivos ciudadanos. Son, las tres, expresi¨®n di¨¢fana de sus inquietudes vitales. Ha sido concejala, diputada regional y presidenta del Parlamento asturiano antes que eurodiputada. Tras 20 a?os de militancia en la izquierda, esta auxiliar de enfermer¨ªa, madre de dos hijas (una de ellas secretaria de las Juventudes Comunistas de Asturias), pretende dar testimonio de que el desempe?o de cargos p¨²blicos no ha de servir, en ning¨²n caso, para que el pol¨ªtico se distancie de s¨ª mismo y sus convicciones ni de los dem¨¢s.Pregunta. ?C¨®mo concibe su trabajo en la pol¨ªtica?
Respuesta. Como un esfuerzo para acercar las instituciones a los ciudadanos: haciendo tu trabajo lo m¨¢s transparente posible y procurando el m¨¢ximo contacto con la gente. Y esto es tanto m¨¢s necesario cuando asistimos al alejamiento de la realidad cotidiana por parte de tantos dirigentes. Hay que conocer de cerca lo que preocupa a la gente.
P. ?Qu¨¦ inquieta hoy a los ciudadanos?
R. Sobre todo, dos cosas: el desempleo y la corrupci¨®n. Nadie puede aceptar convivir con tasas de paro del 20%. En cuanto a la corrupci¨®n, no hay verdadera voluntad de acabar con ella. Para cortarla de ra¨ªz no basta con meter en la c¨¢rcel a Mariano Rubio. Hay que cambiar el m¨¦todo de trabajo en las instituciones y acrecentar la transparencia en la gesti¨®n p¨²blica.
P. ?Es Espa?a un pa¨ªs con doble moral, que condena a los que extienden la mano y exime a los que ponen el dinero?
R. Tan corruptos son unos como otros. Pero es m¨¢s grave hacerlo desde cargos p¨²blicos, ya sea en beneficio de la organizaci¨®n pol¨ªtica a la que se representa o, a¨²n peor, en provecho propio. Porque esto mina la democracia y la credibilidad. Basta mirar para Italia para saber que lo que est¨¢ ocurriendo aqu¨ª es peligroso.
P. ?Le preocupa la valoraci¨®n social de su trabajo, su cr¨¦dito personal?
R. Me resulta muy dificil separar mi condici¨®n personal de mi dimensi¨®n p¨²blica. Y s¨¦ tambi¨¦n que los cargos son temporales, y que cuando deje la responsabilidad que desempe?o ser¨¦ la misma ciudadana Gonz¨¢lez de siempre. Creo que si uno es coherente y act¨²a como piensa, su trabajo ser¨¢ valorado positivamente, aunque haya cometido errores. La gente no te respeta cuando haces lo contrario de lo que prometes.
P. Pero admita que el clima. social no parece muy indulgente con la clase pol¨ªtica.
R. Se generaliza y se tiende a decir que todos son iguales. El PSOE frustr¨® la esperanza de la izquierda. Viejos militantes comunistas votaron al PSOE porque pensaban que s¨®lo los socialistas ten¨ªan posibilidades de llegar al poder y, por tanto, de cambiar las cosas. Pero no las cambiaron. Y ese coste no lo paga el PSOE, sino toda la izquierda, que hab¨ªa acumulado el cr¨¦dito de su lucha contra el franquismo. No digo que el PSOE no haya hecho nada: ha habido avances en protecci¨®n social, en igualdad de la mujer..., pero han fracasado en dar ejemplo de lo que debe ser la actividad p¨²blica y en la pol¨ªtica econ¨®mica.P. Eduardo Galeano cita un dicho argentino: "El poder es como un viol¨ªn. Se toma con la izquierda, pero se toca con la derecha".
R. La frase es ingeniosa y yo tambi¨¦n estoy convencida de que a veces el poder distorsiona los ideales. Yo lo he visto incluso en el ¨¢mbito municipal, donde te encuentras frenos, desde la burocracia a la falta de recursos, cuando no presiones. Pero hay una cosa que todo pol¨ªtico de izquierdas debe hacer y que no cuesta dinero: dar ejemplo con su actitud, acercarse a los ciudadanos, ser transparente en su gesti¨®n. Me sorprende que Felipe Gonz¨¢lez no pasee y se pare a escuchar a los ciudadanos.
P. La proliferaci¨®n de reuniones en IU dif¨ªcilmente tiene parang¨®n en otras organizaciones. ?Les queda tiempo para pasear?
