Guerra se pone al frente de la ofensiva socialista para recuperar el apoyo del sindicato UGT

La direcci¨®n del PSOE, en su intento de recuperar apoyo social y de que sus enemigos sean menos o se manifiesten con menor virulencia, est¨¢ dispuesta a casi todo. El intento de reanudar las relaciones con UGT ha sido una demanda clamorosa de os militantes del PSOE, como se reflej¨® en aluvi¨®n de enmiendas presentadas en el ¨²ltimo congreso de los socialistas que se tradujo en un mandato a la nueva direcci¨®n para que intentara normalizar las relaciones. El vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, visitar¨¢ hoy a la sede madrile?a de UGT.

?sta ser¨¢ la primera reuni¨®n de la direcci¨®n del PSOE, encabezada por Guerra y el presidente del partido, Ram¨®n Rubial, con el nuevo secretario general de UGT, C¨¢ndido M¨¦ndez.La presencia de Rubial, Alfonso Guerra, Cipri¨¢ Ciscar (secretario de organizaci¨®n), Txiki Benegas (secretario de relaciones pol¨ªticas), Alejandro Cercas (responsable de las relaciones con la sociedad) y Joaqu¨ªn Almunia (secretario de formaci¨®n y presidente del grupo parlamentario socialista), es decir, la m¨¢s alta representaci¨®n del PSOE despu¨¦s del secretario general, Felipe Gonz¨¢lez, demuestra el inter¨¦s de los socialistas en mimar a UGT. Se trata del primer encuentro con el que fuera durante casi 100 a?os "el sindicato hermano" desde que C¨¢ndido M¨¦ndez sustituyera la pasada primavera al legendario Nicol¨¢s Redondo en la secretar¨ªa general.

Los socialistas han llegado a una situaci¨®n de desafecto social que les obliga a salir a la calle e intentar recuperar todas los c¨®mplices perdidos. La delegaci¨®n socialista ser¨¢ quien visite la sede confederal de la UGT, un antiguo convento en el centro de Madrid. El Gobierno ha contribuido a que la reuni¨®n de hoy tenga un primer sesgo favorable, al presentarse la delegaci¨®n socialista cuando hay acuerdo entre Gobierno y, sindicatos respecto a las pensiones y a los sueldos de los funcionarios.

El PSOE recomendar¨¢ al sindicato que busque igualmente estos acuerdos salariales en el sector privado. Siempre a modo de recomendaci¨®n, seg¨²n precisa uno de los asistentes a la entrevista de hoy.

Con independencia del significado que UGT quiera dar a esta reuni¨®n, en el caso del PSOE es eminentemente pol¨ªtico. Desde el pasado a?o, el lenguaje oficioso y oficial de los dirigentes del PSOE ha cambiado radicalmente. en sus referencias a los sindicatos y en concreto a los ugetistas. Durante la etapa de gobierno de Felipe Gonz¨¢lez comprendida entre 1989 y 1992 el desafecto con UGT, lejos de preocupar al PSOE, se ve¨ªa como un alivio.

En esos a?os, los l¨ªderes socialistas consideraron que su ligaz¨®n con un sindicato supon¨ªa m¨¢s una r¨¦mora que una contribuci¨®n para su "proyecto aut¨®nomo". Invariablemente en el Gobierno y en el PSOE -con sonadas excepciones se alud¨ªa al caso de. los laboristas brit¨¢nicos como ejemplo a no seguir.

IS y el guerrismo

Seg¨²n los socialistas espa?oles, una de las causas del sostenido deseo de los brit¨¢nicos de mantener a los laboristas en la oposici¨®n ten¨ªa que ver con la excesiva dependencia de sus compa?eros con los sindicatos.Otro de los aspectos que se considera imprescindible para la recuperaci¨®n de voto tiene que ver con la paz interna entre socialistas. En los ¨²ltimos d¨ªas se ha alterado por el resquemor que ha producido en la direcci¨®n la organizaci¨®n de parlamentarios guerristas para actuar conjuntamente. Ayer mismo, el vicepresidente del Gobierno, Narc¨ªs Serra, inst¨® a mantener la unidad de acci¨®n. Quien no ve problema alguno en este asunto es la corriente Izquierda Socialista (IS).

El diputado Manuel de la Rocha, uno de sus portavoces, se congratul¨¦ ayer de que "por fin se haga expl¨ªcito que el guerrismo es una corriente dentro del PSOE". "Ahora nos interesan sus posiciones pol¨ªticas para ver en que cuestiones coincidimos y en cuales disentimos". De la Rocha conf¨ªa en que todos asuman que "el PSOE es un partido de corrientes". Este portavoz de la hasta ahora ¨²nica corriente cr¨ªtica del PSOE considera correcto que los parlamentarios guerristas tengan un comit¨¦ coordinador. ?ste es, precisamente, el extremo que la direcci¨®n encuentra preocupante.