Muere a los 71 a?os el director de cine Lindsay Anderson
El escritor y realizador era el m¨¢ximo te¨®rico del "Free Cinema" brit¨¢nico
El te¨®rico, escritor y cineasta brit¨¢nico Lindsay Anderson falleci¨® repentinamente ayer, de un ataque al coraz¨®n mientras se encontraba de vacaciones en Francia en casa de un amigo. El ataque le sobrevino cuando sal¨ªa de la piscina. Hijo paradigm¨¢tico del Imperio -vio la luz en 1923 en Bangalore, en la India, hijo de un militar escoc¨¦s que lleg¨® a general y de una madre de origen sudafricano-, Anderson fue tambi¨¦n uno de los m¨¢s conspicuos "j¨®venes airados" que, desde comienzos de los a?os 50, buscaron cinematogr¨¢ficamente sus ra¨ªces en la mejor tradici¨®n del cine brit¨¢nico, el documental de Humphrey Jennings o John Grierson, para elaborar a partir de ¨¦l una s¨ªntesis propia. Fue el comienzo del Free Cinema, uno de los primeros "nuevos cines" que encandilaron a la cr¨ªtica y a buena parte del p¨²blico europeos en la d¨¦cada de los 60.La filmograf¨ªa de Anderson se sit¨²a entre un pu?ado de luminosos, fundamentales cortometrajes producidos a comienzos de los 50 -Wakefleld Express, 1953; Thursdays Children, 1954, que le vali¨® un Oscar-, herederos de la tradici¨®n documental y realista del cine de preguerra, y un filme crepuscular y, salvo en su tratamiento realista, alejado de sus preocupaciones anteriores, Las ballenas de agosto (1987), protagonizada, a sus m¨¢s de 90 a?os, por Lilian Gish.
Entre estos polos se sit¨²a lo mejor de la producci¨®n de Anderson. En 1963, cuando ya se hab¨ªa batido desde su ocupaci¨®n habitual de cr¨ªtico de cine -lo fue en las prestigiosas revistas especializadas Sight and Sound y Sequence, que lo tuvo entre sus fundadores, as¨ª como del Times y de New Statesman- por la renovaci¨®n de las estructuras del cine brit¨¢nico, debut¨® en el largometraje con un honesto -y logrado ejercicio de an¨¢lisis f¨ªlmico-sociol¨®gico, El ingenuo salvaje. El filme es un acerado acercamiento al mundo del rugby visto desde la clase obrera.
El filme supuso la consagraci¨®n de Richard Harris como actor de moda, lo mismo que ocurri¨® a?os despu¨¦s cuando un desconocido, Malcolm McDowell, alcanz¨® la celebridad tras encarnar al contestatario opositor al sistema de ense?anza brit¨¢nico en If... (1969), un filme por cuyas rendijas se escapa a borbotones el esp¨ªritu de Mayo del 68.
Con Un hombre con suerte (1972) inicia el camino de la s¨¢tira de corte surrealista, alejada de su filme anterior, e igualmente protagonizada por McDowell. Pero el resultado es decepcionante. Tampoco obtiene ¨¦xito con su siguiente filme, In celebration (1975), in¨¦dito en Espa?a, ni con Britannia Hospital (1982), una pel¨ªcula que s¨®lo demostraba lo mal que Anderson se adaptaba a un mundo en continuo cambio. Anderson es autor, entre otros, de un libro de teor¨ªa cinematogr¨¢fica, Making a film, as¨ª como de una esencial colecci¨®n de ensayos, apuntes y entrevistas, About John Ford (1981).
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