Incendio de colores en el Tajo

El Tajo se incendi¨® de colores ayer noche para recibir a la patrona de Fuentidue?a (1.318 vecinos), la Virgen de la Alarilla, convertida, como cada 10 de septiembre, en navegante. Los fuegos artificiales que la acompa?aron, espectaculares, duraron m¨¢s de media hora. Imposible cifrar con certeza cu¨¢nta gente asisti¨® a la tradicional romer¨ªa y embarcaci¨®n, de la virgen, porque era noche cerrada cuando, montada en su balsa, inici¨® el descenso del r¨ªo desde el puente de la autov¨ªa hasta el puente viejo, casi un kil¨®metro m¨¢s abajo, rodeada de feligreses que bajaron nadando. Aunque eran m¨¢s de 1.000 personas las que esperaron en las orillas del Tajo desde las nueve hasta casi las once de la noche a que la virgen doblase el ¨²ltimo recodo del r¨ªo antes de llegar al puente viejo.La Hermandad de la Virgen de la Alarilla asegura que su romer¨ªa tiene m¨¢s de cuatro siglos de antig¨¹edad. "La ermita est¨¢ en la margen izquierda del Tajo y el pueblo en la derecha, as¨ª que desde siempre hemos tenido que atravesar el r¨ªo. Aunque comenz¨® haci¨¦ndose por un vado, en el siglo XVIII ya descendieron a la patrona en una balsa, que entonces era de madera. Ahora es de aluminio y por debajo tiene m¨¢s de 25 bidones met¨¢licos", explic¨® el presidente de la Hermandad, Francisco Moreno. La superficie de la balsa va adornada con la silueta iluminada del castillo de Fuentidue?a.

Alas 22. 30 horas se apagaron todas las luces y los miembros de las pe?as comenzaron a cantar a su patrona. Poco despu¨¦s, un grupo de 14 personas, nadando y con una antorcha en la mano, anunciaron su llegada. Al cruzar el puente, vitorearon u la Virgen de la Alarilla, y todos a un tiempo apagaron sus teas en las aguas del Tajo.

Angelines y Sagrario fueron dos de las mujeres que acompa?aron a la imagen nadando a la vera de la balsa. No sintieron fr¨ªo, no necesitaron entrenamiento previo y lo hicieron, seg¨²n explicaron al salir del agua, por devoci¨®n, una, y porque hab¨ªa hecho una promesa, su compa?era. Cuando las dos corr¨ªan alej¨¢ndose de la orilla, huyendo de los fuegos artificiales, bromearon: "Hay que acompa?arla, para que no baje sola y no se ahogue".