Contra viento, marea... y medusas
Cuatro nadadores cubren los 195 kil¨®metros que separan Mallorca de Tarragona
Nadar y nadar. Lo que a los 11 a?os era un buen ejercicio para un ni?o de Reus con poliomielitis, con el paso del tiempo se convirti¨® en un reto vital para Jordi Cervera. Primero fueron metros y metros de piscina, hasta nadar 24 horas seguidas. Despu¨¦s, millas y millas de mar: el canal de la Mancha, el estrecho de GibraItar, el canal de Suez, de Capri a N¨¢poles, traves¨ªas por el Nilo... y cuando se retir¨® en 1991, despues de la prueba de 25 kil¨®metros en los mundiales de Perth (Australia), le hab¨ªa quedado un reto en un rinc¨®n de la cabeza: nadar desde Mallorca a la Pen¨ªnsula, 195 kil¨®metros entre S¨®ller y Tarragona. Ahora, con 34 a?os y tres compa?eros de aventura, lo ha conseguido" "pero ha sido la m¨¢s dura", afirm¨® el jueves por la noche al llegar a tierra.Hace unos meses, su entrenador, Josep Maria Casanovas, vio la foto de un grupo de nadadores italianos que hab¨ªan hecho 29 millas por relevos en el Adri¨¢tico. Se pic¨®, fue a buscar a Jordi y ambos organizaron un equipo de cuatro nadadores de Reus para hacer lo que nunca hab¨ªa hecho nadie. No sab¨ªan d¨®nde se met¨ªan. El jueves a las 20.20 llegaron a la playa de la Comandancia de Tarragona, despu¨¦s de haber nadado m¨¢s de 200 kil¨®metros en 55 horas y 22 minutos, en relevos de dos horas.
Se lanzaron al Mediterr¨¢neo en S¨®ller, el martes, pocos minutos despu¨¦s del mediod¨ªa. La previsi¨®n meteorol¨®gica no era la ideal, pero era aceptable. Con la noche lleg¨® lo peor. I?aki D¨ªez, de 20 a?os, ex campe¨®n de Espa?a de 1.500 metros libres, se encontr¨® de golpe nadando en un mar de medusas. "Eran miles y miles, millones dir¨ªa yo", afirmaba Casanovas, que se pas¨® 53 horas en la lancha neum¨¢tica de apoyo, sin apenas dormir m¨¢s de dos horas. Los gritos de dolor de D¨ªez se o¨ªan desde todas las embarcaciones de apoyo, pero sigui¨® nadando. Cuando fue relevado ten¨ªa m¨¢s de 50 picaduras por todo el cuerpo, y le tuvieron que inyectar calmantes.
El relevo lo tom¨® ?lex Casanovas, de 22 a?os, hijo del entrenador, quien se puso un traje de neopreno para seguir. Recuerda que su padre le lanz¨® enga?ado al agua: "Hay calamares y plancton, me dijo, y yo no entend¨ªa los gritos de I?aki. Tuve que nadar m¨¢s de una hora de espaldas sintiendo c¨®mo las medusas me pasaban por encima recuerda.
El segundo d¨ªa las cosas no mejoraron. El viento los desvi¨® del rumbo y debieron nadar "por lo menos 10 kil¨®metros de m¨¢s", dice Casanovas. Pero adem¨¢s la marejada mov¨ªa de mala manera los peque?os veleros de apoyo: los nadadores no pod¨ªan dormir y, lo que es peor, devolv¨ªan absoIutamente todo lo que com¨ªan.
La segunda noche no fue tan dura, hab¨ªa menos medusas, pero al amanecer el viento aument¨® hasta 29 nudos; si quer¨ªan dejarlo, era el momento. No lo dejaron. En los ¨²ltimos kil¨®metros, la mar se puso cada vez peor. "Hab¨ªa olas de cinco y seis metros", recuerda Xavi Baeza, de 22 a?os, dos veces campe¨®n de Espa?a de 400 metros libres. Ahora afirman tener ya experiencia para la "pr¨®xima vez".
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