Delors entra en campa?a
El 'presidente europeo' act¨²a como si su candidatura a la sucesi¨®n de Mitterrand en 1995 fuera indiscutible
?C¨®mo se puede uno convertir en candidato a la presidencia de la Rep¨²blica Francesa sin reconocer que ya se ha tomado esa decisi¨®n? El socialista Jacques Delors, todav¨ªa presidente de la Comisi¨®n Europea, tiene la respuesta. Menos declarar p¨²blicamente que quiere ser el sucesor de Fran?ois Mitterrand en las elecciones de mayo de 1995, hace todo lo necesario para que nadie dude de sus profundas intenciones. En un seminario, celebrado el pasado fin de semana en Lorient, en Breta?a, all¨ª donde el bonito es objeto de ¨¢spera batalla franco-espa?ola, el hombre que ha encarnado en los ¨²ltimos 10 a?os la idea federalista de Europa, ha conversado extensamente con un enviado de EL PA?S.Jacques Delors no habla s¨®lo como candidato, lo hace como presidente. En este puerto franc¨¦s, destruido hasta los cimientos por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, y en el que la pulcritud del nuevo trazado, la limpieza suntuaria de sus mansiones hace pensar que el chomage, el desempleo, del que todo el mundo habla, s¨®lo puede ser una entelequia macroecon¨®mica, el dirigente socialista se da un ba?o de proporcionadas multitudes: sus seguidores del Club T¨¦moin, del que es presidente de honor y que se ocupa visiblemente de su precampa?a electoral, le miman, amparan, aplauden. Delors, 69 a?os, se ha ataviado con coqueter¨ªa de capital de provincias. Corbata, s¨ª, pero camisa de alg¨²n color menos que formal, cazadora de cuero, que aqu¨ª en Lorient la can¨ªcula es s¨®lo una teor¨ªa climatol¨®gica y un chirimiri bret¨®n anda siempre a mano. Impecable, pero pr¨®ximo al auditorio.
Opci¨®n de sociedad
El interrogante se ha repetido mil veces. "?Va a presentarse?" Silencio amable. "Estoy seguro de que va a presentarse. Lo est¨¢ diciendo sin decirlo". Larga pausa. Responde s¨®lo con el lenguaje del cuerpo. "El silencio administrativo en Espa?a equivale al consentimiento". Nuevo silencio. Sonrisa. "El presidente Mitterrand quiere que sea candidato. Pero no se llevar¨ªa un disgusto si saliera derrotado".Jacques Delors tuvo una visi¨®n europea, y ahora la tiene para la sociedad francesa y, por extensi¨®n, la continental. Habla como el fil¨®sofo-rey, alg¨²n acompa?ante afirma que cada d¨ªa suena m¨¢s mitterrandiano.
"Es preciso hacer una opci¨®n de sociedad y decidir cu¨¢l va a ser el lugar del trabajo en la misma. Hemos de ir hacia una sociedad a la carta, en la que el Estado no imponga sino que facilite distintas elecciones al ciudadano. Habr¨¢ quien quiera trabajar 2.000 horas al a?o, tener determinado tipo de cobertura social, y otro s¨®lo 1.000. Habr¨¢ todo un microcosmos de respuestas, de opciones, y el Estado ha de saber ofrecer esas posibilidades".
"Me preguntan si en el futuro va a haber trabajo para todo el mundo. Corremos el peligro de ir hacia una explosi¨®n. Y esta explosi¨®n puede ser brutal o reflejarse en un debilitamiento progresivo de la sociedad. Esa explosi¨®n s¨®lo puede impedirla el partido que sepa socializar el problema. Ofrecer igualdad de oportunidades al ciudadano, no de resultados, que eso depende de ¨¦l. Todo est¨¢ por hacer: repensar la ense?anza, el trabajo, el reparto de cargas sociales".
Delors no alza la voz. Son los dem¨¢s los que se desenroscan el cuello para seguir sus palabras en una proximidad que nunca parece suficiente. El dirigente socialista siempre a un paso por delante.
"El socialismo ha de ser hoy libertad, solidaridad y responsabilidad. Esa es la segunda izquierda que yo represento, puesto que ya en 1966, en un art¨ªculo de prensa, augur¨¦ que en el curso de su vida laboral el ciudadano se ver¨ªa obligado a cambiar dos o tres veces de especializaci¨®n. Y a¨²n hoy ese reciclaje es 10 veces m¨¢s probable en un cuadro profesional que en un obrero. La democracia, tal como la entendemos hoy, no nos satisface". Nos, dicho con un tono apaciblemente mayest¨¢tico.
Para Jacques Delors ¨¦se es el new deal de una nueva revoluci¨®n francesa, no la jacobina, sino la de la descentralizaci¨®n de las opciones, aunque tampoco menos Estado, pero s¨ª m¨¢s proteico, un Estado ma?tre con una carta lo mejor surtida posible para el comensal-ciudadano. Responsabilidad ser¨ªa, pues, la forma contempor¨¢nea de la igualdad de 1789, entendida como capacidad de utilizar los instrumentos que facilite el propio Estado para tender hacia esa igualdad.
?C¨®mo se ve Jacques Delors a s¨ª mismo?
"Los pol¨ªticos no quieren reconocer que la historia es tr¨¢gica".
"No soy un velocista, soy un corredor de fondo".
"La raz¨®n de que no haya hecho una gran carrera pol¨ªtica es que valoro por encima de todo la independencia".
Protestas generales ante una modestia tan aparentemente innecesaria. "No me digan que s¨ª la he hecho, porque nunca he sido profeta en mi tierra. En Francia jam¨¢s se ha entendido que hiciera una gran carrera por ser presidente de la Comisi¨®n".
"Yo no estoy fabricado para pol¨ªtico. El pol¨ªtico no es capaz de resignarse a decepcionar. Y hay que saber hacerlo".
"Pero si no fuera presidente crear¨ªa un grupo de presi¨®n en favor de la construcci¨®n europea. Y en ese caso creo que el presidente ser¨ªa Balladur -el actual primer ministro gaulista-. "?Rocard?" -eterno precandidato del socialismo-. Hace un gesto como de amable agotamiento ante la pregunta. "Le he prometido hac¨¦rselo saber el primero cuando decida sobre mi candidatura".
"Se?or Delors. Su compatriota, el soci¨®logo Pierre Bourdieu, me dijo en una ocasi¨®n que el gran motor de la construcci¨®n europea era la nostalgia del imperio".
"Estoy de acuerdo si entendemos que esa es la ¨²nica forma de escapar al declive inevitable. Si Europa no va hacia una unificaci¨®n plenamente pol¨ªtica, no saldremos de ¨¦sta. Ser¨¢ un verdadero fin de la historia para nosotros".
Antes de fin de a?o conoceremos la decisi¨®n oracular de este autodidacta culto, mesurado, cat¨®lico, social, hay quien dice que por todo ello, antes democristiano de la m¨¢s noble escuela que socialista, y por tanto, susceptible de morder el voto al centro y la derecha. Pero en Lorient no lo dudaba nadie entre su grey m¨¢s devota. Jacques Delors es el ¨²nico candidato capaz de a?adir otro septenato al socialismo en Francia.
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