El comportamiento de Bor¨ªs YeItsin en Berl¨ªn provoca verg¨¹enza incluso entre sus partidarios

El comportamiento no protocolario del presidente Bor¨ªs Yeltsin durante la despedida de las tropas rusas esta semana en Berl¨ªn ha causado desagrado entre sus compatriotas, incluidos los mismos partidarios del l¨ªder ruso. El prestigioso diario Izvestia manifest¨® ayer en primera p¨¢gina que "millones" de ciudadanos hab¨ªan experimentado, "sentimientos de extrema in comodidad e incluso de verg¨¹enza" cuando Yeltsin arrebat¨® la batuta al director de una orquesta y comenz¨® a utilizarla con gesto torpe, asumiendo as¨ª una funci¨®n "totalmente inapropiada" para un l¨ªder.

Al presidente le falt¨® "la autocr¨ªtica de una persona de pensamiento sobrio", se?ala Albert Plutnik, el firmante del art¨ªculo, en una clara alusi¨®n a la afici¨®n de Yeltsin a la bebida, y su comportamiento caricaturesco, agrega, puede ser comparado al de Nikita Jrugchov, que golpe¨® con un zapato la tribuna de la ONU, o L¨¦onid Brezhnev, que se colg¨® literalmente del cuello de un actor norteamericano.Otros peri¨®dicos de oposici¨®n antiyeltsinistas publican una foto en la que el presidente aparece en Berl¨ªn con el gesto crispado y la copa en la mano. Sin embargo, las cr¨ªticas a Yeltsin, que son habituales en los peri¨®dicos de la oposici¨®n, tienen un valor cualitativo distinto al aparecer en Izvestia, que actualmente est¨¢ gestionado por el colectivo de la redacci¨®n y financiado por uno de los nuevos grupos empresariales rusos. Dada la clara l¨ªnea editorial de apoyo a las reformas que mantiene el peri¨®dico, el art¨ªculo parece un serio indica dor de la insatisfacci¨®n que el presidente suscita en la ¨¦lite reformista.

La gravosa presencia de una numerosa corte de allegados presidenciales en Berl¨ªn fomenta la impresi¨®n, seg¨²n el peri¨®dico, de que la liquidaci¨®n de una oposici¨®n parlamentaria, seria ha "generado cierta actividad descontrolada en las estructuras presidenciales".

Yeltsin, que fue elegido en 1991 con un programa de reforma y democratizaci¨®n, ha mantenido los privilegios de la ¨¦lite comunista contra los que en el pasado dec¨ªa luchar, que incluyen sastres y zapateros artesanales y emplean a un total de 40.000 personas bajo la direcci¨®n de P¨¢vel Borod¨ªn. En una reciente entrevista, este funcionario ha reconocido que la clase dirigente est¨¢ fuera de todo control, y ha afirmado que esto es "un problema de la cultura nacional".

Rusia carece de un poder judicial fuerte. El Tribunal Constitucional no ha comenzado a funcionar a¨²n, pese a que el Parlamento aprob¨® la nueva ley que regula el funcionamiento de este organismo, y el jefe de la Administraci¨®n presidencial, Sergu¨¦i Fil¨¢tov, ha expresado la intenci¨®n de castigar a los jueces de la sala de lo militar del Tribunal Supremo que absolvieron al general Valent¨ªn Var¨¦nikov de la acusaci¨®n de participar en el golpe de Estado de agosto de 1991.

Sobre el tel¨®n de fondo del descontrol y la corrupci¨®n est¨¢ adquiriendo. gran relevancia la figura del general Alex¨¢ndr L¨¦bed, que dirige el 14? Ej¨¦rcito con sede en la regi¨®n secesionista del Transdni¨¦ster, en Moldavia. L¨¦bed, que ha dado pruebas de ser un hombre ¨ªntegro y que no toma alcohol, est¨¢ siendo-cortejado incluso por sectores liberales rusos, entre los cuales se est¨¢ afianzando la idea de que el militar podr¨ªa ser un buen candidato a asegurar de forma eficaz- y coherente el orden social necesario para la transici¨®n a la econom¨ªa de mercado.

Ante la actitud ambigua con la que se ha abordado la retirada de las tropas rusas de Alemania, L¨¦bed ha dicho que "de Alemania y el B¨¢ltico se marcharon unos lastimosos restos del Ej¨¦rcito. Habr¨ªa que haberse marchado con dignidad, con belleza, tras haber saldado todas nuestras cuentas". El general ha dicho que es necesario formar "una ideolog¨ªa nacional de unidad, sin la cual no es posible la reforma ni del Ej¨¦rcito ni del Estado".

[Por otra parte, Yeltsin firm¨® ayer con su hom¨®logo chino, Jiang Zemin, un acuerdo por el que los misiles nucleares de ambos pa¨ªses, dejar¨¢n de apuntarse. Yeltsin y Jiang tambi¨¦n pusieron fin a las disputas territoriales que durante mucho tiempo han enturbiado las relaciones entre Pek¨ªn y Mosc¨² al firmar un acuerdo sobre demarcaci¨®n jur¨ªdica de la parte occidental de la frontera chinorusa, informa Efe.]