A DE LA ROSA LE VIGILAN EL CASCO
La parafernalia de seguridad que despliegan Conde y de la Rosa, dos hombres de negocios que la vida ha tambaleado, sigue siendo ostensible, parecida a sus grandes ¨¦pocas, en plena era del pelotazo y riqueza desmedida. Conde se esconde con sus escoltas cerca del golf de Pollen?a. De la Rosa se deja ver, poco, en su fastuoso yate Blue Legend. Dos turistas de Puerto Portals explican que en un restaurante el ex empresario de KIO fue recriminado por varios clientes. Para evitar problemas mayores, los buzos de su servicio de seguridad revisan peri¨®dicamente el casco de la embarcaci¨®n. Y si una barca curiosa la rodea, inmediatamente aparece en cubierta un vigilante. Solchaga, testigo que fue de la eclosi¨®n de Conde y de la Rosa, se desplaza, solo, al volante de un Corsa de alquiler. Su ex compa?ero de gabinete, el vicepresidente Narc¨ªs Serra tambi¨¦n sale de excursi¨®n.?ste entr¨® en un cochecito por las calles cerradas del pueblo de Alar¨®, y pregunt¨® a un municipal d¨®nde estaba el ayuntamiento.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.