Aguas turbulentas
La extensi¨®n del litoral fluvial de la Comunidad dificulta el rescate de ba?istas
Al menos cuatro personas han muerto ahogadas durante las vacaciones veraniegas en embalses y r¨ªos de la Comunidad de Madrid, pese al descenso del caudal fluvial provocado por el estiaje. La extensi¨®n del litoral fluvial comunitario (m¨¢s de cuatrocientos kil¨®metros), con ocho grandes r¨ªos y 20 embalses importantes, adem¨¢s de las dificultades del rescate de accidentados en ¨¢reas tan amplias y remotas de riesgo potencial de accidentes, son las principales causas externas de muerte por ahogamiento en r¨ªos de Madrid. Sin embargo, las campa?as de ense?anza infantil y juvenil de nataci¨®n alentadas por las autoridades comunitarias y municipales en los ¨²ltimos a?os han rebajado el n¨²mero de v¨ªctimas.La ausencia de infraestructuras para el ba?o fluvial y los deportes acu¨¢ticos, m¨¢s algunas negligencias de particulares, incrementan los riesgos de ba?istas y deportistas en la Comunidad de Madrid. En el ¨¢rea comunitaria hay ocho zonas de ba?o sobre los principales r¨ªos, con algunas dotaciones e instalaciones, pero ni la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Tajo ni la Comunidad poseen hoy un mapa preciso de tales zonas, pese a contar con una excelente cartograf¨ªa hidrol¨®gica del ¨¢rea.
Tajo, Alberche, Guadarrama, Lozoya, Jarama, Henares, Taju?a y Manzanares, con su red de torrentes y arroyos afluentes, son los cursos fluviales m¨¢s utilizados por ba?istas y deportistas de la Comunidad.
Los embalses, prohibidos
Algunos embalses, como los de San Juan, Picadas, Pinilla, La Jarosa, Valmayor, El Pardo, Navacerrada, Santillana, Puentes Viejas, El Vell¨®n y El Atazar han sido tambi¨¦n en el pasado escenarios de accidentes con v¨ªctimas. Y ello pese a la existencia de prohibiciones tajantes de ba?o al p¨²blico. Unicamente en el pantano de San Juan, sobre el r¨ªo Alberche, existe autorizaci¨®n para la pr¨¢ctica de la vela, el pirag¨¹ismo y la navegaci¨®n a motor. En algunos otros embalses est¨¢ autorizada la pr¨¢ctica del pirag¨¹ismo.
Las principales causas de ahogamientos en los r¨ªos y arroyos de la provincia son el exceso de confianza por parte del ba?ista o el deportista en la capacidad propia para sortear dificultades; la emulaci¨®n de proezas inalcanzables por parte de ba?istas inexpertos o deportistas noveles; el aislamiento de la v¨ªctima respecto a grupos que puedan controlar su ba?o o pr¨¢ctica deportiva y el desconocimiento de las caracter¨ªsticas del paraje del curso de agua escenario del accidente.
Entre las causas de muerte, la primera sigue siendo la parada cardiaca provocada por un cambio t¨¦rmico s¨²bito por inmersi¨®n -confundida a veces con el t¨¦rmino corte de digesti¨®n- seguida por el arrastre de los accidentados en turbulencias fluviales. La mayor parte de las v¨ªctimas est¨¢ formada por ba?istas y deportistas excesivamente confiados en sus conocimientos o en su estado de salud.
A lo largo de los ¨²ltimos diez a?os, la edad de la mayor parte de los ahogados corresponde a ni?os de entre 9 y 12 a?os, o bien a personas de edades superiores a 60 a?os. Entre las v¨ªctimas registradas en este periodo suele ser elevado el n¨²mero de ba?istas extranjeros.
No obstante, la proporci¨®n m¨¢s elevada de muertes por ahogamiento ha correspondido a personas que han sufrido ca¨ªdas a r¨ªos -sobre todo al Manzanares, a su paso por la ciudad- o a estanques tras un accidente de autom¨®vil, o por percances de distinta ¨ªndole, por causas no relacionadas directamente con el ba?o o los deportes. El n¨²mero de pescadores accidentados -habitualmente m¨¢s informados sobre las particularidades de los cursos de agua- es siempre menor que el de aqu¨¦llos.
Los aproximadamente cuatrocientos kil¨®metros de costa fluvial de la Comunidad, sin soporte de asistencia en emergencias sobre el terreno, hacen muy dificil el control de ba?istas o aficionados a los deportes fluviales, as¨ª como la accesibilidad de ayuda de urgencia a parajes aislados.
Los r¨ªos m¨¢s peligrosos no siempre son los de mayor caudal -pese a la creencia generalizada-, sino los parajes del curso de cualquier r¨ªo o embalse, caudaloso o no, donde existen alteraciones en el lecho subfluvial, o bien aquellos que poseen intensas corrientes internas imperceptibles desde el exterior. Hay pantanos de la comunidad que alcanzan profundidades superiores a los 70 metros, como el de San Juan, en algunos enclaves.
