Chirac y Balladur se descalifican mutuamente por la herencia del gaullismo
La caldera gaullista empieza a hervir. Faltan todav¨ªa siete meses para las elecciones presidenciales y los dos cabecillas del partido, Edouard Balladur y Jacques Chirac, se han declarado la guerra. Fueron amigos durante 30 a?os y se han convertido en enemigos feroces por una misma ambici¨®n: suceder a Fran?ois Mitterrand.
Chirac acus¨® anteayer a Balladur, sin citarle, de tecn¨®crata, inmovilista y falso gaullista. Balladur le devolvi¨® ayer el veneno, record¨¢ndole su condici¨®n de eterno perdedor.Una reuni¨®n ordinaria del partido gaullista, la Agrupaci¨®n para La Rep¨²blica (RPR), en Colmar, cerca de la frontera con Alemania, fue el escenario de la ruptura de hostilidades. Chirac, presidente del partido y presunto depositario de la herencia pol¨ªtica de Charles de Gaulle, areng¨® a sus parlamentarios contra Balladur y contra la coalici¨®n giscardiana Uni¨®n para la Democracia Francesa (UDF), con la que comparte el gobierno. "Desconfiemos del falso consenso", "olvidemos los sondeos", "ya ha acabado la hora de los gestores" y de quienes ignoran que "el gaullismo es un suplemento del alma", bram¨® ante sus leales. Contra un Balladur que le aventaja abrumadoramente en las encuestas de popularidad, Chirac apel¨® a la fidelidad al l¨ªder y al cierre de filas. Sus lugartenientes Philippe S¨¦guin (presidente de la Asamblea Nacional) y Alain Jupp¨¦ (ministro de Exteriores) olvidaron su odio mutuo para hacer eco a la se?al de alarma lanzada por el presidente gaullista: una victoria de Balladur el 7 de mayo, sugiri¨® Chirac, marcar¨ªa el final del partido.
El primer ministro, Balladur, jam¨¢s ha pertenecido al sanedr¨ªn que guarda las esencias gaullistas. Y no es desconocida su ambici¨®n de refundir al RPR y a los partidos de la UDF giscardiana en un gran bloque conservador. A Balladur no le result¨® dif¨ªcil hallar una respuesta a la diatriba de Chirac. Ayer, ante el mismo auditorio, - el primer ministro hizo uso de su voz m¨¢s meliflua para recordar a sus camaradas que "la ¨²ltima vez que un gaullista fue elegido a la presidencia se dio en 1969", con Georges Pompidou.
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