Monedas
El verano se acaba y la horda de turistas se va yendo. Pensemos por un momento en el amable o tosco b¨¢rbaro que vino de vacaciones a nuestras costas: cada vez que servidora ve¨ªa las agobiadas fotos de las playas en agosto y o¨ªa hablar del abarrote y el abuso de precios, me imaginaba a esos millones de visitantes lanzando retorcidas maldiciones sobre nuestra estirpe. Lo cual no puede traernos nada bueno.Y es que estoy convencida de que se han ido odi¨¢ndonos. Por la picaresca, por la mala leche. O aunque sea tan s¨®lo por el caos del dinero. Quiero decir que hemos torturado a los pobres turistas con un mont¨®n de monedas delirantes. Hay pesetas rubias y pesetillas diminutas como un piojo de lata. Monedas de cinco duros plateadas y gordas, y otras de la misma val¨ªa mermadas y con un agujero. Hay duros antiguos y otros que son enanos y dorados, y monedas de diez pesetas m¨¢s chicas que los duros, cosa bastante idiota. Tambi¨¦n las doscientas pesetas son m¨¢s peque?as que los veinte duros, que, por cierto, carecen de su valor en n¨²mero (lo cual ya es el despiporre de la inutilidad dise?adora) y son perfectamente confundibles con las piezas de quinientas pesetas. Luego est¨¢n las cincuenta pesetas, que creo recordar que tambi¨¦n las hay grandonas y otras de otro tipo, con el canto as¨ª como a mordiscos, aunque ya no s¨¦ si me confundo, que seguro que s¨ª, porque incluso servidora, que es ind¨ªgena, tiene un l¨ªo monumental con la calderilla.
Siempre me he preguntado, el porqu¨¦ de este cirio, y antes pensaba que era pura desidia. Ahora, visto lo visto en -el ¨²ltimo a?o, no puedo evitar una horrible sospecha, a saber: alguien se habr¨¢ forrado. ?Habl¨¢bamos de nuestra imagen ante los turistas? Pues me temo que un buen s¨ªmbolo de la Espa?a de hoy es ese pu?ado inquietante y absurdo de monedas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.