Europa, el derecho y los inmigrantes
Se nota que Europa est¨¢ en una encrucijada. Dos caminos se abren ante ella: o bien contin¨²a un proceso de construcci¨®n que prima el monetarismo en detrimento de la cohesi¨®n social, la consolidaci¨®n de los poderes ya grandes de la tecnocracia eurocr¨¢tica sin tener en cuenta la soberan¨ªa parlamentaria nacional y europea, la uniformizaci¨®n frente a la diversidad cultural -y entonces surgen todos los peligros: disgregaci¨®n del tejido social, repliegue sobre s¨ª mismas de las poblaciones marginadas, racismo, xenofobia y exclusi¨®n-, o bien la Europa comunitaria aprovecha los recientes cambios (un nuevo presidente de la Comisi¨®n y un nuevo Parlamento) para hacer balance del pasado, evaluar las acciones emprendidas, consolidar los centros de decisi¨®n democr¨¢ticos y elaborar, en fin, pol¨ªticas sociales comunes -lo que ser¨ªa un nuevo comienzo- Porque las cuestiones principales son: ?Se realizar¨¢ la construcci¨®n europea en beneficio o en perjuicio de los derechos sociales? ?La l¨®gica ciega de las leyes del mercado se impondr¨¢ a la cohesi¨®n de las sociedades o bien ¨¦stas lograr¨¢n controlar esas leyes y civilizarse m¨¢s?En el centro de estas cuestiones se encuentra la relaci¨®n con los extranjeros, los inmigrantes y todos aquellos a los que, por su situaci¨®n jur¨ªdica, se puede considerar como minor¨ªas. La cuesti¨®n que se le plantea aqu¨ª a Europa es clara: ?nos dirigimos hacia una diferenciaci¨®n cada vez m¨¢s clara entre la situaci¨®n jur¨ªdica, pol¨ªtica y cultural de los ciudadanos europeos y la de los dem¨¢s o se intenta crear una nueva concepci¨®n de la ciudadan¨ªa que convierta a los extranjeros que deseen permanecer en el espacio europeo en ciudadanos respetados y dotados de derechos reconocidos? ?Vamos hacia una Europa de diferentes situaciones y privilegios o hacia una Europa de ciudadanos iguales?
Evidentemente, el problema no es sencillo. Y no se soluciona a base de decisiones tecnocr¨¢ticas. Cada uno de los pa¨ªses de la Comunidad debe examinar retrospectivamente su conducta. Porque la relaci¨®n con los extranjeros, el tratamiento de la cuesti¨®n de la migraci¨®n y las reglas para la concesi¨®n de la nacionalidad y de los permisos de residencia no son id¨¦nticos. En Francia, Reino Unido y Alemania hay ya una larga tradici¨®n de reflexi¨®n, an¨¢lisis y propuestas sobre estas cuestiones. Y resulta tambi¨¦n tranquilizador observar que Espa?a, aunque se ha integrado tard¨ªamente en el proceso de construcci¨®n comunitaria, posee hoy una generaci¨®n de investigadores y ensayistas de excelente calidad. Lo sorprendente es que estos j¨®venes pensadores unan de entrada la cuesti¨®n de la situaci¨®n de los extranjeros, los inmigrantes, a la de la profundizaci¨®n en el modelo democr¨¢tico espa?ol. Ven en el aumento de los derechos de los inmigrantes y minor¨ªas el fortalecimiento de la democracia para los propios ciudadanos espa?oles.
El profesor Javier de Lucas ha sintetizado con gran agudeza y rigor todo el debate europeo sobre la cuesti¨®n. Su libro El desaf¨ªo de las fronteras (Ediciones Temas de Hoy, Madrid, 1994) se presenta como el an¨¢lisis m¨¢s sistem¨¢tico que se ha propuesto hasta ahora sobre la cuesti¨®n de los derechos de las minor¨ªas en Europa. El autor, pol¨ªglota, conoce igual de bien el debate de Francia, Italia, Reino Unido y Alemania: quienes est¨¢n familiarizados con esta pol¨¦mica ver¨¢n que, en cada caso, el profesor De Lucas va a lo esencial y muestra el alcance y los l¨ªmites de las tesis que analiza.