R. Es verdad que la actividad pol¨ªtica, al menos en IU, es muy absorbente y casi no deja tiempo para la vida privada. Pero yo lo consigo. Tengo amigos que no se dedican a la pol¨ªtica, me encanta el cine, leer, pasear... Un pol¨ªtico tiene que tener tiempo libre. Si no vive, no podr¨¢ ser un buen militante. Quiz¨¢ esto es m¨¢s acusado en IU porque tratamos de llevar el debate pol¨ªtico a todos los niveles de la organizaci¨®n y que nuestro programa sea el resultado de esa discusi¨®n. Y esto consume muchas horas. Debemos racionalizarlo.
P. ?Qu¨¦ debe ser hoy la izquierda?
R. El mundo en el que vivimos no puede continuar como est¨¢. No se puede convivir con 1.000 millones de personas desnutridas, o con la muerte diaria de 40.000 ni?os en el mundo, o con una amenaza constante al medioambiente. La izquierda debe intentar cambiar eso. S¨¦ que suena a ut¨®pico, que puede ser idealista, que seguramente ni mis hijas ni sus hijos lo ver¨¢n, pero yo, que soy mitad idealista y mitad realista, no me considerar¨ªa de izquierdas si no lucho por cambiarlo. Es una necesidad que ya admiten hasta los banqueros, preocupados porque eso genere una explosi¨®n social. Tampoco Europa puede crecer s¨®lo apoy¨¢ndose en el mercado. Se necesitan medidas sociales para evitar sus 50 millones de pobres y sus 17 millones de desempleados.
P. ?Qu¨¦ le hizo ser de izquierdas?
R. Mi padre era anarquista y mi abuela materna, socialista. Cada a?o anunciaban la inminente ca¨ªda del franquismo. En eso erraron los dos, pero debat¨ªan de todo y mantuvieron una actitud pol¨ªtica honesta. Pero adem¨¢s conoc¨ª, a los 14 a?os, las condiciones de vida de los emigrantes que llegaban a Avil¨¦s desde otras regiones espa?olas para trabajar en la construcci¨®n de Ensidesa. Algunos com¨ªan en el bar que ten¨ªan mis padres. Cinco de ellos murieron en las obras de cimentaci¨®n: Los vi llegar con su pobreza, vi c¨®mo trabajaban y qu¨¦ cobraban y los vi morir. Me inclin¨¦, inconscientemente, hacia la izquierda.
P. Una de sus hijas sigue sus pasos.
R. Las dos son de izquierdas. Pero la mayor, aunque vota y critica, no milita. La peque?a, s¨ª. Desarroll¨® un trabajo social que la puso en contacto con los problemas y los movimientos juveniles y por la paz. Yo lo ¨²nico que les inculqu¨¦ es que, tanto para casarse como para emparejarse, hay que ser siempre econ¨®micamente independientes. Independientes de padres, novio, marido o compa?ero. Mi hija mayor, que tiene novio hace seis o siete a?os, siempre me lo recuerda. Tiene contrato laboral de seis meses.
P. ?Convulsion¨® sus convicciones el fracaso del comunismo? .
R. La puesta en pr¨¢ctica del socialismo en los pa¨ªses del Este se burocratiz¨® y permiti¨® privilegios a los dirigentes. El sistema cometi¨® muchos fallos y a su fracaso ayud¨® la CIA y Occidente. Pero nadie est¨¢ diciendo que lo que hay ahora es mucho peor que lo que hab¨ªa. En Rusia la ¨²nica fuerza que est¨¢ hoy organizada es la Mafia. En el momento del cambio, ten¨ªamos la ilusi¨®n de que el pa¨ªs conservara las conquistas sociales y que fuera evolucionando hacia mayores cotas de libertad y de democracia. No fue as¨ª.
P. ?Le duele Cuba?
R. En Cuba tienen que cambiar cosas, pero ya lo est¨¢n haciendo. Irremediablemente tendr¨¢ que incorporarse a la econom¨ªa mundial, pero deber¨ªa mantener sus conquistas. Ser¨ªa criminal que desaparezca el ¨²nico pa¨ªs del Tercer Mundo que mantiene una cierta justicia social. Mientras en Cuba la tasa de mortalidad infantil es como la europea, en otros pa¨ªses latinoamericanos se tirotea a los meninos de la rua porque molestan y se matan ni?os para traficar con sus ¨®rganos.
P. ?El triunfo del capitalismo no ha clausurado el debate ideol¨®gico?
R. El capitalismo no ha triunfado. Ha fracasado desde el momento en que un tercio del mundo se muere de hambre.
P. ?Son importantes las mujeres en la pol¨ªtica?
R. Mucho. Aportamos una forma diferente de hacer las cosas. por lo com¨²n, somos m¨¢s dialogantes, m¨¢s flexibles, m¨¢s sensibles. V¨¦ase lo que ocurre en Yugoslavia. Mientras los hombres destruyen el pa¨ªs son las mujeres las que lo est¨¢n reconstruyendo, reedificando los edificios, trabajando en las f¨¢bricas.
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