Los n¨®rdicos buscan en la socialdemocracia seguridad personal en tiempos dif¨ªciles
Los socialdem¨®cratas daneses est¨¢n en minor¨ªa, pero continuar¨¢n al frente del Ejecutivo tras las elecciones del mi¨¦rcoles; en Suecia, el l¨ªder socialdem¨®crata Ingvar Carlsson acaba de formar Gobierno minoritario, despu¨¦s de los comicios del d¨ªa 18; en Noruega gobiernan los socialdem¨®cratas desde hace un a?o, y en Finlandia, el centro-izquierda cuenta con todas las posibilidades de ganar en las elecciones generales del pr¨®ximo a?o. Los n¨®rdicos han dado un giro a la izquierda, y esa reacci¨®n de los votantes se interpreta como una b¨²squeda de garant¨ªas de seguridad personal frente a situaciones de paro, enfermedad o vejez ante las que les dejaban inermes las recetas conservadoras.Los resultados en Dinamarca y Suecia hay que achacarlos a la crisis econ¨®mica y sus efectos negativos sobre sus sistemas de bienestar, los m¨¢s progresistas del mundo. Dinamarca cuenta con la econom¨ªa m¨¢s fuerte de la Uni¨®n Europea (UE), con un 4% de crecimiento previsto para 1994 y una inflaci¨®n del 2%, adem¨¢s de un incremento de las exportaciones, pero tiene un ¨ªndice de desempleo del 12% que est¨¢ gravando al Estado de bienestar. La coalici¨®n conservadora de Poul Schl¨¹ter puso las bases de la recuperaci¨®n, y ¨¦sta fue mantenida por la coalici¨®n de centro-izquierda que accedi¨® al poder en enero de 1993. La reina Margarita le encarg¨® ayer formar Gobierno.
Los daneses votaron el mi¨¦rcoles y, de hecho, han dado su confianza a los socialdem¨®cratas, aunque ¨¦stos han experimentado p¨¦rdidas junto con los otros grupos de la coalici¨®n. Su victoria radica m¨¢s en la realidad de los hechos que en el n¨²mero de votos y esca?os porque, en primer lugar, seguir¨¢ gobernando el l¨ªder socialdem¨®crata Poul Nyrup Rasmussen, que ya negocia la continuidad de la coalici¨®n, y, segundo, porque la oposici¨®n conservadora no podr¨¢ gobernar con los resultados obtenidos. En la coalici¨®n, el Partido Socialdem¨®crata obtuvo 62 esca?os y perdi¨® siete; el Partido Social Liberal consigui¨® ocho y gan¨® uno, los centrodem¨®cratas lograron cinco y perdieron cuatro, y el Partido Cristiano Popular ha quedado fuera del Parlamento..
La coalici¨®n en su conjunto ha sufrido fuertes p¨¦rdidas y ha pasado de 89 esca?os en el anterior Parlamento a 75 en el entrante.
El avance de la izquierda en Dinamarca se refleja tambi¨¦n en que los neocomunistas del Partido Unitario, enemigo ac¨¦rrimo de la UE, han logrado seis esca?os cuando no ten¨ªan ninguno, a los que hay que sumar los 13 del Partido Socialista Popular, de extrema izquierda. Rasmussen tendr¨¢ que hacer con ellos, y con los dem¨¢s partidos parlamentarios, aut¨¦nticos equilibrios para lograr una pol¨ªtica de consenso en temas puntuales sin escorarse demasiado hacia la izquierda para asegurar a sus votantes.
Exito liberal
Sin embargo, los aut¨¦nticos ganadores han sido los liberales de Uffe Ellemann-Jensen, que se han convertido en el segundo partido del pa¨ªs, aunque la oposici¨®n conservadora no tiene posibilidades de formar Gobierno. Los 42 esca?os del Partido Liberal sumados a los 27 del Partido Coservador, a los 11 del ultraderechista Partido del Progreso y a los 13 de los centristas (liberales radicales y centrodem¨®cratas) de la coalici¨®n de gobierno dan una mayor¨ªa de 93 esca?os.
En Suecia, el Estado de bienestar en peligro de extinci¨®n tambi¨¦n fue uno de los aspectos que determin¨® el triunfo de los socialdem¨®cratas, que se quedaron a pocos puntos de conseguir la mayor¨ªa absoluta. Los socialdem¨®cratas son el partido natural de gobierno en ese pa¨ªs y desde la II Guerra Mundial tan s¨®lo han estado en dos ocasiones en la oposici¨®n, una de ellas en los tres ¨²ltimos a?os, cuando Suecia estuvo gobernada por una coalici¨®n conservadora encabezada por Carl Bildt, del Partido Moderado.
Los socialdem¨®cratas suecos han prometido luchar contra el desempleo, que actualmente es del 14% de la poblaci¨®n activa, y contra el d¨¦ficit presupuestario, que es uno de los m¨¢s altos de Occidente en relaci¨®n con el tama?o de sus econom¨ªas, como ¨²nica manera de salvar el Estado de bienestar. Carlsson har¨¢ una pol¨ªtica de ajuste econ¨®mico de gran dureza, pero salvaguardando el modelo sueco de bienestar. Un dif¨ªcil equilibrio, ya que las dos terceras partes del d¨¦ficit presupuestario es empleado en pagar los subsidios del paro. El regreso al poder de los socialdem¨®cratas ha sido interpretrado como un deseo mayoritario del pueblo sueco de salvar su bienestar a toda costa.
En los otros dos pa¨ªses escandinavos, Noruega y Finlandia, la situaci¨®n es similar en cuanto a los efectos de la crisis sobre las capas m¨¢s desfavorecidas de la sociedad y la reacci¨®n de los votantes a favor de los partidos que mayores garant¨ªas les ofrecen para salvaguardar su colch¨®n de seguridad en situaci¨®n de paro, enfermedad o vejez. Los noruegos, que no tienen graves problemas econ¨®micos, cuentan con un paro del 6%, y el Gobierno de la primera ministra socialdem¨®crata Gro Harlem Brudtland gan¨® las elecciones hace un ano con su programa de lucha contra el desempleo y defensa del Estado de bienestar.
Finlandia espera su turno el pr¨®ximo a?o, y si, como parece, gana el centro izquierda toda Escandivania quedar¨ªa gobernada por socialdem¨®cratas.
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