"No ejerzo de nada, tampoco de madrile?o

Pol¨ªgamo de pensamiento y omisi¨®n, enamorado plat¨®nicamente de sus cu?adas, como el protagonista de Belle ¨¦poque, Fernando Trueba, nacido en Madrid en 1955, sonr¨ªe m¨¢s con el cerebro que con el semblante. Con aire atribulado, vive para hacer las cosas bien. De peque?o quer¨ªa ser pintor y emprendi¨® la tarea de ordenar alfab¨¦ticamente su santo criterio en una enciclopedia de obras de arte, pero abandon¨® la vocaci¨®n literaria y pl¨¢stica porque dos de sus hermanos manejaban ambas disciplinas mucho mejor que ¨¦l. Rod¨® su primer corto ¨®scar y Carlos, en 1974 y, tras 20 a?os de intercambio de placeres con el cine, afina el reparto de Too much, su pr¨®xima comedia, filma un anuncio de cava para esta Navidad, y recibe junto a Jos¨¦ Luis Garci, la medalla de oro de Madrid.Pregunta. Seg¨²n Esperanza Aguirre, concejala de cultura, Trueba ejerce de madrile?o.

Respuesta. Pues no. Jam¨¢s he ejercido de nada, ni veo porqu¨¦ los madrile?os hemos de creernos m¨¢s altos o m¨¢s guapos. Me considero un ciudadano del mundo y creo que localismos y nacionalismos s¨®lo son una fuente de males. Me siento igual de bien en Madrid que en Barcelona, incluso creo que es mucho m¨¢s f¨¢cil rodar fuera de aqu¨ª.

P. ?Piensa que Madrid deber¨ªa tener un festival de cine en condiciones?

R. Ya tiene uno, pero no hay raz¨®n para que exista un festival en cada capital del mundo. De hecho, creo que hay demasiados y algunos s¨®lo sirven para que cierta gente viva de ellos, comiendo perennemente canap¨¦s.

P. Fernando Colomo, su colega, asegura que la comedia madrile?a no existe.

R. Ni la de Los ?ngeles ni la neoyorquina. Siempre me pareci¨® un insulto, no por madrile?o, sino por ser un calificativo reductor.

P. A usted el dinero no parece interesarle demasiado.

R. S¨®lo sirve para gastarlo. Me considero consumista leninista.

P. ?Hacer una pel¨ªcula porno es, su asignatura pendiente?

R. No exactamente, pero siempre pens¨¦, como dice el fil¨®sofo franc¨¦s Gaston Bachejard, que sexo y muerte est¨¢n profundamente relacionados con el cine. Es as¨ª, casi todas. las historias por las que: la gente paga 600 pesetas en una taquilla, tienen que: ver con el sexo y con la muerte.

P. ?Qu¨¦ siente al ver la pelicula producida por usted como Los peores a?os de nuestra vida?

R. En este caso se trata del primer gui¨®n en solitario por David, mi hermano peque?o, al que llevo 15 a?os, y es casi como un hijo. Cuando escrib¨ªamos a medias, la gente pod¨ªa pensar "claro, es el hermano de Trueba", pero con esta pel¨ªcula queda bien claro que David escribe corno Dios y ya no me necesita para nada.

P. Compitiendo para el Oscar de la Academia con El olor de la papaya verde, y Adi¨®s a mi concubina ?Sinti¨® el peligro amarillo?

R. Por un lado s¨ª, pero por, otro pens¨¦ que los defensores del cine oriental tendr¨ªan que dividir su voto entre las tres pel¨ªculas.

P. ?Le inquieta rodar, corno ahora, una pel¨ªcula en ingl¨¦s?

R. Me parece una absoluta temeridad, pero hay que, poner las cosas dif¨ªciles. Me gusta complicarme la vida.

P. ?Es cierto que iba usted para pintor?

R. S¨ª, y espera que a¨²n no termine si¨¦ndolo. Lo deje! porque no era lo suficientemente bueno y mi hermano M¨¢ximo, escultor, lo hac¨ªa mucho mejor que yo. Y ligaba m¨¢s.