Racing y Valladolid desperdiciaron las oportunidades

LINO JAVIER Ninguna discusi¨®n cabe sobre la igualada final. Si en la primera mitad hubo m¨¢s oportunidades desaprovechadas que juego, en la segunda los puntos se repartieron con justicia. La ofensiva racinguista de nada sirvi¨® por lentitud y desorden.

Al t¨¦rmino del primer tiempo nadie se explicaba en El Sardinero c¨®mo se pod¨ªan ir los dos equipos a los vestuarios sin marcar un solo gol. Hubo nada menos que 11 oportunidades, la mayor parte de ellas desaprovechadas por el Valladolid, que goz¨® de las m¨¢s claras. La raz¨®n fue que los delanteros fallaron tanto ante la porter¨ªa rival como los defensas de cada equipo en su obligaci¨®n por controlar al rival.

El agobiante pressing del Valladolid por todo el rect¨¢ngulo y la numeros¨ªsima recuperaci¨®n de balones a cargo de Gracia y Mac¨®n dieron el control de la zona ancha a los castellanos. El Racing trataba, sin conseguirlo, de recrearse en tocar el bal¨®n en la parcela ancha. Todo ello se tradujo en un llamativo barullo exento de calidad que dur¨® 20 minutos.

Despu¨¦s llegaron los desajustas en las respectivas retaguardias y el Racing, sin un cerebro y con una defensa exageradamente fallona, se encontr¨® con lances suficientes para haber recibido varios goles.

Fracasaron, al menos en defensa, los sistemas de Miera y Esp¨¢rrago y s¨®lo el desacierto de los delanteros les salv¨®. Las oportunidades m¨¢s clamorosas fueron las de Quique Seti¨¦n, Gracia e I?aqui. No obstante, lo mejor corri¨® a cargo de los vallisoletanos que supieron trabajar a destajo en el medio campo y arriesgarse.

El Valladolid se dej¨® dominar en la segunda mitad y se benefici¨® de la lentitud con que el Racing accionaba en el centro del campo. Los c¨¢ntabros, a pesar de las oportunidades de Christiansen y Radchenko, demostraron que han llegado al comienzo de la competici¨®n muy cortos de partidos. La pretemporada santanderina fue m¨¢s de ¨¢mbito regional que otra cosa y esto parece acusarlo todo el bloque. El eficaz trabajo del control vallisoletano puso en evidencia a un Racing que mejor¨® en velocidad algo con las entradas de I?aki y Popov, pero que est¨¢ lejos de ofrecer el optimismo de la pasada campa?a. Irureta se ha ido y parece que ha dejado hu¨¦rfano de esperanzas al equipo. No existe la solidez de la temporada anterior y eso en un equipo modesto preocupa a todo el mundo. Cuando se deben amarrar los puntos en casa, como suced¨ªa antes y no se hace luego pueden venir las lamentaciones al final.