Alicatados
Ministerio del Interior, bajo el reinado de Corcuera, parec¨ªa una promotora inmobiliaria; el que menos, sali¨® del cargo con un apartamento en Miami: ocho kilos de lujo y de seguridad. Un regalo y una lecci¨®n para la PSV. A lo mejor la obsesi¨®n de la ¨¦poca por entrar en los pisos a patadas ten¨ªa que ver tambi¨¦n, con este furor inmobiliario: no es que fueran buscando la droga gorda, que ¨¦sa seguramente la ten¨ªa Rold¨¢n en la taquilla del cuartel, qu¨¦ listo (v¨¦ase el seminario sobre La carta robada, de Lacan), sino que les gustaba ver cocinas y armarios empotrados para comparar luego calidades y precios.Por eso quer¨ªa entrar, ya digo, aunque fuera a patadas, en los do micilios, para tomar nota de los arreglos de los cuartos de ba?o, y preguntar a los inquilinos si tra¨ªa cuenta alicatarlos hasta el techo; te n¨ªan tantos pisos que alicatarlos pobres que no daban abasto. Y es que todo ese ajetreo inmobiliario lleva su tiempo y en el Ministerio del Interior no ten¨ªan un respiro: nada m¨¢s que en clasificar y contar los millones de los fondos reserva dos se te iba la ma?ana, y por la tarde ten¨ªas que hacer gimnasia o jugar al squash y al golf con los del Cesid, para decirles lo que: deb¨ªan espiar. Hab¨ªa meses que no ten¨ªa tiempo ni de comprar un ¨¢tico modesto en Rosales.
Por lo que se ve, ellos han salido del cargo alicatados hasta las cejas. Cre¨ªamos que la rigidez de sus cuerpos era por culpa del chaleco antibalas, que es con lo que se alicata cualquier polic¨ªa que se precie, y resulta que no, que es por la porcelanosa: est¨¢n hasta las cejas de porcelanosa, de ah¨ª quiz¨¢ que sus caras nos parezcan tan duras. Y tan impermeables. Los miras en las ruedas de prensa mostrando sin pudor sus patrimonios y no les ves una sola mancha de humedad, por eso, porque han elegido bien los azulejos.
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