El ¨¦xito del ceporro
'Vigilantes de la playa' triunfa pese a las burlas sobre su protagonista
Si hace unos a?os le dicen a los productores de Los vigilantes de la playa que su serie (Antena 3, lunes a viernes, 19.30) iba a ser vista en 142 pa¨ªses por unos mil millones de telespectadores, hubieran pensado que se trataba de uno m¨¢s de los chistes de los que el programa ha sido v¨ªctima desde su estreno en EE UU hace cinco a?os. Pero precisamente ha sido esta mofa a costa de la serie y su banalidad uno de los factores que han contribuido a su ¨¦xito. Vigilantes de la playa es tambi¨¦n un fen¨®meno singular, porque pr¨¢cticamente es el ¨²nico ¨¦xito internacional de la televisi¨®n norteamericana que se ha conseguido con dinero europeo.David Hasselhoff, el protagonista, productor y parcial due?o de los dividendos de la serie, lo reconoce: "Han sido los chistes sobre la serie y la gente que los ha difundido los que nos han hecho flamosos". Y es que Baywatch (su t¨ªtulo original), como entre nosotros el fen¨®meno de Carmen Sevilla y sus gazapos, es un caso ejemplar de cumplimiento de esa m¨¢xima que los creadores de programas de televisi¨®n conocen y explotan a conciencia: que hablen del programa, aunque sea mal. Principalmente, por la catadura del propio David Hasselhoff y lo que se recordaba de sus largas parrafadas con aquel veh¨ªculo (El coche fant¨¢stico) que le superaba en agudeza. El primer a?o en la cadena norteamericana NBC pas¨® as¨ª, encajando la burla de los comentaristas. La cancelaci¨®n, tras una sola temporada (1990), pareci¨® el finiquito. Fue entonces cuando Hasselhoff se vino a Europa a buscar dinero para seguir produciendo la serie. Hasselhoff hab¨ªa, iniciado su carrera como cantante en 1986. En Estados Unidos nadie se dio por enterado, pero al cabo del tiempo, al actor le comenzaron llegar noticias de que en Austria sus ¨¢lbumes se vend¨ªan como rosquillas. "?D¨®nde est¨¢ Austria?", pregunt¨® decidido. Y ni corto ni perezoso, emprendi¨® su expedici¨®n al Viejo Continente. De Austria pas¨¦ a Alemania, donde se hab¨ªa convertido en ¨ªdolo de ni?os y adolescentes. De aquella excursi¨®n y otras posteriores, Hasselhoff volvi¨® m¨¢s rico y con dinero ara continuar produciendo Vigilantes de la playa en Estados Unidos. Mientras, en Europa se repiti¨® la misma historia: Haselhoff y su corte de dorados cos se hab¨ªan convertido en cabezas de turco de la cr¨ªtica.
El pr¨®ximo a?o ni los chinos se librar¨¢n del placer de Vigilantes de la playa: se emitir¨¢ v¨ªa sat¨¦lite. Mientras tanto, Hasselhoff tiene otras aspiraciones, como ganarse la atenci¨®n de la audiencia adulta. Y el actor cree que va camino de ello. "Sol¨ªa ir a fiestas", dice, "y gente como Stallone o Schwarzenegger ni me dirig¨ªan la palabra. Ahora, incluso se me acercan y dicen: "?Eh! Esto ya es un comienzo".
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