"Las fiestas de Fuente el Saz son tan cercanas como desconocidas"
Tiene en su haber, entre otros, el Premio Planeta de Fotograf¨ªa y ha expuesto en Arizona, M¨¦xico y Nueva York, logrando con la c¨¢mara lo que no pudo el avi¨®n: llevar a Am¨¦rica los rincones m¨¢s privados de La Espa?a oculta, t¨ªtulo de una de sus m¨¢s celebradas series. Cristina Garc¨ªa Rodero (Puertollano, 1949) se tiene por una aficionada. "Hago este trabajo por amor y en absoluta libertad. La vida me la gano con las clases de Fotograf¨ªa en la Facultad de Bellas Artes", recalca. Y, para no malgastar el dilatado asueto de los docentes, sin miedo a la insolaci¨®n y con 11 kilos de material fotogr¨¢fico a la espalda, ha pasado el mes de agosto entre Sicilia y Calabria, inmersa en un trabajo sobre el sur de Europa. Retratando aquello que la mayor¨ªa no ve. Por eso, los rostros de sus fotos parecen inventados. El martes pasado inmortaliz¨® uno de sus festejos favoritos, la quema de rastrojos en Fuente el Saz.Pregunta. ?Por qu¨¦ le llama tanto la atenci¨®n este festejo?
Respuesta. Es un espect¨¢culo incre¨ªble, tan cercano como desconocido. Todo el campo se pone a arder de pronto al paso de la Virgen de la Cig¨¹e?ela. Me encantan las fiestas con fuego y desde que descubr¨ª esta, hace cinco a?os, repito mis visitas para mejorar las fotos, siempre en color.
P. ?Lo consigue?
R. Esta vez no. Apenas soplaba el viento, y eso le roba mucha belleza.
P. ?Qu¨¦ otras fiestas madrile?as destacar¨ªa?
R. Bueno, yo lo paso de maravilla con los gigantes de la Plaza Mayor en San Isidro, pero s¨®lo ciertos barrios, los m¨¢s c¨¦ntricos, velan por sus tradiciones. En el caso de Fuente el Saz, me impresion¨® saber que a pesar de la prohibici¨®n franquista estos festejos nunca dejaron de celebrarse.
P. Madrid sigue invadida de turistas, ?qu¨¦ opina de sus c¨¢maras de fotos?
R. Nunca hago las t¨ªpicas fotos de vacaciones, debo estar algo cansada de cargar siempre con el equipo.
P. O quiz¨¢ nunca tiene vacaciones.
R. Casi. Pero tampoco siento necesidad de inmortalizarme. Ni a m¨ª ni a mis amigos.
P. Pero fotograf¨ªa para desafiar el paso del tiempo.
R. S¨ª, parar su ritmo un instante es una forma de venganza. La fotograf¨ªa lucha contra la muerte, contra todo lo ef¨ªmero, y a m¨ª me gusta mucho saborear las cosas.
P. ?Se considera una fot¨®grafa antrop¨®loga?
R. ?Qu¨¦ m¨¢s quisiera! Echo much¨ªsimo de menos esa base, porque mi formaci¨®n viene de las bellas artes. Yo fotograf¨ªo la vida, las fiestas s¨®lo son un pretexto.
P. ?Es una fot¨®grafa de carretera o de camino?
R. De autopista poco, la verdad. Espa?a es grande, y su geograf¨ªa, bastante accidentada. Las fiestas se dan en lugares y tiempos muy concretos, las m¨¢s interesantes suelen coincidir en pueblos perdidos porque precisamente el aislamiento ayuda a que se conserven en toda su pureza. La promoci¨®n tur¨ªstica es otra cosa.
P. La Espa?a oculta lo es cada vez menos.
R. La frase surgi¨® buscando t¨ªtulo para la exposici¨®n, pero yo dir¨ªa m¨¢s bien desconocida. Hay que saber mirar, no quedarse en la superficie, y a lo largo de estos 20 a?os he visto cambiar las carreteras, crecer hoteles y gasolineras. Para bien y para mal, todo est¨¢ m¨¢s comunicado.
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