73 jugadores resolvieron la pasada temporada sus diferencias con los ¨¢rbitros a pu?etazos
Tres de ellos fueron suspendidos a perpetuidad al provocarles lesiones graves
De los 38.000 jugadores que act¨²an en las categor¨ªas inferiores del f¨²tbol madrile?o, desde preferente hasta alevines, 73 decidieron la pasada temporada resolver, sus diferencias con los ¨¢rbitros a mamporro limpio. Son los m¨¢s peligrosos. No encontraron mejor protecci¨®n ante lo que consideraban una injusticia que la violencia. Tres de ellos fueron suspendidos a perpetuidad por causar lesiones graves. El resto se pasaron a la sombra un m¨ªnimo de 15 partidos. Pero las cosas, con respecto a a?os anteriores, han mejorado. Hace 20 a?os, ser ¨¢rbitro en Madrid y sus alrededores era m¨¢s arriesgado a¨²n.
En los a?os setenta, cuando Madrid formaba parte de la Federaci¨®n Castellana, que englobaba tambi¨¦n las provincias de Toledo, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Segovia y ?vila, los sucesos estaban a la orden del d¨ªa. "No d¨¢bamos abasto", explican en la federaci¨®n. "Los partidos entre equipos de Toledo y Ciudad Real, por ejemplo, eran dram¨¢ticos".
En m¨¢s de una ocasi¨®n, al finalizar el encuentro, alg¨²n ¨¢rbitro fue perseguido por carretera y acab¨® con sus huesos en la cuneta. Las sanciones a los jugadores desbordaban los locales de la federaci¨®n. Una media de 15 futbolistas eran suspendidos a perpetuidad anualmente. "Hoy las cosas son distintas. Este a?o, s¨®lo recay¨® ese sanci¨®n sobre tres jugadores. La gente se muestra cada vez m¨¢s pac¨ªfica", seg¨²n la misma fuente.
Sin embargo, las cosas son diferentes en los pueblos de la sierra. Ah¨ª se mantiene el punto negro del f¨²tbol de la regi¨®n. Todav¨ªa hoy, un suceso ocurrido en el mes de abril pone los pelos de punta a los responsables federativos: el que acab¨® con siete juveniles del San Lorenzo de El Escorial en el hospital, tras ser linchados en Manzanares El Real por 50 aficionados.
Este tipo de sucesos no suelen tener soluci¨®n. La federaci¨®n s¨®lo puede sancionar al club al que pertenezcan los agresores. El castigo se limita al cierre del campo y a una multa. Pero no puede hacer nada contra los verdaderos culpables cuando ¨¦stos salen de entre el p¨²blico. De los 500 ¨¢rbitros que hay en Madrid, al menos a 80 de ellos les cay¨® alg¨²n golpe encima la pasada temporada.
A quienes s¨ª les. cae encima todo el peso de la ley es a los futbolistas. Los chicos malos del f¨²tbol madrile?o son: Sergio Gonz¨¢lez Moreno, del Villanueva de Perales; Antonio Iglesias Delgado, del C¨ªrculo Extreme?o, y Ricardo G¨®mez Fern¨¢ndez, del Ferrocarril. Los tres jugaban en Tercera Regional. El pasado empleado en el verbo se lo ganaron al golpear a su respectivo enemigo arbitral con tanta sa?a que le obligaron a guardar m¨¢s de tres d¨ªas de baja laboral. La federaci¨®n, aplicando el reglamento, les suspendi¨® de por vida.
El caso de Ricardo G¨®mez Fern¨¢ndez, jugador del Ferrocarril, se convirti¨® en un culebr¨®n. El futbolista se neg¨® a abandonar la pr¨¢ctica de su deporte favorito. Para conseguirlo, traz¨® un plan conocido. por los responsables del club que durante alg¨²n tiempo dio resultado. Consigui¨® la ficha. de un compa?ero, cambi¨® la foto, y sigui¨® jugando sin mayores problemas. No necesit¨® ni disfrazarse. As¨ª sigui¨® hasta que el entrenador de un equipo rival le reconoci¨®. La federaci¨®n no dud¨® en dejar al Ferrocarril fuera de la competici¨®n.
A lomos de una moto
Tampoco se qued¨® atr¨¢s el jugador del Daganzo Antonio Rodr¨ªguez Balseda, que fue expulsado del campo y volvi¨® a ¨¦l a lomos de una moto, dispuesto a aplastar al de negro. No lo consigui¨®, pero alcanz¨® a darle una patada. Fue suspendido por 25 partidos.
?sa es la sanci¨®n que conlleva el agredir a un ¨¢rbitro caus¨¢ndole lesiones que necesiten asistencia y que no le obliguen a estar de baja m¨¢s de tres d¨ªas. La pasada temporada fueron 25 los futbolistas madrile?os que ocuparon esta lista.
Quiz¨¢ sea Fernando Garc¨ªa Garc¨ªa, del Inter Carabelas, quien m¨¢s lejos lleg¨® dentro de este grupo. Este jugador recibi¨® cuatro sanciones diferentes por lo que hizo en un solo encuentro. Primero fue expulsado (partido de suspensi¨®n); luego insult¨® al ¨¢rbitro (5 partidos); instantes despu¨¦s hizo una tentativa de agresi¨®n (10 partidos), y, por fin, consigui¨® su prop¨®sito: arrearle un pu?etazo (25, partidos). La suma total de sus acciones en tan furioso d¨ªa le mantendr¨¢n 41 jornadas lejos del bal¨®n.
Ma?ana comienza la Liga en las categor¨ªas menores del f¨²tbol madrile?o. Los ¨²ltimos a?os han demostrado que cada vez son menos los jugadores que arreglan sus desavenencias violentamente. Pero el problema sigue estando en el p¨²blico. Y para la federaci¨®n, "eso s¨®lo lo soluciona la polic¨ªa. Y, desgraciadamente, cada vez van menos polic¨ªas al f¨²tbol"
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