Tras las huellas del hombre

El descubrimiento del eslab¨®n perdido en una ciudad de Etiop¨ªa va mucho m¨¢s all¨¢ de un prodigioso descubrimiento cient¨ªfico. La aparici¨®n del Astralopitecus ramidus en las arenas de ?frica tras m¨¢s de cuatro millones de a?os responde a la vieja necesidad humana de vislumbrar las miles de generaciones sobre cuyas espaldas nos alzamos. Ver estos f¨®siles en la palma de la mano es conquistar el tiempo moment¨¢neamente. ( ... )El estudio del Astralopitecus ramidus seguramente cambiar¨¢ muchas suposiciones sobre el hombre primitivo. Esta semana, un mill¨®n de a?os han sido de repente a?adidos a la historia de la humanidad; la lista de aquellos que han vivido y muerto desde el comienzo de la humanidad es ahora inimaginablemente amplia. El alcance de las preguntas cient¨ªficas planteadas por el hallazgo es amplio. Pero la emoci¨®n dominante que inspirar¨¢ es atemorizante. Como el hombre de los hielos, hallado en 1991, y los cuerpos de la edad de hierro del libro de P. V. Glob The bog people, estos f¨®siles son parte de una elemental herencia generada de casualidad y compartida por toda la humanidad. Contemplar los restos de los m¨¢s viejos ancestros del hombre transciende cualquier sensaci¨®n de pasado que derivase de fuentes escritas o viejos artefactos. A trav¨¦s del oscuro cristal de estas reliquias, por mucho tiempo sepultadas, pueden verse los or¨ªgenes de la historia misma.

23 de septiembre