La vida, la muerte, la inocencia

El detective y la muerte es una f¨¢bula sutil e inteligente, construida con un punto de arranque en la Historia de una madre de Hans Christian Andersen, que Gonzalo Su¨¢rez diluye entre los meandros de una trama que es, a la postre, totalmente suya, Muy sumariamente, se lo podr¨ªa definir como un filme sobre el eterno combate entre la Vida y la Muerte pero esta vez, como en El s¨¦ptimo sello bergmaniano, con la opci¨®n excepcional de un milagro que s¨®lo se puede obtener a trav¨¦s de la Inocencia.El filme narra la historia del Detective (Javier Bardem), un hombre que ha traicionado a su mafioso jefe (H¨¦ctor Alterio), por el amor de una mujer, la duquesa (Charo L¨®pez). Acosado por un sicario (Carmelo G¨®mez), se enfrentar¨¢ a ¨¦l y en el curso de ese enfrentamiento conocer¨¢ a Mar¨ªa (Mar¨ªa de Medeiros), madre de un beb¨¦ al que el sicario estrangula. ?ste se propone eliminar a la duquesa por encargo del jefe, qui¨¦n a su vez lo ordena para complacer a su hija y amante, Laura (Mapi Gal¨¢n).

Esta trama aparentemente compleja se ordena a partir de bifurcaciones constantes en escenarios barrocos de una fantasmal Varsovia azotada por el fr¨ªo y la nieve. Se dir¨ªa que, como Ra¨²l Ruiz con el melodrama, a Su¨¢rez tambi¨¦n le interesa el prolijo desmontaje de las claves de un g¨¦nero, en este caso el cine negro -porque es en este terreno en el que se sit¨²a el filme, m¨¢s que en el fant¨¢stico que su desarrollo parece mostrar-, pero eso es s¨®lo una apariencia.

En realidad, El detective contin¨²a la f¨¦rrea, fascinante l¨®gica surreal a la que se atiene Su¨¢rez en algunos de sus filmes, como en La reina an¨®nima, por mencionar una reciente. Hay en la pel¨ªcula elementos habituales en la filmograf¨ªa del director como el personaje central, ese boxeador que se parece a Ditirambo; enigm¨¢ticos seres de oscuro pasado, como en El extra?o caso del doctor Fausto; numerosas referencias literarias entre las que destaca, Imis all¨¢ de Andersen y su sobrecogedor relato, el personaje de Laura, esa Salom¨¦ que no s¨®lo quiere la vida de su madre, sino tambi¨¦n y muy ed¨ªpicamente, sus ojos.

El proverbial poder de construcci¨®n de im¨¢genes de Su¨¢rez se complementa aqu¨ª con algunos trabajos actorales de puro preciosismo. Decir a estas alturas que Alterio est¨¢ estupendo es incluso banal; G¨®mez, Gal¨¢n y L¨®pez responden muy bien. Pero la parte del le¨®n se la llevan Bardem, soberbio en su radical cambio de registro -contenido, matizador de su personaje- y una Mar¨ªa de Medeiros espl¨¦ndida: ver c¨®mo esta fr¨¢gil mujer se apropia literalmente de la trama es algo que no se ve¨ªa desde que Lilian Gish dej¨® de hacer papeles protagonistas.