No podemos resumir aqu¨ª la rica argumentaci¨®n desarrollada por el autor; para dar una idea de la originalidad de su discurso basta solamente con mostrar las suposiciones previas de su intento y las cr¨ªticas que realiza a las diversas estrategias nacionales puestas en pr¨¢ctica en Europa. En opini¨®n de Javier de Lucas, la democracia no se asienta solamente en la necesidad de asegurar los mecanismos libres del mercado como regla de referencia de la libertad jur¨ªdica de los individuos; seg¨²n ¨¦l, la democracia se basa, en primer lugar, en una exigencia ¨¦tica: la de los derechos imprescriptibles del hombre, seg¨²n mantiene la tradici¨®n jur¨ªdica europea desde la Revoluci¨®n Francesa. El progreso, la ampliaci¨®n y la profundizaci¨®n de los derechos del hombre sirven para medir el grado de evoluci¨®n y de madurez de la democracia en la sociedad. Estos derechos son m¨²ltiples: son sociales, pol¨ªticos y culturales. Pero, sin embargo, no se puede establecer diferencias entre ellos: no se pueden recortar seg¨²n el inter¨¦s del momento o la raz¨®n de Estado. Porque su fuerza no procede solamente de una visi¨®n normativa del inter¨¦s -lo que es bueno para cada cual o para cada Estado en uno u otro momento-, sino que viene en primer lugar y principalmente de la base sobre la que se apoyan -la de la justicia-. No la obligaci¨®n, sino la justicia. Y a la luz de este principio filos¨®fico, Javier de Lucas emprende un an¨¢lisis sistem¨¢tico de toda la problem¨¢tica de la integraci¨®n (o de la exclusi¨®n) de extranjeros e inmigrantes a escala de la Europa comunitaria. La ciudadan¨ªa, la ampliaci¨®n del derecho com¨²n a los extranjeros, inmigrantes y minor¨ªas -estas cuestiones se sit¨²an as¨ª en el contexto de la materializaci¨®n de los conceptos de democracia, derechos del hombre y justicia-. Mejor todav¨ªa: el principal inter¨¦s del libro de Javier de Lucas consiste en proponer' una respuesta radical al problema del tratamiento de los derechos de las minor¨ªas desde una perspectiva de construcci¨®n y profundizaci¨®n de la democracia en Europa.
Esta respuesta est¨¢ totalmente ligada a la relaci¨®n entre pertenencia a una naci¨®n y derecho de ciudadan¨ªa: Javier de Lucas sostiene que la ciudadan¨ªa se adquiere, en cuanto a su contenido, desde el momento en que se verifica la participaci¨®n efectiva, pr¨¢ctica, en la sociedad de acogida. A partir de entonces, el individuo debe disponer de todos los derechos del ciudadano en calidad de derechos humanos.
El autor pone de manifiesto esta actitud a trav¨¦s del an¨¢lisis del art¨ªculo 13 de la Constituci¨®n espa?ola de 1978, de sus equ¨ªvocos y l¨ªmites, as¨ª como mediante una reflexi¨®n sobre las ambig¨¹edades de la Ley de Extranjer¨ªa de 1985. Posici¨®n jur¨ªdico-pol¨ªtica que implica la abolici¨®n del derecho de expulsi¨®n para quienes est¨¢n instalados legalmente, igualdad de derecho al trabajo (contra la preferencia nacional), libre circulaci¨®n de las personas, derecho a la formaci¨®n profesional, a la escolarizaci¨®n, a personalidad jur¨ªdica para las asociaciones de extranjeros e inmigrantes, rechazo de una disociaci¨®n entre derechos sociales y derechos pol¨ªticos, etc¨¦tera. Por encima de la diferencia en cuanto a condici¨®n de nacionales y no nacionales, Javier de Lucas se inclina por una unificaci¨®n de los derechos de los ciudadanos a escala europea.
Estas tesis pueden parecer atrevidas. No lo son. Porque tanto las pol¨ªticas nacionales como la de Europa se definen, negativa o positivamente, en relaci¨®n con la problem¨¢tica filos¨®fica sobre la que se basan -?qu¨¦ es la democracia hoy?-. Y si esta Europa quiere ser algo m¨¢s que un mercado, si quiere ser m¨¢s que un espacio policial seg¨²n el modelo de los acuerdos de Schengen, debe concebirse, para preparar el futuro, como una civilizaci¨®n nueva que escucha a los ciudadanos ilustrados que la integran.
Sand Na?r es catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Par¨ªs VIII; presidente del Instituto Europamediterr¨¢neo; autor, entre otros, de Lettre a Charles Pasqua, Paris, Seuil, 1994.
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