Bares y descanso

Cuando un ciudadano decide pasar sus d¨ªas de merecido descanso estival en Cullera, y especialmente en la calle de Barcelona, no sabe d¨®nde se mete. Que se olvide radicalmente de poder dormir durante sus vacaciones ninguna noche antes de las cinco o seis de la madrugada, ya que la consejer¨ªa de Valencia estima, con total desprecio hacia el derecho al descanso de los dem¨¢s, que la hora de cierre de los bares y terrazas en medio de la calle y a pie de viviendas es id¨®neo a las cuatro de la madrugada, que, por si fuera poco, nunca se cumple.?C¨®mo se nota que los que alegremente deciden cu¨¢ndo debe descansar la gente no tienen que sufrir ni la m¨²sica de estos bares ni los gritos y las voces de esta tan distinguida clientela, especialmente cuando ya se van cargaditos! De nada sirve que se denuncie. El mes de agosto se recogieron firmas de quejas de los veraneantes e incluso se fue a ver al alcalde, quien manifest¨® que la decisi¨®n de los horarios era de la consejer¨ªa de Valencia.

Pero ?d¨®nde est¨¢ el deber de la polic¨ªa local de intentar impedir con su presencia activa y no contemplativa la algarab¨ªa que impunemente est¨¢ transgrediendo el derecho que los dem¨¢s tienen al descanso? Esto s¨ª es competencia de las autoridades locales, ?o tampoco? No estoy -ni mucho menos- en contra de que la gente se divierta, lo que no me parece justo es que esto deba hacerse a costa de pisotear el derecho que los dem¨¢s tienen a poder descansar -especialmente a altas horas de la madrugada-

Desgraciadamente, la casi total ausencia de civismo que impera en la mayor¨ªa de los ciudadanos, donde s¨®lo se habla de derechos, pero nunca de obligaciones, tambi¨¦n -a todos los niveles- es el motor de arranque que nos lleva a estas situaciones tan degradantes.

?Es que es tan dif¨ªcil concienciarse de que mi libertad acaba donde empieza la de los dem¨¢s? As¨ª de f¨¢cil.