Tramo especialmente arriesgado para el ba?o y el deporte fluvial es todo el que abarca el r¨ªo Tajo, que cuenta con un potente arrastre, aguas muy sucias y numerosos recodos llenos de riesgos para el ba?o y el deporte. Se trata de un r¨ªo que no suele devolver los cad¨¢veres de los que en ¨¦l se ahogan. Las tareas de rescate de v¨ªctimas son all¨ª, por ello, especialmente laboriosas, seg¨²n se?ala Rafael Ferr¨¢ndiz, de 34 a?os, jefe de la unidad de buceo del Cuerpo Municipal de Bomberos.
El ¨¢rea del r¨ªo Henares, caracterizada por intensas turbulencias y una gran opacidad en su lecho, tambi¨¦n resulta muy peligrosa en algunos tramos pr¨®ximos a la ciudad de Alcal¨¢, al igual que los pantanos sobre el Alberche: el de San Juan y el de Picadas.
Los parajes fluviales de la comunidad donde el ba?o resulta menos arriesgado suelen ser las playas sobre el r¨ªo Guadarrama, adem¨¢s de numerosas charcas y pozas de monta?a, embalses ¨¦stos con una barrera de piedras amontonadas a mano que retienen el agua para que las reses abreven o con el prop¨®sito de acumular agua para el ba?o. Son peque?as extensiones de agua sin apenas flujo donde el control del ba?o de grupos e individuos resulta m¨¢s f¨¢cil de observar.
Rescate
Para la culminaci¨®n con ¨¦xito de un rescate resulta imprescindible el aviso inmediato, ya que el tiempo en el que el accidentado puede permanecer sobre el agua, si no sabe nadar, es muy reducido, normalmente entre uno y cinco minutos. En aguas fr¨ªas el rescate suele ser m¨¢s problem¨¢tico, porque la capacidad de resistencia es menor. En ocasiones existen ramajes subfluviales que atrapan al accidentado o rocas con las que puede golpearse.
No siempre los cad¨¢veres afloran a la superficie r¨¢pidamente. En ocasiones se mantienen durante periodos dilatados de tiempo flotando a media profundidad, subiendo muy lentamente. La opacidad de los lechos fluviales convierte en imposible la recuperaci¨®n de algunos cad¨¢veres. A veces aparecen a distancias muy alejadas de donde desaparecieron.
Los buceadores emplean distintas t¨¦cnicas para el rescate de cad¨¢veres, se?ala el oficial de bomberos Rafael Ferr¨¢ndiz. Una de ellas consiste en la inspecci¨®n circular de un ¨¢rea del r¨ªo donde se supone que se halla la v¨ªctima. El buceador va sujeto. con una cuerda y abarca paulatinamente un mayor di¨¢metro en su inmersi¨®n. Mediante un sistema de tirones, el buceador pide m¨¢s cuerda hasta que culmina su tarea.
Si en el fondo del r¨ªo donde se supone que se encuentra el cuerpo la oscuridad es completa, los buceadores anclan cables al lecho siguiendo un curso lineal que rastrean cuidadosamente. Existen comunicaciones subacu¨¢ticas entre el buceador y la base desde la que opera, a trav¨¦s de peque?os receptores-emisores de radio.
Unidades de buceo
La unidad de buceo del Cuerpo Municipal de Bomberos, que dirige el oficial Rafael Ferr¨¢ndiz, est¨¢ formada por 36 miembros y atiende los accidentes fluviales en el ¨¢rea de la ciudad y en la comunitaria. Tiene dos emplazamientos, en el parque de Santa Mar¨ªa de la Cabeza, para el ¨¢rea del r¨ªo Manzanares, y en Manuel Becerra, para la del Jarama. La demanda de asistencia en esta zona centro-oriental de la Comunidad ha descendido mucho en los ¨²ltimos a?os. La unidad de buceo de los bomberos cuenta con dos veh¨ªculos de guardia permanente, cada uno de ellos con cuatro buceadores, m¨¢s un conductor, buceador tambi¨¦n. Realiza una veintena de salidas por a?o.En la ciudad, el tiempo de respuesta en el r¨ªo Manzanares es de entre uno y dos minutos a partir del aviso. En la provincia, el tiempo de acceso de los bomberos para un rescate se ampl¨ªa mucho, dadas las distancias y la amplitud de la red fluvial, de los litorales y los embalses.
Es cometido de la Guardia Civil la vigilancia de los litorales interiores y exteriores. Para ello, la Guardia Civil posee un Grupo Especial de Actividades Subacu¨¢ticas, denominado GEAS, con sede en Valdemoro. El grupo, al igual que el de los bomberos, se encuentra altamente profesionalizado y despliega sus actividdades en el ¨¢rea de la Comunidad y zonas adyacentes. Todos estos equipos han protoganizado desde hace a?os el salvamento de accidentados o el rescate de cad¨¢veres. En casos especiales, ha intervenido en el ¨¢rea de la Comunidad de Madrid la Unidad de Buceadores de Combate de la Infanter¨ªa de Marina, con base en Cartagena.
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