"La ocupaci¨®n de Hait¨ª por EE UU es algo parecido a un acto de salvaci¨®n"
Derek Walcott, de 64 a?os, es el poeta caribe?o de Trinidad que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1992. Entre sus obras destacan Midsummer (1984), Arkansas testament (1987) y Omeros (1990).Pregunta. ?Representa la ocupaci¨®n estadounidense de Hait¨ª una especie de revisi¨®n democr¨¢tica de la doctrina Monroe?
Respuesta. La ocupaci¨®n estadounidense de Hait¨ª puede ser una acci¨®n equivocada que era necesaria. Pol¨ªticamente, quiz¨¢ sea una actuaci¨®n criticable por razones de intervenci¨®n y soberan¨ªa. Pero a veces la realidad legal es menos importante que la realidad moral.
Para cualquiera que conozca la angustia y la absoluta desesperaci¨®n f¨ªsica en la que el pueblo haitiano ha vivido durante tanto tiempo, el uso de la fuerza por parte de los americanos para echar a los militares del poder es algo parecido a un acto de salvaci¨®n. Esto pueden ser palabras mayores, pero la actuaci¨®n de EE UU no ha sido brutal, no ha habido imperialismo. Ha tenido el apoyo del pueblo caribe?o, que no quiere ver la brutalidad perpetuarse en Hait¨ª.
Se ha hecho algo justo. Cualquier cosa que pueda ayudar a aliviar el sufrimiento, incluida la presencia de las fuerzas armadas estadounidenses, es b¨¢sicamente un acto benigno moralmente aceptable.
Lo que importa cuando se juzga moralmente algo como esto no es el escudo de la soberan¨ªa nacional proclamado por los gobernantes, sino la intensidad del sufrimiento del pueblo y si la presencia de las fuerzas de EE UU para aliviar este sufrimiento es un reflejo de la voluntad del pueblo de Haiti. Ellos son, despu¨¦s de todo, la verdadera fuente de soberan¨ªa, y no los l¨ªderes militares. Por supuesto, se plantean muchas preguntas: ?cu¨¢nto tiempo se quedar¨¢n las tropas?, ?qu¨¦ dejar¨¢n cuando se vayan?
P. Las elecciones en M¨¦xico han sido las m¨¢s limpias porque SE UU les prest¨® mayor atenci¨®n. ?En el Caribe quiz¨¢ sea tambi¨¦n bueno que exista un honesto poli en el edificio que pueda proteger a la gente de los abusones de su propio vecindario?
R. El imperio americano hoy es un buen poli en tanto que est¨¢ continuamente cuestionando su conciencia. Una de las cosas m¨¢s alentadoras de la actual ocupaci¨®n estadounidense de Hait¨ª es que todos estamos debatiendo su moralidad. Es una cuesti¨®n p¨²blica. Es una virtud democr¨¢tica que no se ha visto en otros imperios. Este ejemplo de democracia, de debate p¨²blico en EE UU, es un sendero que deber¨ªa seguirse en el Caribe.
P. ?C¨®mo ven los habitantes del Caribe a EE UU tras la operaci¨®n de Hait¨ª?
R. Am¨¦rica sigue siendo una meta y un ideal para la mayor¨ªa del pueblo caribe?o. Al mismo tiempo, a menudo no sabemos qu¨¦ hacer ante los desconcertantes movimientos de la pol¨ªtica exterior estadounidense.
Por ejemplo, ?c¨®mo pudo EE UU tolerar tantas dictaduras en Suram¨¦rica durante tanto tiempo y ser todav¨ªa tan implacablemente hostil hacia Cuba en estos momentos en los que, por desesperacion, est¨¢ buscando un acercamiento a EE UU? ?C¨®mo pueden tener tal voluntad para lograr un entendimiento mutuo con los brutales explotadores gobernantes de Hait¨ª y rechazar la s¨²plica de di¨¢logo de Cuba?
Creo en la idea de Am¨¦rica como un hogar democr¨¢tico com¨²n que se extiende desde Canad¨¢ hasta Chile. Por primera vez, es posible alcanzar realmente esta meta. Pero si EE UU quiere ser coherente, deber¨¢ ventilar esa equivocada y agresiva pol¨ªtica hacia Cuba. ?Por qu¨¦ no pueden prolongar a Cuba la misma tolerancia que han tenido con los gobernantes haitianos?
P. ?No cree que EE UU pueda tomar, inevitablemente, a Hait¨ª como albacea de la desesperanza del hemisferio? ?Algo tan impensable como el colonialismo podr¨ªa ser ahora aceptado?
R. Es seguro que habr¨¢ un nuevo periodo en el Caribe tras la actuaci¨®n estadounidense. Hait¨ª ser¨¢ tambi¨¦n manejado y manipulado a distancia como un sat¨¦lite de la pol¨ªtica exterior americana, algo que creo har¨¢ peligrar la individualidad cultural de Hait¨ª, as¨ª como la de otras islas caribe?as.
Si fuera haitiano, quiz¨¢ estar¨ªa diciendo otra cosa. Pero he visto las caras del sufrimiento y de la inanici¨®n en Hait¨ª. Y es inaguantable. Tiene que llegar a un final. Tiene que detenerse. Si hay que pararlo as¨ª, mediante una fuerza exterior, quiz¨¢ sea ¨¦sta la respuesta.
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