El inicio de la invasi¨®n convencio a C¨¦dras de que la amenaza era real

Poco antes de las dos de la tarde del domingo, el general John Shalikashvili, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, entr¨® en el Despacho Oval para informar al presidente que el tiempo se hab¨ªa acabado; si la invasi¨®n iba a producirse esa noche, como estaba previsto desde hac¨ªa semanas, hab¨ªa que dar la orden. Los paracaidistas necesitaban tiempo para preparar sus pertrechos. "M¨¢ndalos" contest¨® Bill Clinton.
Unas tres horas m¨¢s tarde, tropas de la 821 Divisi¨®n Aerotransportada abandonaban la base de Pope, en Carolina del Norte, con ¨®rdenes de tomar los centros neur¨¢lgicos de Puerto Pr¨ªncipe. Poco despu¨¦s, helic¨®pteros de combate despegaron tambi¨¦n del portaaviones America, situado en aguas pr¨®ximas a la costa de Hait¨ª, y aviones radares AWACS volaron hacia la zona. Alrededor de las cinco de la tarde, 61 aviones norteamericanos estaban en el aire para participar en una masiva invasi¨®n de Hait¨ª.Jimmy Carter, Colin Powell y el senador Sam Nunn estaban reunidos con el general Raoul C¨¦dras en el cuartel general del Ej¨¦rcito haitiano en Puerto Pr¨ªncipe cuando el jefe de su Estado Mayor, general Philippe Biamby, otro de los hombres implicados en la negociaci¨®n, lleg¨®, poco antes de las seis de la tarde, con la noticia de que aviones norteamericanos se dirig¨ªan hacia all¨ª.
Un alto funcionario estadounidense que narr¨® estas ¨²ltimas horas de la negociaci¨®n dijo que Carter comprob¨® que la actitud de C¨¦dras cambi¨® radicalmente a partir de ese momento. El Gobierno norteamericano no sabe de qu¨¦ fuente obtuvo su informaci¨®n Biamby, quien transmiti¨® la noticia a C¨¦dras antes de que las cadenas de televisi¨®n norteamericanas hubieran ofrecido las im¨¢genes.
El di¨¢logo estaba trabado en ese momento en la fecha en que C¨¦dras, Biamby y el teniente coronel Michel Fran?ois, jefe de la polic¨ªa de Puerto Pr¨ªncipe, deb¨ªan abandonar el poder.
El propio Biamby, un militar orgulloso y de personalidad compleja, practicante de la meditaci¨®n trascendental, se resist¨ªa a firmar el acuerdo.
Invasi¨®n a medianoche
En un clima de dif¨ªcil tira y afloja, Carter recibi¨® instrucciones de Washington de que la invasi¨®n comenzar¨ªa un minuto despu¨¦s de la medianoche (seis de la ma?ana, hora de Madrid) y que ¨¦l ten¨ªa que abandonar. Puerto Principe varias horas antes de ese momento. Carter transmiti¨® esa informaci¨®n a los militares haitianos.
La negociaci¨®n se traslad¨® entonces hasta el palacio presidencial, donde Emile Jonassaint, el hombre al que los militares designaron como presidente, tuvo un papel fundamental para conseguir el ¨¦xito final. Jonassaint explic¨® a C¨¦dras que lo fundamental en ese momento era evitar el derramamiento de sangre, y, seg¨²n Carter, firm¨® el acuerdo "con la oposici¨®n un¨¢nime de su Gabinete y de sus jefes militares".
De acuerdo a la versi¨®n del ex presidente, el ministro de Defensa haitiano, Michel Nicolas, present¨® inmediatamente su dimisi¨®n como protesta por la firma del compromiso, y el general Biamby le advirti¨® a Powell que prefer¨ªa quitarse la vida antes de abandonar Hait¨ª.
Alrededor de las siete de la tarde, una hora antes de que los negociadores norteamericanos abandonaran Hait¨ª, Carter se puso en contacto con Clinton para anunciarle que los dictadores haitianos hab¨ªan aceptado su retirada el 15 de octubre. En la Casa Blanca, los asesores del presidente pidieron unas pizzas y los paracaidistas regresaron a sus bases con la frustraci¨®n por no haber podido culminar su trabajo.
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