El reencuentro en Segunda acab¨® en tablas
Osasuna y Rayo no marcaron, pero ofrecieron un trepidante final de partido
TO?O SANZ, Rayo Vallecano y Osasuna ofrecieron la temporada pasada en este mismo campo un partido de Primera con aromas de Segunda. El de ayer fue a la inversa. Tras el empate a cero, Osasuna aplaza una semana m¨¢s sus urgencias de retornar a la divisi¨®n de honor y David Vidal calma los apremios de su presidenta.
La defensa en l¨ªnea impuesta por Chechu Rojo empez¨® siendo un regalo para Carvajal, On¨¦simo, Rodr¨ªguez, cuantos rayistas lo intentaron y el propio lucero del alba que por all¨ª hubiera pasado. Osasuna, gallito al que le quitaron las plumas y le recortaron la cresta en Salamanca, empez¨® gastando minutos en sacudirse el p¨¢nico a encallar tras apenas haber sido botado a la mar de Segunda y dejando que los de la se?ora Ribera les pusieran en evidencia. Mejor colocado sobre el rect¨¢ngulo, demostrando m¨¢s oficio y derrochando m¨¢s presi¨®n que una olla expr¨¦s, el Rayo mereci¨® adelantarse en el marcador cuando apenas se hab¨ªa superado el primero cuarto de hora y Chesa devolvi¨® a la cepa del poste un lanzamiento de c¨®rner rechazado por la zaga rojilla.
Pudo Urban cambiar el signo del partido al comienzo del segundo tiempo, tras quedarse solo ante Wilfred, pero desperdici¨® el regalo y las cosas siguieron en su sitio, esto es, con el bal¨®n circulando cuando lo conduc¨ªan los de Vallecas y malbarat¨¢ndose en trayectos sin sentido cuando lo empujaban los de Pamplona.
Los minutos ¨²ltimos tuvieron sabor de final copera, con ambos equipos disponiendo de ocasiones para marcar, si bien fue el Rayo el que m¨¢s inquietud llev¨® a los grader¨ªos.
Seg¨²n las estad¨ªsticas, hac¨ªa tiempo que en El Sadar no se anotaban tantos disparos a puerta ni, habr¨¢ que a?adir, tanto desacierto.
Y es que el exceso de ganas, unido al c¨²mulo de nombres sonoros, no bastan para alojar la bola en el enredado tabique trasero que cierra la porter¨ªa contraria.
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