Un anciano de 87 a?os mata por celos a su esposa ciega y hiere a una vecina
Una sola pu?alada bast¨® para que Cayetano S¨¢nchez, de 87 a?os, acabara con la vida de su esposa ciega, ?ngeles Vill¨®, de 83 a?os, despu¨¦s de una fuerte discusi¨®n.El anciano tambi¨¦n asest¨® siete cuchilladas, a una vecina, que supuestamente intent¨® mediar entre el matrimonio. Ocurri¨® en la madrugada del s¨¢bado en la calle de San Antonio, 8, en Tetu¨¢n. Los vecinos apuntan que se trata de un crimen pasional. Un ataque de celos y la amistad de las dos mujeres, que, seg¨²n manifest¨® el propio Cayetano, frecuentaban otros hombres, desat¨® la ira del anciano.
Eran las 7.30 cuando los vecinos del inmueble se despertaron al o¨ªr los gritos de la inquilina del tercero puerta I, Dolores Rivera, de 83 a?os, pidiendo auxilio. Minutos antes, Cayetano le hab¨ªa espetado: "La culpa ha sido tuya". Sin mediar palabra, el hombre la atac¨® en la escalera con un cuchillo. Al otro lado del pasillo, en el interior de la puerta 2 yac¨ªa sin vida el cuerpo de ?ngeles Vill¨®. Antes de emprender la huida, seg¨²n explican los vecinos, Cayetano tuvo tiempo de lavarse las manos, coger las llaves de su viejo Volkswagen de color blanco y llamar a una vecina para dejarle las llaves de la casa.
Dolores Rivera se encuentra ingresada en estado muy grave en el Hospital Cl¨ªnico, donde se recupera de la operaci¨®n de las lesiones en el cuello, pecho, t¨®rax y abdomen. Su amistad con la fallecida estuvo a punto de costarle la vida.
A mediod¨ªa de ayer, los vecinos del viejo inmueble sorteaban el charco de sangre, todav¨ªa fresca, en la puerta de la vecina herida. No daban cr¨¦dito a lo ocurrido.
Los celos no dejaban vivir a Cayetano, siempre pendiente de su mujer, ?ngeles, ciega desde hac¨ªa m¨¢s de siete a?os. "El estaba muy mal de la cabeza, era muy celoso,fijate qu¨¦ locura. La pobre mujer no se val¨ªa por s¨ª misma. Qu¨¦ celos podr¨ªa darle a esa edad y en ese estado", se?ala una vecina.
Era una extra?a pareja, cuenta otra inquilina del inmueble. Una relaci¨®n de amor y odio. "Eran inseparables. ?l la llamaba puta canuta, y al momento la estaba dando cari?itos y cogidos de la mano. El problema era que se celaba de ella", explica una vecina que prefiere mantenerse en el anonimato. El anciano matrimonio viv¨ªa solo. Todas las ma?anas Cayetano, acud¨ªa al mercado Maravillas para hacer la compra. Desde que su mujer qued¨® invidente, ¨¦l se ocupaba de estos menesteres. Por las tardes sacaba a pasear a su esposa, ?ngeles, por Bravo Murillo. Cayetano hab¨ªa sido acomodador, mec¨¢nico y taxista. Ayer, anduvo dando vueltas por el barrio y tom¨® caf¨¦. Cinco horas m¨¢s tarde se entreg¨® a la polic¨ªa.
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