La Liga arranca con el campe¨®n a la contra
La Liga 1994-95 arranca con la sospecha generalizada de que el tetracampe¨®n es vulnerable. Hay serias dudas de que el Barca pueda conseguir la quinta: no se adivina la figura de un portero regular despu¨¦s de haber prescindido del guardameta titular de la selecci¨®n (Zubizarreta); los extranjeros andan con serios problemas (Hagi, lesionado; Stoichkov, sancionado; Romario, de pretemporada), y los for¨¢neos garantizaron el a?o pasado el 68,1% de los goles; los fichajes (Eskurza, S¨¢nchez Jara, Escaich, Cela, Lopetegui) parecen ajustarse a una econom¨ªa de guerra cuando es el club m¨¢s saneado del campeonato; y la hinchada se pellizca por entender c¨®mo es posible que habiendo redoblado la defensa con un cuarto hombre de categor¨ªa hoy indiscutible (Abelardo) se encajen m¨¢s goles que nunca.Las flaquezas azulgranas convidan a los rivales a engordar. El Madrid, con el mayor presupuesto (8.300 millones) y la inversi¨®n m¨¢s cuantiosa en contrataciones (alrededor de 800 millones) ha saldado la pretemporada m¨¢s puesto que nunca de la mano de Jorge Valdano y con Michael Laudrup de abanderado del f¨²tbol espect¨¢culo: invicto en 11 partidos, y ocupando el primer puesto en la cuota de pantalla (el trofeo Bernab¨¦u fue visto por 700.000 telespectadores m¨¢s que el Gamper). El Valencia de Carlos Alberto Parreira se llev¨® el trofeo organizado por el Barca con un f¨²tbol m¨¢s rotundo incluso que el exhibido por Brasil en la Copa del Mundo. El Zaragoza provoc¨® la baba de su afici¨®n pese a perder la Supercopa. El Deportivo se ha rearmado con el acto de contricci¨®n de Bebeto. El Atl¨¦tico de Madrid ilusiona con el manual y el verbo de Maturana. El Athletic inspira confianza...
Todos van muy equipados.
Parece c¨®mo si mientras los aspirantes se han armado, el campe¨®n se est¨¢ debilitando. Incluso la primera lista del seleccionador, Javier Clemente, parece expresar un traspaso de poderes. Los jugadores del Madrid convocados vuelven a ser tantos como los del Barcelona (cinco). Nadie, sin embargo, se f¨ªa de Johan Cruyff. Le ha bastado al t¨¦cnico azulgrana con. exhibir a su hijo, Jordi, para intimidar. Puede que le hayan perdido el respeto al equipo azulgrana, pero no al entrenador holand¨¦s. Y Cruyff anuncia que habr¨¢ guerra.
Los m¨¢s de 6.000 millones de pesetas invertidos en fichajes (1.500 de ellos empleados en Redondo, Simeone y Raducioiu) y los cambios de camiseta (el trueque Laudrup-Hagi es el mejorexponente) alimentan la esperanza de una buena temporada. Hay la sensaci¨®n de que se pueden marcar m¨¢s goles: el 28,3% de los tantos logrados en el Mundial de Estados Unidos fue obtenido por f¨²tbolistas que militan en la Liga espa?ola, entre ellos los cinco de Romano, pichichi del curso 1993-1994 con 30 goles; de que el resultado m¨¢s repetido dejar¨¢ de ser el empate a cero (49 veces en la Liga anterior); de que los equipos buscar¨¢n la victoria aunque, no valga tres puntos (el 22,63% de los partidos del ejercicio pasado se sald¨® con un triunfo visitante, y en el 49,47% se impuso el local); y de que las nuevas normas arbitrales pueden provocar m¨¢s debate, confusi¨®n y tarjetas.
Se prev¨¦ tambi¨¦n un aumento del n¨²mero de espectadores (Barcelona y Sevilla han recuperado sus derbies); de la recaudaci¨®n de la quiniela (el incremento del a?o pasado fue del 9,74% situ¨¢ndose en 46.300 millones de pesetas); y de los derechos de televisi¨®n (la Liga reparti¨® en junio 5.300 millones cuando hace nueve a?os la cantidad fue de 433, cifras que confirman el liderazgo del f¨²tbol).
La agitaci¨®n que despierta el campeonato no se corresponde, en cualquier caso, con las expectativas que ofrece la primera jornada. Futbolistas del calibre de Mauro Silva, Bebeto, Redondo, Suker, Prosinecki, Jerkan, Penev, Stoiclikov, Hagi, Kosecki... son baja por motivos distintos, generalmente por lesi¨®n (los croatas Suker, Prosinecki y Jerkan est¨¢n concentrados con su selecci¨®n),y Romario ha sido repescado a ¨²ltima hora tras su indisciplina.
Cruyff conf¨ªa en ¨¦l y recela del entorno. Dice que todos van a por el Barcelona. "Habr¨¢ que aprender a defendernos", sentencia. Johan Cruyff habla m¨¢s que, nunca de defensa.
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