Solbes exige a Leguina control en las cuentas del transporte para recibir subvenciones
El ministro de Econom¨ªa, Pedro Solbes, quiere tomar las riendas del endeudado sistema de transportes -montado en las dos principales ciudades espa?olas. Los contratos de ayuda al metro y al autob¨²s de Madrid y Barcelona, firmados por el Estado entre 1990 y 1993, se han demostrado ¨²tiles por la mejora de estos transportes y el aumento de viajeros. Madrid, por ejemplo, bati¨® el a?o pasado su r¨¦cord hist¨®rico de traslado de personas con 1. 2 10 millones de viajes. Este ¨¦xito ha costado muy caro. Las deudas de las empresas que ofrecen estos servicios se han disparado a 35.000 millones en Madrid y a 97.000 millones en Barcelona. Solbes quiere atajar ese descontrol. El nuevo contrato de subvenciones que firmar¨¢ el Estado en las pr¨®ximas semanas aportar¨¢ una ayuda directa por cada viaje -seis pesetas menor que la actual- y el resto lo dirigir¨¢ a financiar las inversiones y la renovaci¨®n de material que han provocado esos agujeros.El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, consigui¨® el pasado mi¨¦rcoles, tras su entrevista con Felipe Gonz¨¢lez en la Moncloa, el compromiso que buscaba para empezar a encontrar soluciones al ag¨®nico estado financiero del transporte p¨²blico de su ciudad. Joaqu¨ªn Leguina, el presidente madrile?o, m¨¢ximo responsable del Consorcio Regional de Transportes que dirige el metro y los autobuses en la capital, habl¨® del mismo problema con Solbes el pasado 30 de julio. Adem¨¢s, piensa recordarle el asunto a Felipe Gonz¨¢lez la pr¨®xima semana en un memor¨¢ndum de temas pendientes.
En el Ministerio de Econom¨ªa admiten que las negociaciones est¨¢n muy avanzadas, pero precisan que no se han cerrado porque la prioridad es el cierre de los presupuestos del Estado.
PASA A LA P?GINA 3
El r¨¦cord de viajes de los transportes p¨²blicos en 1993 no alcanz¨® para cumplir lo prometido
VIENE DE LA P?GINA 1El nuevo contrato programa por firmar para subvencionar desde el Estado los transportes p¨²blicos de Madrid y Barcelona, en el que se detallan cada una de las obligaciones de las distintas partes implicadas, se plasmar¨¢ cuando a partir del pr¨®ximo 23 de septiembre la secretar¨ªa de Estado de Hacienda cierre los presupuestos generales ahora en plena negociaci¨®n.
En cualquier caso, fuentes del ministerio confirmaron las pretensiones de Solbes de empezar a controlar "los costes y el endeudamiento disparado" del sistema de transportes tanto en Madrid como en Barcelona.
"En esto estamos por delante de los catalanes y es Jordi Pujol el que va a copiar el modelo de nuestro Consorcio de Transportes", declar¨® ufano Juli¨¢n Revenga, el consejero de Transportes de Joaqu¨ªn Leguina, en presencia de la presidenta de Renfe, Merc¨¨ Sala, que ratific¨® sus palabras.
En Madrid, por ejemplo, las aportaciones estatales al transporte colectivo no han dejado de aumentar. La subvenci¨®n que en 1990 se cifr¨® en 17.164 millones, fue de 18.526. millones en 1991, subi¨® a 19.787 millones en 1992 y a 21.074 millones en 1993. En 1994 se ped¨ªan 24.500 millones. El Estado ha cumplido siempre fielmente sus pagos, pero el Consorcio de Transportes no ha podido incrementar -por la crisis econ¨®mica o las sucesivas huelgas- los viajeros y las tarifas al nivel que se marcaba en ese contrato-programa.
Viajes subvencionados
El Ministerio de Econom¨ªa quiere renovar sus subvenciones por cada viaje que se produce en transporte p¨²blico en Madrid y Barcelona, pero de manera "m¨¢s disciplinada". Econom¨ªa comenz¨® por aportar 20 pesetas por cada viaje en 1990. Esta cifra se revisaba anualmente seg¨²n el ¨ªndice de precios al consumo y otros baremos y el a?o pasado se situ¨® en 23,7 pesetas de ayuda por cada billete expendido. Las previsiones del Consorcio Regional de Transportes de Madrid hab¨ªan colocado la subvenci¨®n de este a?o ya en 25 pesetas por cada viaje efectuado.
Con la alternativa de financiaci¨®n en estudio, el ministerio conceder¨¢ a partir de ahora 18 pesetas por cada v¨ªaje a fondo perdido. Esta cantidad es la que ya se fij¨® este a?o en los presupuestos generales del Es tado. El resto, seg¨²n el consejero de Transportes madrile?o, Jull¨¢n Revenga, hasta las 25 pesetas reclamadas, se tendr¨¢ que destinar a inversiones y reposici¨®n de materiales con el objetivo de generar nuevos empleos. Revenga asegura que la Comunidad de Madrid ya dedicaba inversiones superiores a esas cantidades y que, por tanto, no saldr¨¢ perjudicada.
El consejero madrile?o a?adi¨® que al margen de este convenio est¨¢ negociando tambi¨¦n con Hacienda la renovaci¨®n del programa con el que se sufragan las obras de ampliaci¨®n del Metro. La Comunidad de Madrid quiere una aportaci¨®n estatal de 6.000 millones anuales durante ocho a?os.
Por otra parte, las negociaciones del nuevo contrato-programa del transporte p¨²blico del ¨¢rea metropolitana de Barcelona est¨¢n condicionadas por un factor fundamental: la incorporaci¨®n, por primera vez, de la Generalitat al acuerdo y la decisi¨®n compartida de todas las administraciones de implantar en Barcelona el mismo modelo de Consorcio de Transportes que se aplica en Madrid desde 1986. En el barcelon¨¦s, sin embargo, no estar¨¢ por ahora Renfe.
El anterior contrato s¨®lo fue suscrito por el Gobierno, el Ayuntamiento de Barcelona y la Entidad Metropolitana del Transporte (EMT), un organismo local que agrupa a 18 municipios de Barcelona y su entorno, creado en 1987. La Generalitat no particip¨®, pese a que ejerce las competencias en materia de transporte, incluida la aprobaci¨®n de las tarifas.
El problema fundamental de la enorme deuda de los transportes de Barcelona es que desde 1985 todas las inversiones en compra de material m¨®vil -42.000 millones para nuevos trenes- han reca¨ªdo sobre las empresas, que se han visto obligadas a acudir a cr¨¦ditos.
La segunda causa es el incumplimiento, por parte de la Entidad Metropolitana del Transporte (EMT), de los compromisos que contrajo en el anterior contrato-programa. La EMT no ha pagado nada de lo que firm¨® y debe unos 33.000 millones.
Esta entidad apenas tiene ingresos. El Gobierno catal¨¢n tiene una gran responsabilidad en ello, pues fue CiU quien impuso la creaci¨®n de la EMT en el Parlament, pero nunca le ha transferido dinero alguno. La entidad. metropolitana, adem¨¢s, es propietaria y accionista ¨²nica de las compa?¨ªas de metro y autobuses, que el Ayuntamiento de Barcelona le traspas¨® en 1990, quit¨¢ndose de encima el muerto.
Esos 96.500 millones de deuda -una carga de 13.000 millones anuales de intereses- revientan la cuenta de explotaci¨®n de las compa?¨ªas, que de otra forma ser¨ªa positiva.
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